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MÁLAGA/Han pasado dos semanas desde que el mítico Café Central cerró sus puertas tras más de un siglo de historia. El propietario de este negocio, Rafael Prado, señalaba a este periódico que su jubilación era el principal motivo para echar la persiana al establecimiento, aunque también confesaba que “los elevados costes de los arrendamientos en el Centro Histórico” habían influido en la decisión.
El hostelero, que comparte la propiedad del local junto a dos familiares, reconoce que le pidieron una cantidad que “no era viable” para el modelo de negocio que tenía establecido y con el que hubiera continuado si no hubiese cerrado: el servicio en mesa.
“Hay una subida de precios a consecuencia del atractivo turístico que tiene Málaga”, añade el dueño del Central.
Y es que este emblema de la hostelería malagueña y catedral del encuentro -tal y como Prado define su café- no ha sido el único negocio que se ha visto abocado a cerrar. Numerosos locales en calle Larios, Plaza de la Constitución y calle Nueva cuelgan el cartel de “se alquila”.
“No hay quien soporte 5.000 o 6.000 euros de alquiler", manifiesta la empleada de Trendy, una de las pocas tiendas locales que sobreviven en calle Nueva. “Enfrente estaba Tacones, una tienda de calzado; Suit Inc, especializada en trajes de hombre, y más abajo otra tienda de zapatos, Aïta”, manifiesta .
“Yo no tengo ni idea del coste, pero mi jefe siempre comenta que los alquileres aquí son muy caros”, expresa también una de las trabajadoras de Charanga.
“Los arrendamientos de locales en el Centro Histórico oscilan los 5.000 euros en adelante”, informa el presidente de la Federación de Comercio de Málaga (Fecoma), José Luis Díaz. “Nos encontramos ante pequeños lobbies”, arrendadores que poseen cierta solvencia económica, no tienen una necesidad imperiosa de alquilarlo, y especulan con sus locales, apunta.
No obstante, Díaz aclara que, desde 2020, el alquiler medio se ha mantenido a consecuencia de la pandemia y que, en muchos casos, los arrendatarios no pueden superar la situación de crisis que atraviesan y deciden cerrar a primeros de año, coincidiendo con la finalización del ejercicio fiscal.
En otras ocasiones, el empresario decide continuar con su establecimiento, pese a la reducción de ingresos, y opta por cambiar el modelo de negocio, reduciendo la plantilla de trabajadores y ofreciendo una atención menos personalizada
“Si nos alejamos del centro los alquileres bajan mucho. Nos encontramos con grandes cafeterías en el extrarradio que pagan en torno a 800 y 1.000 euros. Por ejemplo, en Teatinos sí vuelven a subir y oscilan entre 2.500 y 3.500 euros”, apunta el portavoz de Fecoma.
Por su parte, el director de Retail High Street Savills Aguirre Newman Málaga, Juan Pedro Hernández, explica que “muchas veces la expectativa de precio por parte de alguna propiedad puede estar por encima de mercado o de las tasas de esfuerzo de los operadores, y esto ralentiza los acuerdos en casos concretos”.
Sin embargo, apunta que, desde la consultora inmobiliaria, están observando “gran interés” por el centro, y “muchos operadores vuelven a posicionar a Málaga entre sus prioridades de expansión”. Como ejemplo de ello, Hernández señala que Adolfo Domínguez y la Joyería Suárez próximamente abrirán en Larios un establecimiento. “Nuevas marcas que no están aún en la ciudad y que demandan opciones de locales en el centro”, añade.
En Marqués de Larios actualmente hay cuatro locales disponibles y, en calle Nueva, cinco, informa el director de Aguirre Newman, al tiempo que asegura que “es buen momento y las rentas no están frenando el interés de la ciudad”.
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