Los malagueños pagan un tercio de su salario en impuestos

Vistas del centro de Málaga.
Vistas del centro de Málaga. / Javier Albiñana

Málaga/Si hace no mucho salía a la luz que un malagueño debe dedicar en torno a un 50% de su salario en hacer frente al alquiler de una vivienda, ahora conocemos que un tercio de la economía que percibe una familia tipo en la provincia se va a impuestos de media; teniendo en cuenta el total de impuestos directos, indirectos y especiales a abonar.

Según un estudio del Consejo General de Economistas (CGE) y el análisis de datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la factura fiscal completa de los hogares más representativos en España oscila entre el 31 y el 35%. El Colegio de Economistas de Málaga, en base a estos datos, calcula que el coste impositivo para una familia media de tres personas con una renta bruta de algo más de 37.000 euros anuales es de poco más de 11.000 euros, un 31,27%.

Según el CGE, tanto cuando se trata de una persona que vive sola, como de una pareja sin hijos, con un hijo o con dos hijos, los tipos de IRPF entre el 13,76% y el 17,23% pasan a tener una factura fiscal completa que aumenta hasta situarse entre el 31,71% y el 35,35%.

Si se toma como ejemplo el caso de una familia con un hijo que percibe una renta bruta anual de 37.438 €, y se restan 5.152 € al año en concepto de IRPF y 2.377 € en costes de Seguridad Social a cargo del trabajador, los ingresos netos serían de 29.909 €, una cantidad similar a los 28.574 € de renta neta media por hogar en la provincia de Málaga según el INE para 2021. Cabe señalar que el dato se ve condicionado por la proximidad a la pandemia –y todavía bajo sus efectos– en un lugar muy sensible por el turismo.

Siguiendo con el anterior ejemplo, si a esa renta neta de 29.909 € se le restan 2.330 € de IVA, además de otros 1.220 € adicionales en impuestos sobre los seguros, las tasas municipales –IVTM, IBI y basuras– e impuestos especiales por consumo de tabaco, alcohol, electricidad y carburante, queda una renta disponible anual de 26.359 €. Así, tras el pago de todos los tributos habituales de un hogar, equivalentes a 11.070 €, el total de impuestos abonados ascendería a un 31,27%.

Se observa, por tanto, que del conjunto de tributos que gravan a los hogares españoles, los conceptos impositivos que más pesan son el IRPF y el IVA, junto a la Seguridad Social a cargo del trabajador, que suponer alrededor del 85% de la suma total de la factura fiscal completa.

Según datos del Instituto de Estudios Económicos presentados a principios de abril pasado respecto de la presión fiscal en 2022, España parece estar acortando su histórica brecha con la media europea. La Unión Europea alcanzó un 40,2% para 2022, mientras que en España ha alcanzado un 37,7%.

Hay quienes, en base a estos índices, consideran que hay margen para la subida de impuestos. Lo que se olvida a menudo, como explica Manuel Méndez, decano del Colegio de Economistas de Málaga, es que la presión fiscal no es lo mismo que el esfuerzo fiscal, pues la presión fiscal compara la recaudación fiscal total con el Producto Interior Bruto de un país, mientras que el esfuerzo fiscal mide la relación entre la presión fiscal y la renta per cápita:

“Dada una presión fiscal del 40%, es evidente que no es lo mismo que la renta disponible sea del 60% para ingresos de 30.000 euros que de 100.000. Lugares como Andalucía tienen, en general, rentas mucho más bajas que el resto del país, por lo que, con la misma presión fiscal, el esfuerzo de los ciudadanos es mucho más grande aquí”.

Según el CGE, si tomamos como referencia la cuota total del IRPF para un contribuyente soltero sin hijos y con la renta mediana nacional para todas las autonomías de régimen común, la diferencia en la cuota nominal entre comunidades puede ser de hasta 338 euros entre los 3.435 euros de Cataluña y los 3.097 de Canarias.

Ahora bien, sis e introdujera la paridad de poder adquisitivo (PPA), las diferencias entre comunidades cambiarían; las cuotas pagadas en las comunidades con mayor poder de compra, donde el precio de una cesta de consumo representativa es mayor, son menos gravosas que donde el nivel general de precios es menor. Así, la mayor diferencia llega a ser de 1.166 euros, si comparamos la cuota máxima oagada (Extremadura, 3,888 euros) con la menor (Madrid, 2.722 euros).

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