Málaga sólo ha quitado nueve candados de pisos turísticos en dos años y no ha puesto ni una multa

Gestrisam reconoce la dificultad para sancionar las infracciones por no identificar al responsable

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Candados para llaves de pisos turísticos en La Malagueta.
Candados para llaves de pisos turísticos en La Malagueta. / Javier Albiñana

A poco que se pasee por el Centro, El Palo o Pedregalejo, es difícil obviar que para muchos turístas el ábrete sésamo cambió por un código numético en una cajetilla. Los propietarios de alquileres vacacionales encontraron en los cofres de seguridad una respuesta barata a la necesidad de dar paso a los clientes. El 25 de abril de 2023, a un mes para las elecciones municipales y en plena precampaña, el Ayuntamiento de Málaga anunció que la Policía Municipal haría batidas para eliminar los candados de pisos turísticos colocados en lugares públicos (bancos, farolas o parques). Van a hacer ya dos años y ha retirado nueve. Los mismos, exactamente, que había retirado once meses después de su anuncio.

La retirada de nueve candados que no ha supuesto una sola multa. En Gestrisam, además, reconocen la dificultad que tendría imponer sanciones. "Tendría difícil encuadre en las infracciones a las ordenanzas de nuestra competencia, pues no se conocería la identad del responsable al ser dispositivos anónimos que suelen estar colocados en elementos privados", reconocen en una respuesta por escrito al grupo municipal Con Málaga.

En un informe, que también se adjunta en la respuesta, de la Policía Local, afirman haber encontrado otros adheridos a fachadas o rejas de edificios, pero estos, al no formar parte del mobiliario urbano no pueden ser retirados, "se supone cuentan con autorización", asumen. En el mismo también se recogen cinco llamadas a la Sala del 092, denunciando la presencia de estos candados. Las mismas quedaron en nada al informar de que se debía hablar con la comunidad para su retirada. Sin embargo sí señalan dos actuaciones, estas recibidas por correo o régimen general, que conllevaron la retirada de candados.

La primera de ellas el 3 de mayo de 2023, unos días después del anuncio municipal. Detectaron y retiraron dos candados en mobiliario público, sin especificar el lugar. Se entiende que en una de estas batidas anunciadas. La segunda actuación, trece días más tarde, da con un cajetín en la barandilla del parking público de Salitre.

Para Toni Morillas, concejal de Con Málaga, "esta es la prueba de la inacción y permisividad del PP respecto a las viviendas turísticas. El alcalde anunció a bombo y platillo que había dado instrucciones para retirar candados de la vía pública y 2 años después, los resultados brillan por su ausencia".

A esto se suma que para la concejala en el Ayuntamiento tienen "una responsabilidad directa en que las viviendas turísticas ilegales sigan campando a sus anchas" y recuerda que el equipo municipal se "niega a poner en marcha un plan de inspecciones que permita sancionar a los ilegales". Desde Urbanismo (donde cuentan con tres inspectores para toda la disciplina), alegan que la competencia turística es de la Junta de Andalucía. Sin embargo, las medidas para frenar el incremento de pisos vacacionales se asientan en Urbanismo. La Junta, por su parte, cuenta con siete inspectores para toda la provincia (uno por cada 11.300 viviendas turísticas registradas, sin contar con hoteles, hostales o apartahoteles).

Las cajetillas no sólo son visibles en el centro, sino que es posible hacer una ruta por las mismas en El Palo y Pedregalejo. Esto, afirma Morillas, "genera problemas de convivencia con los vecinos y vecinas y pone de manifiesto un mercado descontrolado que está encareciendo el precio de los alquileres". Morillas exige "un verdadero plan para acabar con los candados".

En 2023, un día después de que el Ayuntamiento anunciará las redadas, los vecinos del Centro denunciaron el incremento de la inseguridad que suponen estos elementos. "Estos cajetines provocan una inseguridad tremenda, que las llaves de las zonas comunes, de tu portal, estén en sistemas que no son seguros del todo, tener el acceso a tu edificio en un candadito puesto en una reja o en la pared, al alcance de cualquiera que lo pueda forzar u obtener, eso no tranquiliza a nadie", consideró Carlos Carrera, presidente de la Asociación de Vecinos Centro Antiguo.

Estas cajas de seguridad en miniatura cuelgan de las rejas o se instalan en las fachadas como solución más barata para dar acceso a las viviendas de forma flexible. Las más básicas –además de las más comunes de ver– funcionan con un código numérico –como los candados que suelen usarse para las taquillas o las maletas– que con la combinación correcta dan acceso al interior del cajetín, que suele guardar las llaves de entrada al portal y la vivienda. Para la devolución se suele pedir que depositen las llaves en un buzón o que las dejen en el interior de la vivienda, de manera que es la persona encargada de la limpieza quien la devuelve al interior del cajetín.

De esta manera, nadie tiene que hacer la bienvenida de los huéspedes, reduciendo el coste del servicio. Una rápida búsqueda en internet arroja resultado de este tipo de cajas de seguridad desde los 20 euros.

Desde la Asociación de Viviendas Turísticas (AVVAPro) recordaban que este no es su modelo, "ni por seguridad ni por estética, suele ser más de particulares que de viviendas profesionales". Afirmaban en Málaga están implantando el servicio de conserjes 24 horas "que ya hacen la recepción y no serían necesario este sistema", pero que, además, en caso de ofrecer algún sistema de este tipo "los hay más profesionalizados, con cierres electrónicos que generan códigos personalizados para cada cliente o cerraduras inteligentes, optamos por opciones más avanzadas que son como la llave de un hotel".

El Ayuntamiento ha prohibido las viviendas turísticas en 43 barrios saturados de la ciudad al pasar las turísticas el 8% del total de las viviendas. AVVAPro presentó este lunes alegaciones formalmente contra la medida, al entender que no estaba justificada. En estos 43 barrios, el porcentaje ya lo supera. El Consistorio lo hizo atendiendo a un informe en el que se determina que a partir de este porcentaje el precio de los alquileres sube significativamente en los barrios, suponiendo, reconocen en el estudio, que se obligue a sus residentes a abandonarlos de forma "clara, inequívoca y objetiva".

Si la retroactividad fuese una posibilidad jurídica, en Málaga capital deberían eliminarse 3.461 viviendas de uso turístico (VUT) en 43 barrios que ya están saturados. En este sentido, el barrio que sale peor parado entre los saturados es el Centro Histórico. En la almendra que delimita el barrio hay, según el estudio, 4.600 casas en total por lo que el máximo que podría acoger son 368 para acoger a visitantes de corta estancia. En su lugar hay 1.693 o, lo que es lo mismo, 1.325 más de las que sería sostenible.

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