Mansour, el 'Héroe' de Sostoa: "Me duele en el corazón cuando llueve mucho. En mi país siempre rompe todo y tenemos que ayudar"
El joven que rescató a una mujer en una calle de Huelin inundada es originario de Guinea Conakry, tiene 18 años y es solicitante de asilo
Su ilusión: "Conseguir los papeles para poder trabajar y tener una casa"
Héroe de Sostoa y su nuevo 'héroe': así rescató un migrante a una mujer paralizada en plena calle inundada
Lo abrazan por la calle y lo felicitan desde los balcones. En plena alerta roja y con el barrio de Huelin inundado, no dudó en adentrarse en el agua para rescatar a una mujer que necesitaba auxilio. "Estaba llorando, decía que no podía caminar". Se llama Mansour Konte y hace un año que llegó a las playas de Canarias tras nueve días a bordo de una patera, aunque la odisea comenzó días antes, cuando partió de su país, Guinea-Conakry. Ahora, con tan solo 18 años, este joven, que sueña con "conseguir los papeles", se ha convertido en el 'Héroe' de Sostoa.
Estaba cocinando en su habitación con un compañero. Fuera, las lluvias continuaban con fuerza y las calles comenzaban a anegarse. Los contenedores, colchones y vehículos ya flotaban y la Policía trabajaba en la zona para evitar daños mayores. Mansour no dudó en bajar, a pesar de las recomendaciones de las autoridades, para ayudar a los agentes. "Me duele en el corazón cuando llueve mucho. En mi país siempre rompe todo y tenemos que ayudar nosotros", cuenta en una entrevista con Málaga Hoy.
Aunque reconoce sentirse "abrumado" y algo "cansado", se esfuerza en explicar en español cómo fue el rescate y su historia de vida, una y otra vez. A sus ojos, no se trata de ninguna hazaña. A los del resto, su actuación es digna de un ciudadano ejemplar. "Vi a una mujer, junto a la gasolinera, llorando. Anduve hasta donde estaba y decía que no podía caminar". Alentado por los vecinos y sin pensarlo dos veces, acudió en su búsqueda. El agua ya le llegaba por las rodillas.
Mansour cogió en brazos a la mujer y la llevó hasta una zona segura entre los aplausos de los testigos, que lo ovacionaban desde sus ventanas. No sabía que uno de los vecinos lo grabó y difundió el vídeo en redes sociales. El joven continuó prestando apoyo a los agentes hasta que le pidieron que se cobijara en su domicilio y descansara. "No quería". Pero, trató de dormir un rato. Al despertar, descubrió que se había hecho viral en redes sociales y los mensajes con las felicitaciones no cesaban; casi 24 horas más tarde, también continúan. Su deseo, ahora, es reencontrarse con la mujer a la que rescató y asegurarse de que se encuentra bien.
Quizás, cuando el único salvoconducto para encontrar un futuro mejor es subirse a un pequeño y frágil bote durante nueve días, cualquier cosa se torna menor. Aún siendo menor de edad, Mansour decidió abandonar su ciudad. Solo. No encontró otra opción. "Hasta gente de tu propia familia te puede matar", lamenta. Tras horas interminables en carretera, llegó a Senegal, donde se jugó la vida para ocupar una de las pateras con destino a España.
Nueve días y nueve noches de navegación. "La mar estaba muy mal. Mucha lluvia, el barco se movía mucho. No había comida, ni bebida. Tampoco teníamos ropa. Ni siquiera podíamos hacer nuestras necesidades porque éramos muchos". Le cuesta recordar con detalles la travesía y su día a día en Guinea. "No puedo explicar todo porque me quiero olvidar y empezar una nueva vida aquí, tranquilo".
Mansour desembarcó en Tenerife hace aproximadamente un año. Desde hace meses, reside en un centro de la Comisión de Ayuda al Refugiado (CEAR) mientras espera que le concedan el asilo para poder ganarse la vida. "Mi ilusión ahora es conseguir los papeles para poder trabajar y tener una casa". Habla cinco idiomas y en su país, cuenta, era capitán de barco. A pesar de todo, siempre le ha gustado "la mar".
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