Málaga colocará cámaras de videovigilancia en polígonos con discotecas para frenar altercados

A falta del visto bueno del TSJA, los dispositivos se instalarán en un plazo de "3 a 4 meses"

"Las salas de fiestas nos generan en los polígonos botellones, suciedad y drogas”, denuncia Sergio Cuberos

Dos detenidos por el atropello mortal a la salida de una discoteca en Málaga

La discoteca en cuyo exterior se ha producido este suceso en Málaga.
La discoteca en cuyo exterior se produjo un atropello mortal / Javier Albiñana

La videovigilancia comenzó a implantarse en 2021 en los polígonos industriales de Málaga. Guadalhorce, Azucarera y Santa Bárbara fueron los primeros en sumarse a esa primera fase. El proyecto, impulsado por el Ayuntamiento de la capital, daba respuesta a una reivindicación histórica de los empresarios en materia de seguridad, confiados en que la medida funcionaría para resolver delitos. Pero, ¿cuál ha sido la eficacia real de aquellas 29 cámaras repartidas en una veintena de emplazamientos autorizados por la Delegación del Gobierno y por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA)?. La respuesta del presidente de la Asociación de Polígonos de Málaga (APOMA), Sergio Cuberos, es tajante: “Eran de tecnología antigua y no funcionan;se tienen que cambiar”. Será ahora, cuatro años después, cuando el proyecto previsiblemente se reactive.

El plan, apunta el portavoz de estos empresarios, es que, de forma inminente, “en 3 ó 4 meses”, comiencen a instalarse sistemas de videovigilancia en las zonas de ocio nocturno más conflictivas de este espacio industrial, para así reforzar la seguridad. “Las salas de fiestas nos generan en los polígonos botellones, suciedad y drogas”, apostilla Cuberos, si bien reconoce la ausencia de molestias por ruido gracias a la distancia con las viviendas.

Carteles informativos para disuadir

El polígono San Luis, donde hace sólo unos meses la Policía Local denunció al dueño de un coche discoteca tras organizar una fiesta en la calle con pirotecnia, se antoja como uno de los puntos en los que las cámaras filmarán para reducir altercados. Habrá, además, carteles informativos, que servirán como mecanismo disuasorio. “San Luis y Santa Bárbara son los polígonos que tienen más actividad, aunque el problema también afecta a La Estrella”, afirma el representante de la asociación.

La idea es que la medida se haga extensiva al resto, pero aún queda, en palabras de Cuberos, un último escollo por sortear: habrá que esperar a tener el visto bueno de la Comisión de Garantías del TSJA y de la Subdelegación del Gobierno, para así mantener el equilibrio entre la seguridad y la intimidad en los entornos que son sometidos a videovigilancia.

Los dispositivos estarán conectados con el Centro de Control del Centro Municipal de Emergencias y serán gestionados por la Policía Local, de forma que allí se reciban las imágenes en directo para su análisis. Los sistemas se acompañarán de la colocación de carteles informativos de alarma y vigilancia con un efecto disuasorio para alertar al posible infractor de la existencia de un equipo detrás.

Fue hace un mes cuando en una reunión al alimón entre el concejal de Seguridad, Avelino Barrionuevo, y el presidente de la asociación de polígonos, además de mandos policiales, se dieron avances claves para la renovación del proyecto, a falta sólo de “tramitar el expediente” y que se otorgue el visto bueno del TSJA. “Los motivos para colocar cámaras están más que justificados. No deberían poner inconvenientes”, asevera el portavoz de los empresarios, que considera que el valor añadido que tiene la videovigilancia queda constatado en las propias estadísticas oficiales.

La asociación espera que con este sitema la Policía Nacional de Málaga “ponga el foco” en los conflictos, más habituales durante las noches del viernes y sábado. “Hay destrozos, cubos de basura incendiados, con riesgo de que el fuego llegue a las naves y ocurran incendios. Aunque hay gente que no se sabe comportar, pedimos que al menos haya más control”, reclama el representante de los empresarios de los polígonos.

Reconstrucción del presunto asesinato de José Carlos a la salida de una discoteca

Todo transcurría con normalidad la madrugada del pasado domingo en la discoteca que se sitúa en la avenida Isaac Peral de Málaga capital. Fiesta, música y mucha diversión. Pero, sobre las 6:35, el destino se truncó para José Carlos, un chico “humilde, noble y leal”, pero sobre todo con “devoción por su abuela”.

Aquella madrugada, la del 15 de mayo, festejaban el cumpleaños de Fernando –uno de sus amigos– en Akari, una discoteca situada en el polígono Valdicio, y el ambiente era bueno. Reían y bailaban. Todo apuntaba a que sería una noche de esas que terminan bien.

Sobre las 6:30, las luces del local se encendieron y el grupo de amigos salió. José Carlos se quedó más rezagado y le perdieron durante unos minutos la vista, recuerdan.

La siguiente imagen que tienen del joven es cayéndose “a plomo” tras ser golpeado en la cabeza con una botella, que le hizo perder el conocimiento. Dos amigos y su novia corrieron a auxiliarlo. Adrián, uno de ellos, cuenta que le levantó las piernas rápidamente para que le llegara más sangre al cerebro.

De repente, un Golf GTI de color blanco comenzó a acercarse hacia ellos a gran velocidad. No les dio tiempo a reaccionar y fueron embestidos. “Yo cuando lo vi ya estaba encima mía”, recuerda Adrián. Aunque no sabe detallar la velocidad exacta a la que circulaba, confirma que “iba muy rápido. A 50 kilómetros seguro que no”.

A Miriam, la novia de José Carlos, solo le dio tiempo a ver cómo avanzaba el coche hacia ellos y, tras esto, no recuerda nada más hasta que abrió los ojos, pasados 20 minutos, en el hospital.

José Carlos falleció en el acto. Adrián sufrió varias lesiones, entre ellas una fractura en el fémur y otra en la cadera. El segundo amigo, un traumatismo renal, y Miriam –la pareja del joven que perdió la vida– heridas que no revistieron gravedad.

Pese a las dolencias físicas, ni Adrián ni Miriam se quejan, han vuelto a nacer y son conscientes de ello. Sin embargo, han perdido a uno de sus compañeros en el camino y piden justicia. “Solo espero que el juez tenga la mano dura y que todos los responsables de su muerte paguen”, manifiesta Adrián. “Se han cargado a una persona inocente”, señala, al tiempo que apunta: “Esto no tiene ni olvido ni perdón”.

Los recuerdos de Miriam aquella noche son difusos. Una de sus amigas le contó que tras el atropello la trasladaron a un centro sanitario en ambulancia, pero ella no era consciente de nada. Perdió el conocimiento mucho tiempo. De su estancia en el hospital también tiene muchas lagunas debido a la medicación que le suministraron para calmarle los dolores y mantenerla tranquila.

Dos agresiones a prostitutas en el Guadalhorce en el último mes

En apenas un mes, el polígono Guadalhorce ha sido escenario de dos supuestas agresiones a mujeres que ejercen la prostitución callejera. En el último caso, la víctima denunció una agresión grupal a manos de un grupo de cuatro hombres tras haberles negado unas proposiciones sexuales. Según su testimonio, el copiloto de un AUDI de color negro la “agarró de un brazo” cuando ella iba a bajarse y, tras acelerar bruscamente, la “arrastró más de 500 metros” por la calzada, lo que le provocó “quemaduras y erosiones en la piel”. La víctima tuvo que ser atendida en un centro sanitario después de sufrir erosiones por abrasión en una mano, en rodillas y nalgas. La denuncia anterior fue presentada por otra mujer en enero. Recalcaba que no eran las primeras “amenazas de muerte, intimidaciones y agresiones” que soportaba, motivadas, cree, por su identidad de género. Esa vez, acabó siendo “golpeada y perseguida” mientras la encañonaban. También una prostituta trans que ejerce de noche en el Guadalhorce denunció el ataque de unos encapuchados que actúan “de forma extremadamente violenta contra las mujeres transexuales”, vertiendo “expresiones claras y objetivas contra la comunidad LGTBIQ”. No hay constancia de detenidos.

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