Un mapa para las zonas más frágiles

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Un equipo de investigación de la UMA diseña una metodología para poder medir la vulnerabilidad real de las personas y bienes frente a las inundaciones

Una mujer y su perro esperan sobre un coche a ser rescatados por la Guardia Civil tras la inundación de hace dos semanas.
Una mujer y su perro esperan sobre un coche a ser rescatados por la Guardia Civil tras la inundación de hace dos semanas. / Imagen Cedida Por La Guardia Civil
Raquel Garrido

Málaga, 18 de diciembre 2016 - 02:27

Cómo evaluar la peligrosidad de una zona frente a unas posibles inundaciones es algo relativamente fácil de determinar. Pero fijar el grado de vulnerabilidad de ese mismo punto, es decir medir los efectos de un fenómeno de esas características sobre las personas y bienes que hay en ellas, no lo es tanto debido a que no existe una metodología con unos criterios concretos para hacerlo. Propuestas para gestionar las inundaciones hay miles, pero lo que falta es establecer una herramienta que permita definir los criterios para poner en marcha esas medidas. "Hemos construido una ciudad en buena parte en zona inundable y ahora ya no se puede cambiar", señaló María Jesús Perles, profesora de Geografía Física de la Universidad de Málaga (UMA), que insistió en que lo que se debe hacer una vez asumida esa realidad es analizar la vulnerabilidad que presentan esos elementos para que "sean más resistentes en la próxima inundación".

El problema actual es que la forma de elaborar esos mapas de vulnerabilidad depende del criterio del que lo realiza, lo que conlleva que se mida "de manera errónea, simplista y sesgada", explicó. Pero el equipo de investigación que coordina esta profesora ha terminado este mismo año un proyecto de Excelencia, financiado por la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa que precisamente ha consistido en diseñar un catálogo cartográfico de la vulnerabilidad del territorio y cómo hacerlo. En definitiva, fijar "un protocolo claro sobre las variables a tener en cuenta y con las que poder valorar la cantidad de gente y bienes frente al riesgo de inundaciones de forma unitaria". Después de varios años trabajando para crear un método concreto con el que poder evaluarlo y tras analizar abundante normativa sobre vulnerabilidad incluso de otros países, el resultado es una metodología con la que poder medir lo susceptible de que las personas queden aisladas según su edad o por estar en puntos de concentración como centros comerciales, centros de ancianos, colegios u hospitales, por ejemplo.

Así, en estas variables también se incluirá la probabilidad de refugio que existe en una área inundable, el tipo de edificaciones, la calidad de las infraestructuras, la proximidad de los centros de emergencias con respecto a las zonas más vulnerables o la intensidad del tráfico interrumpido. Los grandes problemas de vulnerabilidad que se han tenido en cuenta a grandes rasgos han sido la exposición de la población en distintas circunstancias, la exposición de los bienes y servicios, la interrupción de los servicios territoriales básicos, el aislamiento de la población, las especiales necesidades de socorro y asistencia, la población con conductas inseguras por falta de información ante una inundación como los turistas o los inmigrantes, y las afecciones a los bienes especialmente sensibles.

Cada uno de estos problemas identificados debe tener su propio mapa, explicó Perles, que añadió que es a raíz de entonces cuando se podrán proponer medidas para mitigar los efectos de una posible inundación gracias a la cartografía específica realizada para ello. La profesora de Geografía Física de la UMA considera que "estamos ante una buena oportunidad para resolver esta gran asignatura pendiente". La razón es que dentro del plan de gestión frente a las inundaciones elaborado a raíz de la Ley de Agua se han definido las áreas de riesgo potencial significativo, que obligará a desarrollar planes de actuación de ámbito local frente a posibles avenidas. "Es el momento de hacerlo bien e incluir estos mapas de vulnerabilidad realizados con criterios únicos, o hacerlo como hasta ahora que es prácticamente como no evaluarla".

Más de 60 puntos negros detectados en la capital

El plan municipal ante el riesgo de inundaciones del Ayuntamiento de Málaga tiene identificados 63 puntos en alguno de los 85 arroyos y ríos que discurren por la ciudad considerados como más conflictivos en caso de lluvias torrenciales y más susceptibles de sufrir inundaciones por una ocupación indebida de sus cauces. La palma se la lleva la cuenca del río Guadalhorce a su paso por la capital. Ocho puntos negros identificados en su margen derecha y otros 24 en su margen izquierda lo convierten en el más peligroso de protagonizar una catástrofe natural. Se calcula que en esta zona, en la que están incluidos los polígonos, el aeropuerto y la barriada de Guadalmar, viven alrededor de 1.500 personas, sin contar las personas que van a diario a trabajar allí.

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