La luz que iluminó el cielo de España el 29 de marzo, ¿misil balístico, satélite o bólido rozador?

Recorrido órbita
Recorrido órbita / Red De Detección De Bólidos Y Meteoros Uma-Sma

El pasado fin de semana pasado, los cielos de España fueron testigos de un fenómeno celestial que desconcertó a expertos y espectadores por igual. Todo sucedió durante la medianoche del viernes 29 de marzo, cuando una misteriosa luz cruzó el este peninsular, dejando a su paso impresionantes vídeos que circularon rápidamente en las redes sociales.

Alberto Castellón, profesor del Departamento de Álgebra, Geometría y Topología de la Universidad de Málaga (UMA) y coordinador de la Red de Detección de Bólidos y Meteoros de la UMA y la SMA, fue quien procesó la información sobre este bólido. Según sus análisis, ha afirmado que a pesar de la confusión que ha generado el objeto, se puede "observar claramente" que es un rozador, tal y como lo categorizó en la web oficial de la entidad: "Al examinar la altura, la órbita y la velocidad está claro que es un bólido rozador".

El objeto ha llegado a confundir a expertos e investigadores, y mientras algunos medios recogían la hipótesis de que se trataba de un misil balístico francés, ha habido estudiosos que lo han identificado como un satélite StarLink o incluso un fragmento de asteroide.

La confusión inicial se debió en parte a la multiplicación de objetos artificiales en el espacio, como satélites y cohetes, que a menudo generan este tipo de avistamientos. La actividad de compañías como SpaceX, con su programa Starlink, ha contribuido a este fenómeno, provocando fenómenos atmosféricos no identificados en varias partes del mundo.

Al final resultó ser un bólido rozador, tal y como lo catalogó Castellón. Se trata de un objeto que pasa rozando la atmósfera terrestre y continúa su trayectoria. Aunque en este caso no representaba un peligro, el profesor de la UMA explica que el estudio y seguimiento de estos fenómenos son fundamentales para estar preparados ante posibles impactos de asteroides o meteoritos en el futuro: "Interesa calcular la órbita de entrada y salido del objeto, y tenerlo en cuenta a la hora de hacer frente a elementos que se puedan cruzar en la órbita de la tierra. Y aunque realizar estos cálculos es importante, lo primordial es la vigilancia constante".

Sin embargo, dicha vigilancia enfrenta desafíos importantes, como la creciente cantidad de chatarra espacial; satélites o trozos de satélites que orbitan fuera de control alrededor de la Tierra. Castellón también colabora en el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), donde se encarga de la detección de fenómenos transitorios y meteoros. Para llevar a cabo esta tarea, utiliza la red BOOTES, que consiste en un conjunto de siete telescopios robóticos, una iniciativa innovadora en el monitoreo del espacio.

Dada su experiencia, el docente ha señalado que esta chatarra espacial dificulta la observación del espacio y aumenta el riesgo de colisión entre objetos en órbita, lo que genera aún más desechos: "Es una pesadilla, y cada vez va a más. Estos objetos lanzan montones de alertas falsas que se pueden malinterpretar".

Propuestas como reservar parte del combustible de los objetos que se mandan a la atmósfera para que se desvíen automáticamente hacia "órbitas cementerio" al final de su vida útil, podrían contribuir a mitigar este problema, pero aún no existe una regulación al respecto. Entre los mayores riesgos que presenta la chatarra espacial se encuentran las posibles colisiones con satélites en funcionamiento, la interferencia en misiones espaciales y el aumento del riesgo de colisión con naves tripuladas.

Aunque se han propuesto tecnologías y proyectos para la limpieza y eliminación de la basura espacial, como naves recolectoras o láseres para desviar objetos, muchos de estos proyectos enfrentan desafíos técnicos y logísticos que los hacen inviables en la práctica. Por eso, Castellón insiste en que de momento "lo primordial es la vigilancia y tener los satélites controlados".

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