Málaga duerme por encima de los 20 grados en otoño
Un frente de nubosidad con masas de aire templadas deja valores poco propios de esta época en horario nocturno
Cambio brusco del tiempo en Málaga: la Aemet prevé lluvias esta semana
No hay quien a estas alturas no lo desee, sin embargo, el calor tampoco ha seguido sin perdonar durante los primeros días de octubre en Málaga, con los termómetros marcando valores por encima de los 30 grados. Mucho menos en el interior: donde el pasado domingo llegaron a registrarse 36,1º en Álora, un valor más que propio del verano, pero no del otoño. No obstante, la excepcionalidad no viene sola y las noches malagueñas no se están quedando atrás con máximas muy elevadas en su primer tramo (28,7º llegaron a registrarse este sábado a las 21:30 en la estación del aeropuerto) y mínimas que no bajan de los 20º el resto del tiempo firmando lo que se conoce como noches tropicales.
Una situación que, según explica el director de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Málaga, Jesús Riesco, tiene su razón de ser en la entrada en acción de "vientos del oeste con masas de aire templadas" que han venido acompañada de "nubosidad nocturna", una particularidad que ha hecho que las temperaturas no bajasen todo lo que debieran incluso durante la madrugada.
A esto, apunta, se ha añadido que durante esta última semana en la que se han registrado valores fuera de lo normal se ha visto marcada por una "masa cálida y estable, con flujo de poniente" lo que hacía que las temperaturas "fuesen más altas". Y así se prevé que siga siendo los próximos días, sobre todo, en las zonas costeras, donde se mantendrán en valores, si bien menos elevados, entre los 18 y los 20º de mínima; algo más se espera que puedan descender los mercurios en el interior, hasta los 12 o 14º.
Por su parte, el director de la Cátedra de Calentamiento Climático de la UMA, Enrique Salvo Tierra, asegura que este "alargamiento de las condiciones del verano", que acota "de mayo a noviembre", ha llegado a la provincia "para quedarse". También, aunque con cifras más comedidas, durante las madrugadas, arrojando temperaturas mínimas elevadas. "El mar de Alborán está siendo una caldera: evapora mucha agua y las noches desde mitad de septiembre han sido una combinación de alta temperatura y humedad, causando una sensación térmica hasta cuatro grados por encima de la temperatura ambiente". Un escenario que, avisa, también supone el caldo de cultivo adecuado para la "proliferación de algunas especies" poco amigas del ser humano (y de la conciliación del sueño) como los mosquitos tigre.
Igualmente, esta subida de los mercurios, apostilla Salvo Tierra, también tiene que ver con la "isla de calor" que genera la acción humana a través múltiples factores como el "desplazamiento de vehículos" y que, en conjunto, seguirán propiciando "un incremento lineal, no cíclico, de aumento de las temperaturas".
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