De local a hotel cápsula: una empresa malagueña hace cinco alojamientos 'premium' en La Trinidad y Vialia

En total sumarán cerca de 300 habitaciones que ofertarán por entre 45 y 70 euros la noche

El turismo pone un nuevo techo en Málaga: 14,4 millones de visitantes que dejan 21.200 millones

Interior de una cápsula. / M. H.

La demanda turística en Málaga no cesa, a tenor del medio millón de visitantes más que recibió la provincia el pasado año hasta alcanzar los 14.470.000, según el reciente balance de la Diputación. Estos, además, dejaron a su paso 21.123 millones de euros. Es en ese pastel donde vieron su negocio en Superlativo, una empresa malagueña que percibió un hueco en el mercado. No había nada entre las habitaciones de hotel normales y los albergues de habitaciones compartidas. O nada de la calidad que ellos buscaban. De ahí que se hayan lanzado a convertir cinco antiguos locales comerciales en hoteles cápsulapremium.

Vanesa Juárez y Javier da Corsa, argentina y granadino, se encontraron en Málaga y, acabaron dando con este modelo de negocio, que promete hostales premium, alejados de los "típicos hoteles con cápsulas de plástico que vienen de China". Ellos apuestan por la madera, por ser sostenible y aportar más confort. "En todas las habitaciones se entra de pie y tienen su instalación de aire acondicionado individual, lo que aporta la suficiente intimidad y comodidad a los visitantes", afirma Da Corsa.

Para sus alojamientos han buscado locales en desuso en zonas de la ciudad que están en crecimiento. Así, el primero de ellos, y el más grande, se encuentra en La Trinidad, cerca del Hospital Civil, y contará con 120 habitaciones una vez abra sus puertas, lo que esperan hacer este mes de febrero. Antes, era un bazar oriental y "estuvo muchos años cerrado", afirman. A esto se suman dos en el entorno más cercano a la estación de trenes María Zambrano, de 42 y 48 habitaciones, y otras dos próximas a la calle Héroe de Sostoa, aunque a alturas distintas, que prometen 62 y 24 habitaciones. En total, una vez estén los cinco en funcionamiento, podrán alojar a casi 300 personas. Sólo en La Trinidad el local que están reformando es de 700 metros cuadrados.

Javier da Corsa y Vanesa Juárez. / Carlos Guerrero

El precio, al menos inicialmente, de las cápsulas, variará de los 45/50 euros en los hostales de Héroe de Sostoa, a los 70 junto a Vialia. Para calcular los precios se han basado en una consultoría de la empresa Sexta Planta, que les garantiza beneficios, aseguran con un 65% de ocupación.

Su cliente tipo, afirman, serán jóvenes pertenicientes a las generaciones Millenial y Z "que buscan gastar más en el destino, pero ahorrar en el alojamiento, pero aún así quieren comodidad", afirma Da Corsa. Por eso mismo, las zonas comunes tendrán especial importancia en sus hostales, con zona de cafetería y coworking. Los baños también son compartidos. Además, entienden que la mayoría de ellos "estarán una o dos noches", primando aquellos de last minute (último minuto) y sólo se plantean la media estancia para los meses de febrero y noviembre, en los que permitirán reservas, como mucho, de un mes.

Interior de una de las zonas comunes del hostal de La Trinidad. / M. H.

"En esos meses coincide la temporada baja de turismo con la alta de alojamientos para estudiantes", afirman, a la vez que subrayan que en ningún caso proponen una oferta de tipo coliving, "simplemente nos es mucho menos rentable".

Pero, si por algo llama la atención el modelo de Superlativo es por la parte económica. Ahora mismo sus cinco proyectos tienen sobre la mesa una inversión de siete millones de euros, aseguran, dos de ellos sólo para la reforma del local en La Trinidad. Pero permiten la entrada de inversores en un novedoso concepto.

Estos, que suelen ser pequeños inversores, adquieren una cápsula a partir de 40.000 euros. Esta pasa a ser de su propiedad, pero le ceden la gestión a Superlativo y ellos les devuelven un tanto por ciento de los beneficios que genere. Prometen rentabilidades del entorno del 20% y aseguran contar ya con 200 inversores activos. "Es la puerta de entrada del pequeño inversor en el sector turístico, antes para poder tener una parte tenías que tener, o bien un apartamento o un piso turístico o un hotel, lo que conlleva mucho más capital", resumen.

"Un inversor con ese ticket medio estaba más centrado en un flipping [comprar un inmueble, renovarlo y venderlo más caro o alquilarlo], pero ahora puede entrar en el sector turístico", dice Da Corsa. En parte, gran parte del éxito de este modelo también tiene un pie en la reforma. Al hacer las cápsulas de madera con un artesano de Antequera, la mayor parte de la obra se hace fuera y la licencia es de obra menor, por lo que los trámites son rápidos. Desde que entran los obreros hasta que terminan estiman que pasan unos seis o siete meses. Y a funcionar.

Obreros reforman uno de los locales. / M. H.

Una vez funcionando, aseguran, buscan que sea una experiencia "auténtica". Por una parte se asocian con guías locales para ofrecer sus recorridos, o incluso hacer algunos personalidades, para sus huéspedes. Pero, por otro, buscan conexiones con locales autóctonos y cercanos para favorecer el comercio local, "queremos servir también de impulso para estas zonas", dice Juárez. En La Trinidad, por ejemplo, ya hanm cerrado un acuerdo con una cafetería cercana que acaba de abrir y que ofrece café de especialidad, "es una oportunidad para los dos", afirman, un win-win.

De momento, sólo uno de los locales, el de La Trinidad, lo han adquirido. Cuentan con otros dos en alquiler con opción a compra y el resto alquiler normal. El futuro dirá si el de los hoteles cápsula premium es un negocio que ha llegado para quedarse –y expandirse– en Málaga.

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