Ponen en Málaga los primeros contenedores marrones para reciclar residuos orgánicos

Málaga/Málaga ya tiene en sus calles los primeros contenedores marrones para la recogida de residuos orgánicos -especialmente comida-. Se ha iniciado este lunes como experiencia piloto en Parque Litoral con la instalación de una treintena, la semana que viene se pondrán otros 43 en Teatinos y, en las sucesivas fechas, se irán colocando en Santa Paula, Parque Mediterráneo, Pirámides, Colonia Santa Inés, Malagueta, Echeverría El Palo, Juan Sebastián El Cano, Salvador Allende, Armengual de la Mota, Avenida de Andalucía y Puerto de la Torre.

La concejala de Servicios Operativos y responsable de Limasam, Teresa Porras, ha señalado que la intención del Ayuntamiento de Málaga es que estén implantados en toda la ciudad este año y se ha elegido primero esas barriadas porque su nivel de reciclaje es un 5% mayor. "Estamos viendo que en las zonas más nuevas con gente más joven es donde más recicla en toda la ciudad", ha precisado Porras.

El Consistorio adjudicó en mayo la compra de 12.669 contenedores a una empresa, de los que casi 4.000 serán marrones, por 6,8 millones de euros. Sin embargo, otra de las compañías que optaba a este contrato lo ha impugnado y, en función de la resolución, los contenedores llegarán en tiempo y forma este año o se retrasará todo el proceso.

Mientras llegan esos nuevos contenedores, los que se están poniendo ahora son como los grises pero con una pegatina marrón para identificarlos. Esa premura viene porque la nueva Ley 7/2022 de Residuos obliga a iniciar la colocación de este tipo de envases para retirar biorresiduos antes del 1 de julio, por lo que quedan apenas dos semanas.

¿Qué va en el contenedor marrón?

En este contenedor debe arrojarse todo aquello que sea orgánico, es decir, carne, pescado, cáscaras de huevo, servilletas usadas, frutas, verduras, posos de café e infusiones o pequeñas plantas y flores. Incluso las cajas de pizza si están manchadas por este alimento.

Este tipo de residuos, que suponen actualmente el 40% de lo que se tira al contenedor gris tradicional, serán utilizados en el Centro Ambiental de Málaga para hacer compost que pueda ser empleado en el abono para cultivos.

El Ayuntamiento está haciendo una campaña para promover el uso del contenedor marrón y, entre la información publicada en los folletos, se afirma que tirar residuos orgánicos en este tipo de contenedores permite evitar que aumenten los vertederos de la ciudad, disminuir los gases de efecto invernadero al haber menos residuos, generar compost, ayudar a producir biogás, reducir el uso de fertilizantes químicos y abonos inorgánicos, mejorar la calidad del aire y la cantidad y calidad de otros productos reciclados al no tener materia orgánica. Se estima que se pueden hacer 350 kilos de compost por cada 1.000 kilos de basura orgánica.

¿Qué se sigue tirando al contenedor gris?

En los contenedores grises habrá ahora que tirar los excrementos de animales, los pañales, compresas o toallitas húmedas, las colillas, el polvo, restos de cerámica y copas de cristal o elementos de plástico que no sean envases como bolígrafos, cepillos de dientes o chupetes.

En estos momentos, el 76% de los residuos que se generan en Málaga capital van al contenedor gris pero, de ellos, el 40% son orgánicos, por lo que ahora tendrán que ir al marrón.

Residuos que llenarían dos buques de crucero

Los malagueños generamos en un año 278.000 toneladas de residuos de todo tipo que terminan enterrados en el vertedero, lo que equivale, según la información de la campaña, a dos grandes buques de cruceros.

Desde el Ayuntamiento recuerdan que el horario recomendado para tirar la basura orgánica es de 21:00 a 23:00 en verano para evitar los malos olores generados con el calor y que las bolsas deben estar bien cerradas y sin líquidos.

También precisan que, pese a que es necesario otro cubo más en casa para la basura orgánica, "la cantidad de residuos que generas sigue siendo la misma, de modo que puedes utilizar cubos más pequeños". En definitiva, reorganizarse de forma que los grandes cubos van a empezar a quedarse obsoletos.