Málaga saca los bañadores en un fin de semana de marzo soleado: el mercurio alcanzará los 30 grados

No será hasta el martes cuando, según Meteorología, se comience a atisbar otra vez la posibilidad de que llueva

Las cañas de las playas de Málaga: "Son una especie invasora de difícil eliminación"

Bañistas en esta jornada calurosa del 29 de marzo en Málaga
Bañistas en esta jornada calurosa del 29 de marzo en Málaga / Carlos Guerrero

Después de un tren de cuatro borrascas que ha aliviado, provisionalmente, la sequía en cuestión de 20 días, la Costa del Sol vivirá un fin de semana caluroso y hará honor a su denominación. Los paraguas y chubasqueros darán paso a los bañadores, que turistas y malagueños todavía no habían podido desempolvar. No en vano, el mercurio se situará este sábado los 28 grados en la capital, según la previsión que maneja la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Pero, ojo, porque la radiación ultravioleta alcanzará niveles altos, por lo que se recomienda precaución al aire libre.

En el resto de la provincia, se esperan temperaturas algo más suaves, también sin amenaza de lluvia. La diferencia será más acusada en municipios del interior, como Alfarnate, donde las máximas no superarán los 20 grados. La jornada de más calor se vivirá este sábado porque, de cara al domingo, volverán a caer los termómetros, hasta ocho grados, para, de nuevo, el lunes experimentar una nueva subida.

No será hasta el martes cuando, a tenor del parte meteorológico, se comience a atisbar otra vez la posibilidad de que llueva y los pantanos continúen ganando agua. El riesgo irá en aumento a medida que avancen los próximos días, en la cuenta atrás ya de la Semana Santa, con los cofrades mirando al cielo.

Aunque Málaga despedirá marzo pudiendo disfrutar de las playas, éstas todavía tratan de recuperar la normalidad tras la invasión de cañas como consecuencia del temporal. Ahora, la retirada y reemplazo por plantas autóctonas y la creación de escolleras con suelo orgánico suficiente para estas, las principales formas de hacerles frente en los cauces.

Son la huella más evidente que han dejado las intensas lluvias en las playas, donde estos días los operarios se afanan en recogerlas para dejar los arenales expeditos de cara a la Semana Santa, pero la caña brava no sólo supone un verdadero quebradero de cabeza para administraciones o paseantes que quieren disfrutar de unos arenales en un perfecto estado de revista, tanto o más de lo que se espera de un destino como Málaga. Ante todo son un problema contra el que, existe consenso, es complicado luchar porque requiere de mucho tiempo y recursos.

Hace algo más de un mes, el fantasma de la sequía seguía sobrevolando la Costa del Sol, pero marzo llegó con cuatro borrascas consecutivas que ha cambiado por completo el panorama. Primero fue Jana, luego Konrad, después Laurence y, la última, Martinho, que han dejado las reservas hídricas de la provincia en 611,48 hectómetros cúbicos.

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