El malagueño que revoluciona el campo andaluz con la Inteligencia Artificial desde Seattle

"En el campo se llevan haciendo las cosas igual 40 años". Así argumenta Pablo Tapia la apuesta por una nueva diversificación en Tupl, firma de la que es cofundador. La compañía, nacida como startup hace 10 años, comenzó a fijarse hace cuatro en el agroalimentario como uno de los principales sectores beneficiados de la tecnología. En el marco del Digital Enterprise Show (DES), esta firma malagueña concebida en Seattle, donde Tapia trabajaba en aquel momento, aplica la inteligencia artificial en un sector lastrado por los métodos tradicionales y el escaso relevo generacional.

Con sede en el Rayo Verde de Málaga TechPark, trabajan en la automatización de los procesos industriales a partir del aprendizaje automático. Esto es el uso de millones de datos históricos de un sector o industria particular para jugar a lo que la humanidad desea: predecir lo que va a ocurrir. "Cuando una empresa se digitaliza, toma el control absoluto de la operación para tomar decisiones", afirma en una conversación de Málaga Hoy en el stand que esta malagueña posee en DES, celebrado en Málaga entre el 11 y el 13 de junio.

En concreto, la automatización de procesos en el sector agrícola responde a cuestiones como la gestión del agua, el control energético, el ahorro en fertilizantes o la propia agilización de la burocracia. "Usan nuestro software para reducir el error humano y maximizar las operaciones". Uno de los ejemplos prácticos es la sensorización de las fincas para realizar un riego a medida. Para más y para menos. "Muchas de las tareas agrícolas se realizan de forma manual y no todos los árboles necesitan la misma cantidad de agua".

Trops riega a medida con esta tecnología

La malagueña líder en el mercado de subtropicales Trops es una de las beneficiadas de la tecnología ideada por Tapia y otros cinco fundadores (José Escobar, Ricardo Ferrer , Héctor Montes, Rafael Sánchez y Rafael Guerrero). "La comarca de la Axarquía es una de las más afectadas por la sequía", evidencia Tapia, quien explica cómo están realizando, a partir de datos obtenidos por sensores in situ, un riego a medida por sector y tipo de suelo en las explotaciones de esta empresa agroalimentaria cuya facturación ronda los 180 millones de euros.

La solución también prevé el seguimiento de maquinaria a través de tecnología GPS para conocer si se ha tratado correctamente qué parcela u optimizar, y "el objetivo es reducir", el uso de fertilizantes a través de una muestra del cultivo para conocer su rendimiento. "La recogida de la muestra es un proceso humano que requiere mucho tiempo, dinero y puede inducir al error", argumenta sobre las ventajas de este sistema que busca mejorar el rendimiento económico del agricultor. En principio, va destinado a grandes y medianas empresas, pero también trabajan soluciones estándar para pequeños agricultores.

El software que ellos proveen es una plataforma "sencilla para el técnico sea capaz de usar la herramienta". En este sentido, la solución tecnológica toma una propuesta genérica que el cliente adapta "de forma rápida" a sus necesidades. Tapia, insiste en que desde la compañía se trabajan la bases de datos y se diseña la arquitectura de la aplicación, pero "le enseñamos para que sean autónomos". El hardware, la maquinaria o herramientas físicas necesarias para desarrollar esta ingeniería, las proveen mediante otras empresas. "Trabajamos en ecosistema, la gran revelación de nuestro siglo".

Mayor rendimiento internacional

Ya en el área industrial, Tupl ha comenzado a trabajar de la mano de otra firma malagueña: Grupo Premo. Con esta multinacional, Tupl está automatizando los sistemas de inspección de calidad en las fábricas internacionales de esta compañía para detectar fallos en piezas que a día de hoy revisan manualmente técnicos a través de microscopios. "En definitiva, le damos una herramienta para crear sus modelos de inteligencia artificial que ellos mismos pueden modificar", recuerda este malagueño, que ha trabajado en localizaciones Estados Unidos o China en las filas de Nokia.

Precisamente en el extranjero confiesa tener la mayor fuerza de su facturación, a pesar de que en Málaga tengan la mayor proporción de personal. "Damos servicio a Estados Unidos desde Seattle, a Europa desde Málaga y a Asia desde Japón", puntualiza al tiempo que abre la puerta a nuevos mercados como el de América Latina. "Allí el sector agro está tirando", justifica el cofundador de Tupl, una tecnológica que también especializada en la salud digital.

La logística, por su parte, es uno de los sectores en los que todavía Tupl no está presente. "Al final llegaremos, la idea es que te ayude a automatizar todos los proyectos", afirma a Málaga Hoy. A lo que le está ayudando en su proyecto en la vertical agro es la finca que acaba de adquirir en Ardales. "Pongo a prueba nuestra tecnología", bromea. Una tecnología que viene a revolucionar el sector primario malagueño e internacional. "He visto el potencial que tiene y lo sacrificado que es el trabajo, si aplicamos la tecnología puede cambiar la película", sentencia.