Una madrugada con los 'superhéroes' de la Policía Nacional en la Feria de Málaga: "A cierta hora estamos solo nosotros y los malos"
‘Málaga Hoy’ acompaña al Grupo Gotham de la Comisaría Provincial a uno de sus servicios en el Real de Cortijo de Torres
La noche se saldó con la detención de dos jóvenes por su presunta responsabilidad en delitos contra la salud pública
Detenido por dejar inconsciente de una patada en la cabeza a un joven en la Feria de Málaga
El reloj marca la media noche y los “leones” salen a cazar. Entre sus presas, ladrones, agresores sexuales y traficantes. Visten zapatillas, vaqueros y camisetas anchas a simple vista; bajo la ropa esconden chalecos antibalas, pistolas y otras armas de defensa. Se trata del Grupo Gotham de la Policía Nacional. Aunque no patrullan en la ciudad ficticia de Batman, luchan contra los villanos que aprovechan la oscuridad de la noche para cometer sus fechorías. Durante diez días, el recinto ferial de Málaga se convierte en el escenario ideal de los malhechores, sin saber éstos que unos cuantos agentes, camuflados entre la multitud, siguen sus pasos muy de cerca.
En solo dos días de servicio en el Real de Cortijo de Torres, Los Gotham -un total de 18 policías noctámbulos- han logrado detener a un individuo de 38 años que amenazó a otro de 28 con una navaja de grandes dimensiones en el interior de una caseta. Los últimos arrestos a su cargo tuvieron lugar durante la madrugada de este sábado 24 de agosto, poco antes de las 1:30, en la explanada habilitada y equipada con un escenario por el Consistorio para que los jóvenes hagan botellón. El delito, contra la salud pública.
Fabián Serrano, líder del grupo cuando su inspector -Javier Pérez- no está, se mueve casi como una serpiente por la marabunta de jóvenes, en su mayoría menores, que se congregan a beber alcohol. Sus ojos de halcón divisan a lo lejos a un grupo de jóvenes alrededor de una moto. El agente Alejandro Monfrino lo sigue de cerca. Llevan tantos años trabajando juntos que solo les basta mirarse para decirse muchas cosas. Se acercan con disimulo. Sobre el sillín del vehículo de dos ruedas, un móvil. En la pantalla del dispositivo, uno de los chicos, tarjeta en mano, prepara al menos dos rayas de cocaína. Es momento de actuar.
Los Gohtam -a los que acompaña Málaga Hoy en uno de sus servicios- se entrevistan con todos ellos (casi una decena) y los identifican. Todo apunta a que el sospechoso, con 18 años y antecedentes por tráfico de droga, estaba “invitando” a otro -según manifestó éste a los agentes-. Otro individuo, que ya había levantado las sospechosas del agente Alejandro Monfrino anteriormente por estar merodeando sin rumbo, lo habría conducido hasta el lugar más apartado del tumulto. Para los policías queda acreditado que ambos estarían incurriendo en un presunto delito contra la salud pública -uno, en calidad de cooperador necesario-.
El modus operandi es el siguiente: “Uno de ellos busca a los compradores y los lleva a las afueras, donde espera el resto de la banda”, describe el oficial Serrano a este periódico. Tras el correspondiente cacheo e inspección de sus pertenencias, los agentes incautan cuatro gramos de la sustancia estupefaciente. “No la suelen llevar encima, normalmente la guardan en algún agujero recóndito para que nos sea muy difícil encontrarla u otros más malos no se la roben”, detalla.
El espacio del botellódromo está vallado. Sin embargo, el acceso de entrada y salida es completamente libre, por lo que la mayoría de edad no es requisito necesario para adentrarse en el lugar. Conseguir un cubata no supone ninguna proeza para un adolescente que no haya alcanzado los 18. Los vendedores ambulantes “ilegales”, que se pasean con sus puestos móviles con carteles identificativos por la explanada con total impunidad, venden el pack completo (botella, refresco y hielo) sin mirar caras ni hacer preguntas. La noche avanza a la par que lo hace el estado de embriaguez de los presentes, convirtiéndose así en las víctimas predilectas de los “mangantes”.
“Son organizaciones profesionales, compuestas por tres o cuatro personas. Una te lo quita, le pasa el terminal a la otra rápidamente y así sucesivamente, cuando te das cuenta han pasado 20 segundos y ya no puedes hacer nada”, lamenta Fabián Serrano. A continuación, explica, apagan el móvil y lo introducen en bolsas apantalladas de aluminio para que no dé señal y el localizador no pueda mostrarte la ubicación en tiempo real”. Una noche de Feria pueden hacerse con un botín de hasta 30 teléfonos “sin mucho esfuerzo”. “Los jóvenes están bebiendo, bailando y no se dan ni cuenta”, manifiesta el oficial. Aunque los más frecuentes son los hurtos, también se dan robos con violencia. “Estos los llevan a cabo a altas horas cuando se topan con una persona sola que va con el móvil en la mano. Le dan un tirón y salen corriendo”. Pero, también sustraen carteras o lo que encuentren de valor a su paso.
-”Buenas noches, agente. Me han robado la cartera. Llevaba dinero en efectivo y todas las tarjetas, incluida la de crédito”.
Ronda la cincuentena y hacía siete años que no pisaba la Feria de Málaga, cuenta a los policías entre lágrimas. Sabe que lo suyo es un mal menor. No ha sufrido ningún daño personal, pero el “mal rato” se lo ha llevado y el “follón” que le supone renovar todos sus documentos.
"Aquí no puedes pensártelo, solo actuar"
“Este es nuestro pan de cada día”, comentan Los Gotham. Están especializados en la persecución de delitos contra el patrimonio y las personas: robos, lesiones y agresiones sexuales. No obstante, están allá donde se les requieran y suponen tanto un apoyo para los uniformados de las radiopatrullas como un refuerzo para el resto de grupos operativos. “Lo nuestro son investigaciones rápidas e informaciones que caducan casi siempre el mismo día”. Una integrante del grupo es la encargada de estudiar durante el día los partes de la noche anterior y de esa misma mañana para pasárselos a sus compañeros cuando cae el sol. A las 22:00, el resto de policías (ocho en cada turno) se reúnen en comisaría, comentan los frentes abiertos, se organizan y salen a las calles. Rápidos y decididos ante cualquier alerta.
“Aquí no puedes pensártelo, solo actuar”. Rafael García vio nacer el grupo hace ya más de una década, cuando los policías de las distintas comisarías de distrito que hacían noches se agruparon y, desde entonces, ha intervenido en asesinatos, suicidios y tiroteos. Recuerda especialmente un ajuste de cuentas con arma de fuego en la barriada de Las Castañetas. “Entramos a un domicilio y nos encontramos a un hombre al que le habían volado el rostro, de rodillas y con la pistola cargada, en la mano”. Son conscientes de los riesgos que entraña su profesión y, más aún, de noche. “A cierta hora estamos solo nosotros y los malos”, aunque eso prefieren no pensarlo demasiado.
La madrugada va llegando a su fin y Los Gotham están más cerca de regresar al hogar donde hace apenas unas horas atrás dieron un beso de buenas noches a sus hijos. Los más pequeños aún no lo saben, pero sus padres, mientras ellos dormían, hacían de auténticos superhéroes ;esos de carne y hueso.
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