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El hombre que se subió con dos escopetas y munición a un taxi en Benalmádena al grito de "los voy a matar y voy a matar inocentes" instando al conductor a que se dirigiera a la Jefatura de Policía Local del municipio después de que retirasen su vehículo con una grúa está en libertad provisional tras abonar una fianza de 50.000 euros.
El 21 de diciembre, pasados sólo tres días del suceso, el Juzgado de Instrucción Número 4 de Torremolinos dispuso para J. A. F. prisión provisional sin fianza por los presuntos delitos de amenazas y homicidio en grado de tentativa en concurso con delito de atentado.
Sin embargo, el Juzgado de Instrucción Número 3 de Torremolinos dispuso el pasado 23 de febrero que el detenido pudiese eludir la prisión provisional previa prestación de 50.000 euros, a lo que se sumaban las condiciones de la retirada del pasaporte y la prohibición expresa de salida del territorio nacional, con las correspondientes comparecencias semanales –y cuantas veces sea llamado– ante el juzgado. La misma se ha hizo efectiva este pasado viernes, según la documentación a la que ha tenido acceso Málaga Hoy, por lo que J.A.F. goza de libertad provisional.
La tarde del 18 de diciembre, día que se desencadenó el suceso, la grúa municipal retiró el vehículo de J. A. F. de una zona de carga y descarga, después de que un profesional que requería su uso alertase a la Policía Local. Entonces y asegurando que le habían robado el vehículo, el investigado fue a su casa en taxi, le pidió que le esperase mientras cogía dinero para pagarle, pero se armó con dos escopetas y munición y le pidió al conductor que se dirigiera a la Jefatura de Policía.
"Los voy a matar y voy a matar inocentes", "por lo menos cuatro me llevo por delante", exclama en el vídeo que grabó el propio taxista mientras le pide que actúe con calma y recapacite. A su llegada a la Jefatura de Policía Local de la localidad, los agentes consiguieron desarmarlo y reducirlo en cuestión de un minuto para finalmente quedar detenido.
Lo que se desprende del informe que le hicieron en las urgencias del Hospital de Alta Resolución de Benalmádena es que esa noche J. A. F. actuaba bajo la influencia de cannabis, alcohol y benzodiacepinas –medicamentos psicotrópicos que toma bajo receta–; una mezcla, que según un informe de forense aportado por su defensa, "puede producir una interferencia tan profunda sobre la voluntad que llegue a condicionar la imposibilidad de no poder actuar conforme a entendimiento" a lo que añade que "la conducta agresiva y totalmente desproporcionada que experimentó J. A. F. vino medida por el consumo simultáneo" de grandes cantidades de alcohol y benzodiacepinas.
Su defensa, ejercida por Miguel Á. Escalante Torre y Alfredo Herrera Rueda, se acogió a este informe, además del arraigo del investigado, en sus alegaciones para requerir la libertad provisional. Según la documentación a la que ha tenido acceso este periódico, además, uno de los agentes que acompañó al acusado al centro hospitalario declaró que no lo vio "bien, lo vi alterado, lo vi agresivo, no lo vi una persona dentro de sus cabales".
A lo que suman las propias declaraciones del taxista, que lo encontró "con la mirada perdida, él no se dio ni cuenta cuando llegó a Comisaria, él estaba perdido". En el citado requerimiento también recogen las declaraciones de los agentes que le detuvieron, "no hubo ningún intento de encañonar porque yo vi cómo mi compañero cogió las armas". Todo quedó finalmente en un susto y, a expensas de ser juzgado, J. A. F. duerme, desde este pasado fin de semana, con su familia.
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