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Málaga/Las actitudes y ataques racistas ocurren y son muchos más de los que salen a la luz. Y casi siempre se producen no contra un famoso y en un campo de fútbol ante decenas de cámaras, como sucedió recientemente con Vinicius Junior. Así que si la víctima no denuncia, el incidente xenófobo o el delito de odio, es como si no hubiera existido. Según un informe de 2020 del Consejo para la Eliminación de la Discriminación Racial o Étnica (Cedre), sólo el 18,2% de personas que sufren algún episodio de este tipo presenta queja, reclamación o denuncia. Es decir, más del 80% no lo hace. “La infradenuncia es recurrente”, confirma Laura Serrano, técnica de la Comisión de Ayuda al Refugiado en el Servicio para la Asistencia y Orientación a Víctimas de Discriminación Racial o Étnica del Cedre.
Las razones son varias. Porque quienes sufren los ataques racistas se resignan y los normalizan, porque creen que la denuncia no sirve, porque no saben cómo denunciar o por miedo a tener problemas con sus papeles.
Serrano informa que el Servicio del Cedre en el que trabaja está para ayudarles. “No obligamos a nada, sólo asesoramos”, aclara. Pero opina que las víctimas deben denunciar ante las fuerzas de seguridad o de forma pública para demostrar que estos incidentes y/o delitos “existen y más de lo que creemos”. Es decir, que la denuncia ayuda a aflojar una realidad de la que los casos que se conocen sólo son la punta del iceberg. Y al sacarlos a la luz, se sensibiliza a la sociedad. Pero también, dice, “porque la opción de contarlo sí sirve y es útil para que las víctimas se sientan resarcidas y protegidas”. Para que no se normalice la xenofobia, añade. “Es importante que se sepa y que se muestre, por las víctimas y por la sociedad”, agrega.
El Cedre depende del Ministerio de Igualdad y presta el Servicio para la Asistencia y Orientación a Víctimas de Discriminación Racial o Étnica gracias a un acuerdo con ocho ONG (Accem, CEAR, Cepaim, Cruz Roja, Red Acoge, Fundación Secretariado Gitano, MPDL y Rumiñahui). Hay 23 oficinas de atención presencial en todo el territorio nacional y ofrece asistencia telefónica de 9:00 a 21:00 los 365 días del año en el 021, el 900203041 o el 628860507 (este último por whatsapp). Todas líneas gratuitas. Serrano insiste en que estos recursos están a disposición de las víctimas. “Hay que darle visibilidad a esto porque sí pasa”, comenta.
El responsable de sensibilización en Málaga Acoge, Ángel Galán, coincide en la descripción de la realidad: “Hay una invisibilización y una normalización de situaciones que son ilegales”. Pero advierte que “no hay que permitir situaciones que vulneran derechos de población que es diversa; con muchos orígenes, sensibilidades o religiones”. Aclara que los ataques proceden de “una minoría”, a veces “espoleada por discursos de odio de algunos partidos”.
Galán detalla que hay iniciativas en esta provincia para combatir los delitos de odio y el racismo. Entre ellos, los proyectos de sensibilización que desarrolla Málaga Acoge, la labor de la Oficina Nacional de Delitos de Odio del Ministerio del Interior a cargo de las fuerzas de seguridad, el trabajo de la Policía Local de Málaga en materia de convivencia o la colaboración entra esa ONG y la Universidad malagueña y el Colegio de Trabajo Social para concienciar a la sociedad. Iniciativas que se ponen en marcha porque las actitudes racistas, reitera, existen.
Tras los ataques racistas a Vinicuis, hasta el recién reelegido presidente de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM) aludió al asunto. Fue en el marco de su toma de posesión. Javier González de Lara recordó que en la provincia de Málaga hay 152 comunidades “perfectamente integradas” y que esa integración es un reto para el crecimiento demográfico” de este territorio.
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