Málaga rebaja la exigencia de aparcamientos en la parcela de Repsol donde se proyectan cuatro torres

Usa un nuevo informe de movilidad justificándose los nuevos modos de transporte

Un hombre en silla de ruedas para el tráfico en Vialia en Málaga como protesta: "Que la gente aparque en su sitio"

Parcela de los antiguos terrenos de Repsol.
Parcela de los antiguos terrenos de Repsol. / Javier Albiñana

El Ayuntamiento de Málaga rebaja las exigencias mínimas de creación de aparcamientos en la parcela de Repsol, donde se proyectan cuatro grandes torres. En el PGOU de 2011 se hacía referencia a la necesidad de crear un mínimo de 3.500 plazas de aparcamiento de propiedad privada, en base a un estudio de tráfico de 2007. Pero con un nuevo informe se ha reducido el mínimo a 2.274. El cambio ha sido aprobado este viernes en Junta de Gobierno Local.

El Ayuntamiento de Málaga asegura que este último informe se basa en los nuevos modos de transporte que existen en la actualidad y a los criterios propuestos en el Plan de Movilidad Urbana Sostenible de Málaga (PMUS). También se ha tenido en cuenta, indican, la nueva distribución de usos en la parcela. Con todo, el desarrollo final podrá aumentar este requisito.

Cabe recordar que aún está pendiente la adjudicación de las parcelas a Urbania, después de que el pasado mes de octubre la empresa ganase tiempo recurriendo el aval de 2,7 millones que exigía el Ayuntamiento. Desde la Gerencia de Urbanismo aún no se ha respondido al requerimiento, otorgando un balón de oxígeno a la promotora, que debe pagar más de 60 millones por los suelos, que están pendientes a un litigio que abrió Bosque Urbano, que defiende que esos suelos deben ser, por completo, zona verde.

Cabe recordar que esta operación urbanística, con la que se plantea levantar tres torres de hasta 32 plantas, afecta a una parcela de 177.000 metros cuadrados enclavada en Carretera de Cádiz, el distrito más densamente poblado de la ciudad. La cuarta es propiedad de la Sareb.

El litigio de Bosque Urbano llevó a que cuatro de las cinco empresas interesadas inicialmente en los terrenos retiraran su oferta, siendo Urbania la única que siguió adelante. Al tratarse de unos suelos calificados como "litigiosos", no se podría constuir en ellos nada hasta que haya sentencia en firme. Del mismo modo, el Ayuntamiento ya dijo en su día que el dinero que se ingrese en las arcas municipales por la venta de los terrenos no se gastarán ni se adjudicarán a ningún gasto, sino que se traspasarán cuando se conozca su destino definitivo. Los más de 60 millones de euros quedarán reservados hasta que no quede resuelto el procedimiento judicial, siguiendo un "criterio de prudencia".

Propuesta de Urbania

La propuesta de Urbania viene de la mano de tres arquitectos de renombre: Toyo Ito, premio Pritzker –considerado el Nobel de la arquitectura–, Bjarke Ingels –estudio BIG– y César Frías –estudio Morph–. El proyecto, llamado 'Málaga Tree' para hacer un juego de palabras con las tres torres y los árboles, pretende que los edificios se integren en conjunto con el futuro bosque urbano.

El anteproyecto, que ha sido liderado por destacados arquitectos e ingenieros de reconocido prestigio internacional, plantea la extensión del futuro bosque urbano hacia las torres, mediante la integración de elementos vegetales en la edificación y el uso de estrategias comunes de diseño y de sostenibilidad. El equipo conformado por la compañía malagueña para su propuesta en Repsol reúne a un premio Pritzker, a los diseñadores de la futura base lunar de la NASA y el arquitecto español con mayor proyección del momento.

El estudio de arquitectura danés BIG, Bjarke Ingels Group, ha sido el responsable de la torre residencial de la parcela P2. Con 32 plantas de altura es el edificio más alto, se basa en un concepto de villas dispuestas en vertical. Para ello, el diseño amplía la huella del edificio en las plantas superiores, en las que se configuran terrazas a doble altura con una frondosa vegetación. En su experiencia previa, BIG cuenta con decenas de proyectos icónicos, entre los que destacan: la Torre 2 del World Trade Center de New York, que viene a completar el entorno de la conocida Zona Cero de los atentados. En la actualidad, BIG colabora además con la NASA para el proyecto Lunar Latern en la construcción de edificios modulares en la Luna.

El japonés Toyo Ito, galardonado con el premio Pritzker en 2013, y considerado uno de los arquitectos más influyentes del mundo, ha estado a cargo del proyecto de la parcela P6 (28 plantas) junto al estudio B720, despacho liderado por Fermín Vázquez, profesor de la escuela de Arquitectura del IE de Madrid y autor de reconocidas obras arquitectónicas expuestas en el MOMA de New York o el Centro Pompidou de París.

El tándem ha apostado por distinguir tres volúmenes cúbicos que se expanden de forma regular en altura, y son recorridos por grietas de vegetación con un ecosistema propio. El edificio, que representa los valores mediterráneos, ubica las viviendas de mayor tamaño en las plantas superiores y propone la que podría ser la mayor cubierta de placas solares fotovoltaicas, para producir energía eléctrica, en un edificio residencial del sur de Europa.

Las parcelas P3, P4 y P5 han sido desarrolladas por el despacho madrileño Morph, con el arquitecto César Frías a la cabeza. La torre residencial (P3) con 30 plantas de altura, imita a la ceiba, un árbol que se ensancha y se retuerce de manera orgánica, generando una atractiva forma curva. La torre funciona como una estructura vegetal que se alimenta del sol mediante placas solares, almacena el agua de la lluvia y florece en función de las estaciones, lo que da lugar a un juego cromático.

La edificación comercial (Parcelas P4 y P5), que genera un zócalo de cuatro plantas, se ha bautizado con el nombre de Hedera, la especie botánica conocida popularmente como hiedra, y completa el planteamiento vegetal del complejo bajo los mismos principios.

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