El "milagro" del Arboretum de Jarapalos que sobrevive tras el incendio

El jardín botánico de la sierra de Alhaurín de la Torre se salva casi en su totalidad de las llamas, que se quedaron a sólo unos metros

Controlado el incendio forestal en la Sierra de Mijas, que ha arrasado casi 1.900 hectáreas

El Arboretum de Jarapalos tras el incendio en Sierra de Mijas
El Arboretum de Jarapalos tras el incendio en Sierra de Mijas / M.H.
Valeria Veiga

21 de julio 2022 - 06:12

Málaga/El milagro entre las cenizas que ha provocado el incendio. El jardín botánico que ha sobrevivido a las llamas en la sierra de Alhaurín de la Torre. jardín botánicoAlhaurín de la Torre El Arboretum de Jarapalos es un valle de especies en plena naturaleza que lleva décadas creciendo con una cantidad de biodiversidad inusual y que conforma un pequeño paraíso.

Hace más de cuarenta años que Francisco Corbacho, agente forestal en Jarapalos y fundador del Arboretum, vive por y para cuidar esta zona que se ha salvado de las llamas. “Para mí esto es un autentico milagro, estos días han sido un horror, es el trabajo de toda mi vida y se ha salvado”, afirma Corbacho con la voz rota, disculpándose por no poder continuar la conversación debido al dolor que le causa. “No estoy bien, miro el Arboretum y lo veo intacto, pero miro alrededor y es un paisaje de película, es devastador como se lo ha llevado todo el fuego”, añade el agente forestal.

Como si de dos mundos se tratara, el incendio deja una panorámica llena de contrastes, entre lo blanco y lo negro, un marco entre la tristeza y la alegría. “Si miras hacia un lado ves un paisaje verde lleno de especies exóticas sanas, pero si miras hacia el otro lado ves un monte abrasado”, asegura Corbacho. “Mantenerlo, cuidarlo y protegerlo” es el objetivo actual de los vecinos y voluntarios que trabajan en la zona. “Vamos a seguir luchando por el Arboretum”, añade el agente, que reconoce que ahora están “destruidos”. Pese a “llorar mucho él”, continuarán cuidando de él como lleva haciendo toda su vida.

Paco Corbacho en el Arboretum de Jarapalos junto a su árbol favorito
Paco Corbacho en el Arboretum de Jarapalos junto a su árbol favorito / M.H.

Entre todas las clases y grupos de especies naturales que se encuentran allí, hay unas muy especiales: los árboles sembrados en honor a los bomberos fallecidos. Cada noviembre, la Asociación Escalín de bomberos de Málaga colabora comprando especies de diferentes semillas para plantar distintos árboles en honor a sus compañeros.

Una comunidad que nació en 1982 formada por más de 200 bomberos que, como Corbacho, están perplejos por “el milagro” del Arboretum. Al frente, Fernando Marcos, cabo del Cuerpo de Bomberos de Málaga y representante de la asociación. Relata que mientras él estaba actuando en la otra parte de la sierra, “ya daba por perdido el jardín botánico”. “Fue uno de nuestros compañeros del cuerpo, que vive cerca de la zona quien nos avisó, tras dar una vuelta, que el Arboretum, milagrosamente estaba intacto”, concluye el bombero.

El bombero Fernando Marcos a la derecha sembrando un árbol en el Arboretum
El bombero Fernando Marcos a la derecha sembrando un árbol en el Arboretum / M.H.

La asociación Escalín nació con el fin de formar parte de diversas actividades deportivas y culturales de Málaga, entre ellas, las Olimpiadas de Policías y bomberos a las que acuden en representación y la organización de viajes o excursiones para colaborar con fundaciones contra el cáncer infantil.

“Todo lo que reunimos de la gente que nos acompaña, bizums o transferencias, lo donamos”, asegura Marcos, que asegura que recientemente colaboraron con la Fundación Andrés Olivares de Málaga.

Bomberos de la Asociación Escalín de Málaga en el Arboretum
Bomberos de la Asociación Escalín de Málaga en el Arboretum / M.H.

Todos los bomberos de la asociación han trabajado con el Infoca y el resto de unidades que se encontraban en la sierra de Mijas. “Nosotros llegamos con un camión nodriza el sábado, más otro de apoyo con un abastecimiento de agua más grande”, subraya Marcos. El cabo mantiene que él y sus compañeros, acostumbrados a trabajar en la ciudad y no en espacios forestales, reconoce que iban con “miedo” y algo de “incertidumbre” con lo que se podían encontrar allí.

Finalmente accedieron a una casa vacacional, Casa Pinos, y encontraron un abastecimiento aún más grande: una piscina. “Se podría decir que eso nos salvó”, afirma el representante de la asociación. “Forzamos el portón, situamos nuestro camión y comenzamos a parar el frente de llamas que iba directo a las primeras casas de la zona”, añade Marcos. “Si no hubiéramos parado ese frente, no me imagino lo que hubiera pasado”, concluye.

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