Unos 4.000 médicos de Málaga recibirán una alarma sonora de bolsillo para alertar de un ataque

La alarma sonora que están  recibiendo los facultativos.
La alarma sonora que están recibiendo los facultativos. / M. H.

Málaga/Algo más que un obsequio de merchandising. El Sindicato Médico de Málaga (SMM) prevé repartir entre sus afiliados unas 4.000 alarmas sonoras de bolsillo. Tienen un ruido ensordecedor; casi tan molesto y audible como la de los coches. El objetivo es que sea no sólo un detalle de regalo, sino una herramienta útil para poder atajar una posible agresión. De esa forma, activándola, se puede poner en alerta a los compañeros de un ataque físico o verbal que puede ir a más.

El artilugio tiene una parte metálica que se puede enganchar a un llavero. Si se tira de ella, se activa la alarma. Para desactivarla basta con meterla otra vez en su sitio. El sindicato ya lleva más de un mes repartiendo este pequeño aparato entre sus afiliados.

Entre los detalles que obsequia a sus integrantes hay alfombrillas para el ratón, calendarios o bolígrafos. Pero la idea de la organización al hilo del Día Europeo contra las Agresiones a Sanitarios –que es el 12 de marzo– era entregarles un detalle que a la vez pueda serles de utilidad. Una empresa que les provee del merchandising les ofreció esta alternativa.

“A nadie le apetece tener que usar algo así, pero puede servir para que una agresión no vaya a más”, reflexiona el presidente del Sindicato Médico de Málaga, Antonio Martín, que estima que ya se han repartido la mitad de la cantidad prevista. A medida que los delegados del sindicato visitan los centros, van distribuyendo poco a poco estos singulares dispositivos. Se puede colgar en el llavero, llevar en el bolsillo de la bata o simplemente tener a mano sobre la mesa de la consulta.

Aunque puede ser una herramienta útil y disuasoria frente a una posible agresión, también es un triste símbolo de los tiempos que corren, en que los profesionales que velan por la salud de los demás están expuestos a ataques físicos o amenazas de aquellas personas a las que intentan curar o de sus familiares.

Y hay un dato a tener en cuenta. Según las cifras facilitadas por el Servicio Andaluz de Salud (SAS) a los sindicatos, sólo el 16,47% de los agresores padecen trastornos psiquiátricos o cognitivos. La amplia mayoría –el 83,53%– son pacientes o familiares en pleno uso de sus facultades mentales. Se incluye, eso sí, en este porcentaje, a aquellas personas que atacan a un trabajador de un centro sanitario bajo el efecto del alcohol o las drogas.

Otro dato llamativo es que el 73,27% de las víctimas son mujeres. Aunque hay que tener en cuenta que la sanidad es un sector muy feminizado, pero se trata de una proporción más alta que la parte que representan las profesionales del total del personal.

En términos absolutos, Málaga, con 268 agresiones, fue la provincia que más casos notificó en 2022 después de Sevilla, que registró 304 en total. Pero hay que tener en cuenta que ambos territorios son los que suman más población y tienen también las plantillas de centros sanitarios más numerosas. En relación con el volumen de su personal, la provincia ocupa el quinto lugar con una tasa de 12,41. Por encima de Málaga, con unos indicadores peores se sitúan Huelva (17,78), Almería (14,63), Cádiz (14,52) y Jaén (13,54). Por debajo, están Córdoba (11,54), Sevilla (10,87) y Granada (8,31).

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