"La mente tiene un límite de ruptura, pero el suicidio jamás es la salida"
balcón de notables
El psiquatra afirma que todas las crisis -sean personales, de pareja, económicas o culturales- ponen a prueba la salud mental de las personas porque les exigen readaptarse
USTED lleva el Plan de Atención Integral al Médico Enfermo. Explíquemelo un poco.
-El Paime es un programa de la Organización Médico Colegial. Se desarrolla por un acuerdo entre la Universidad de Málaga y el Colegio de Médicos de Málaga. Nace por las toxicomanías de los médicos, por cualquier abuso de sustancias, legales o ilegales. Lo más frecuente es alcohol a sustancias a las que solo el médico puede acceder porque son mediante receta; son drogas legales, pero que se manejan de una forma no terapéutica. Nace por una problemática muy concreta, pero después se ve que esos problemas de drogas o de alcohol están inscritos en una problemática personal más amplia, en trastornos mentales. Por eso se ha ido ampliando el Paime; porque consideramos que esa problemática tiene que ver con el tipo de trabajo del médico, con las condiciones en las que está, el estrés, el burn-out.
-¿El médico es un paciente difícil?
-El médico es un paciente más con características específicas porque sabe de Medicina. Él tiene que respetar tu autoridad científica porque tiende a cuestionar lo tú estás haciendo. Es un paciente muy difícil sobre todo si te ve como un igual. Yo hasta ahora no he tenido problemas. Es un programa complejo. Los médicos tienen tendencia a autotratarse porque tienen el conocimiento y los fármacos. Lo que pasa es que los médicos que están sumidos en una problemática psicológica forman parte del problema con lo cual es muy difícil que ellos administrando un tratamiento sean capaces de ver la solución. Ellos son parte del problema. Reconocer por parte de un médico que está enfermo, que sus trastornos son psiquiátricos y que tiene que acudir a otro colega, eso es muy largo y muy duro. Cuando un médico toma esa decisión, su proceso está muy avanzado.
-¿Pedir ayuda forma parte de empezar a ver el problema?
-Reconocer que uno tiene un problema supone ya un nivel de curación. El inicio de cualquier tratamiento es empezar a ser consciente de que tienes un problema.
-Me vienen a la mente las víctimas de violencia de género.
-El tema de la violencia doméstica, desde el punto psiquiátrico, es muy complejo. La interacción entre una persona violenta y otra que padece esa violencia es un comportamiento psicológico interesante. Por ejemplo, hay mujeres que retiran sus denuncias. En esta relación intervienen muchas variables que se interrelacionan entre sí y como es difícil aislarlas es complicado saber cuál es el huevo y cuál es la gallina. Se dan razones de tipo económicas, de que las mujeres que no tienen independencia económica y se separan de su agresor no pueden sobrevivir. Pero hay mujeres que teniendo recursos suficientes no dan tampoco ese paso.También se ha dicho que esas mujeres tienen una personalidad dependiente. Es una especie de síndrome de Estocolmo que hace que la violencia de género sea un tema desde el punto de vista psicológico muy complejo. Bajo el punto de vista legal está muy claro lo que hay que hacer.
-¿Hay más casos de ansiedad y depresión con la crisis?
-Yo no paso consulta, pero mis compañeros comentan que se han incrementado los casos de ansiedad, de depresión, de abuso de drogas, los ataques de pánico. Eso es lo que los profesionales opinan. Hay muy pocos estudios objetivos que digan qué es exactamente lo que está pasando con la salud mental de los españoles en relación con la crisis. Pero hay un artículo de una red de actividades preventivas en atención primaria (RediAPP) publicado en The European Journal of Public Health que hace un estudio comparativo en toda España, en atención primaria, sobre trastornos mentales entre 7.940 pacientes en 2006, antes de la crisis, y 5.876 en 2010. Y vieron un significativo incremento de pacientes con transtornos afectivos, ansiedad, somatizaciones y trastornos relacionados con el alcohol.
-Ha habido suicidios por desahucios ¿Por qué se llega a eso?
-El suicidio es el gran fracaso de la Psiquiatría. Cuando un paciente muere por su propia mano y está bajo tu tratamiento, es un fracaso del paciente, del psiquiatra y del propio sistema. Es muy periodístico el suicidio puntual cuando el juez entra por la puerta en un desahucio y el hombre salta por la ventana, pero eso es el pico de un iceberg. Las variables que influyen en un suicidio son muy complejas. Hay variables personales, sociales, económicas. Las tasas de suicidio en todo el mundo están aumentando, pero son diferentes según en que país estemos. En Japón son elevadas, en los países islámicos son bajas. La crisis económica incrementa las tasas de suicidio, pero de forma variable según el medio cultural en el cual se desarrolla esa crisis. Las variables culturales pueden sujetar esas tasas que se disparan por la crisis económica. Un buen contenedor para que no se disparen las tasas de suicidio es que el sistema sanitario funcione. Detrás de las cifras también está la problemática psicológica personal. Por ejemplo, los desahucios no todo el mundo los vive de la misma manera. Para algunos es un fracaso, para otros es algo relativo; como cualquier otra cosa en la vida. Lo que sí está demostrado es que aunque hay una gran relación entre las tasas de suicidios y la situación económica del país o de esa persona, si el sistema sanitario funciona, las tasas de suicidio se moderan porque es un buen contenedor social. La contención de las tasas de suicidio que se pueden ir disparando es la existencia de una buena red de atención primaria y salud mental.
-¿Y que le diría a una persona en esa situación?
-Que acuda al sistema sanitario. El suicidio jamás es la salida. Alguien dijo que es la solución total a un problema parcial. Hay personas desesperadas y desde un punto de vista humano puede ser comprensible, pero desde un punto de vista profesional nunca es admisible. Siempre pueden haber estrategias que permitan que una persona no muera por esa razón. Las circunstancias pueden ser tremendas. Todos los materiales y las mentes tienen un límite de ruptura. Aquellos materiales y aquellas mentes que están más consolidadas, su límite de ruptura está más lejos de las circunstancias cotidianas.
-¿Qué le diría a un parado angustiado?
-Yo como psiquiatra no le puedo decir nada. A un padre angustiado... La angustia por el desempleo es una angustia absolutamente real. El desempleo y la angustia derivada de ese desempleo no se pueden resolver con medidas psiquiátricas. El sistema de salud puede paliar parcialmente las consecuencias de ciclos económicos. Según los economistas, las cifras de desempleo son iguales a las de la Gran Depresión. Y entonces se registraron muchos problemas de salud mental y se incrementó la tasa de suicidios.
-¿La crisis pone a prueba la salud mental?
-Todas las crisis ponen a prueba la salud mental, sea una crisis personal, matrimonial, económica o cultural. Porque supone readaptarte.
-¿Y por qué los jóvenes se adaptan más y los mayores, menos?
-Es la ley de la vida. Una de las claves es intentar no darse tregua. No hay ninguna verdad consolidada. El mundo sigue girando. Hay que estar continuamente al loro de todo lo que va apareciendo e intentar adaptarse a las circunstancias nuevas. La jubilación mental no existe, no puede existir.
-¿Qué se puede sacar de la crisis?
-Las crisis aparecen cuando algo no funciona adecuadamente. Los expertos anticipaban que estabamos construyendo una economía sobre una burbuja inmobiliaria. La gente ha construido muchas cosas sobre decorados de cartón piedra. Debemos ser más humildes socialmente porque los recursos son limitados y que no puede darse el enriquecimiento brutal, los pelotazos. Tiene que haber destrucciones periódicas de algo para que se pueda construir algo más.
-¿Y de esta crisis se podrá construir algo?
-Estoy seguro de que renacerá nuevamente una situación de bienestar. Los ciclos van a continuar. Se trata de que sepamos sobrevivir a éste y de que el sistema no olvide que hay gente a la que le cuesta sobrevivir y que tiene la obligación moral de ayudarle. Los políticos no se tienen que olvidar de esto. Pero el sistema no lo es todo. Las claves personales están dentro de uno mismo. Uno va a acabar manejando los recursos que uno tenga dentro. Lo que pasa es que hay gente que los tiene y no los sabe utilizar. La solución siempre está dentro de uno mismo, hay que saber encontrarla y el sistema tiene que posibilitar que tú consigas encontrar esa solución.
-¿Por qué aumentan las agresiones en sanidad?
-Es algo multifactorial. Tiene mucho que ver con la propia violencia social, con la crisis de autoridad de los médicos, con muchos factores. Eso se va a modificar con la crisis. Por ejemplo, antes la gente se creía con derecho a la baja laboral en cualquier circunstancia. Ahora piden menos la baja porque si se da de baja, lo despiden de su puesto de trabajo. Se están produciendo menos agresiones por la negativa a la baja laboral que no era justificada. Mira como la crisis económica puede resolver algunas cosas. La crisis económica es beneficiosa para algunos aspectos de la salud. Eso se ha publicado en revistas científicas. En crisis, la gente usa menos el coche, camina más, come menos, fuma menos; que son factores de riesgo de las sociedades desarrolladas. Los hábitos en determinados colectivos en las crisis económicas son más saludables que cuando no hay crisis. Es paradójico. No todo es malo.
-¿Cómo ve el copago?
-Sobre gestión política y sanitaria no lo tengo nada claro. Nuestro sistema sanitario ha sido y está siendo muy bueno. En el campo de la salud mental en Andalucía, excepcional. Se ha hecho una reforma sanitaria muy buena. Creo que los movimientos organizativos en el sistema sanitario tienen que hacerse con cifras por delante. Tiene que ser menos una decisión política y más una decisión técnica. Los ajustes económicos probablemente deban hacerse, pero siempre con criterios técnicos y con cifras que los justifiquen, no con criterios economicistas, sino sociales.
-¿Qué siente al ver a concejales y a la Pantoja en el banquillo?
-No son lo mismo los alcaldes y concejales que Pantoja. Son cosas diferentes. Me perturba la percepción social de la corrupción, el hecho de que estemos en una sociedad en la que se percibe que los ejercen el liderato social no se lo merecen. Y esto es el signo de una sociedad enferma.
-Que los médicos emigren...
-Es una pérdida intelectual brutal, de capital humano tremendo. Los alumnos de Medicina son los que entran con la mejor nota de todos, la carrera es la más larga y es muy dura, después han de sacar un examen MIR que es muy duro y luego viene la residencia que son cuatro o cinco años en los que trabajan continuamente. Y ese bagaje lo aprovechan alemanes, británicos o suecos. Es un drama, una pérdida para el país.
-¿Le molestan los chistes de psiquiatras locos?
-No, me encantan porque creo que reflejan muy bien la visión social que existe de nosotros. Y el contenido de algunos de los chistes lo comparto.
-¿El humor es remedio?
-El sentido del humor es un signo de inteligencia, es una salida airosa frente a situaciones conflictivas y complicadas. La expresión más elevada del sentido del humor es la capacidad de reírse de sí mismo y de tomarse menos en serio es que su nivel de salud mental es bastante elevado.
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