Miles de manifestantes por la vivienda en Málaga: "Si pago el alquiler, no me queda para comer"

Esta es la tercera protesta en menos de un año, una convocatoria a nivel estatal

Málaga se manifiesta este sábado por la vivienda

La manifestación de este sábado a su paso por la calle Alcazabilla.
La manifestación de este sábado a su paso por la calle Alcazabilla. / Carlos Guerrero

"Los barrios no se venden, la gente no se echa, Málaga resiste", gritan algunos malagueños en la plaza de la Merced a las 11:30. La ciudad acoge este sábado 5 de abril la tercera manifestación por la vivienda en menos de un año, después de la primera el 29 de junio y la segunda el 9 de noviembre. Según la organización, 28.000 personas son las que se echan a las calles en esta; según la Policía Nacional, 5.000. Bajo el lema 'Acabemos con el negocio de la vivienda', las movilizaciones se llevan a cabo de manera coordinada en más de 40 ciudades españolas.

Minutos antes de que empiece la marcha, en el punto de partida se concentran centenares de manifestantes. Para ir preparando el terreno, un altavoz resuena en la plaza con canciones de base de reguetón, pero que no son comerciales. La letra está compuesta por frases que ya se han escuchado en las anteriores manifestaciones, como "¿Dónde está Paquito? ¿Paquito dónde está", "¿qué pasa, qué pasa, qué pasa con la vivienda?" o "donde tú ves turistas, yo veo negocios".

"Esto lo voy a bailar en la Feria", "esto podría ser un trending de TikTok perfectamente", son algunas de las frases que se escuchan entre los asistentes. La marcha empieza a andar a las 11:45. "Arriba todos a luchar, si nos quitan nuestros barrios, les paramos la ciudad", "Paco, Paquito, merecemos un pisito", grita la cabeza de la manifestación al entrar por la calle Alcazabilla.

Algunas personas se van sumando sobre la marcha a la protesta. "Si pago el alquiler, no me queda para comer", defienden. La primera convocatoria contó con 5.500 asistentes, mientras que la segunda aumentó hasta los 10.000, según datos de la Policía Nacional. Los convocantes elevaban entonces las cifras a 25.000 y 30.000 asistentes respectivamente. La convocatoria ha sido impulsada por el movimiento vecinal Málaga para vivir en coordinación con otras homólogas de distintas provincias.

Un grupo de cinco jóvenes de 26 años vienen a la manifestación desde Murcia: "Íbamos a un concierto esta noche y, como queríamos manifestarnos en Murcia, nos ha pillado auí y apoyamos la causa, no nos costaba acercarnos. Además, nos habían dicho que Málaga es una zona bastante tensionada con el tema del turismo y la vivienda".

Carmen es una mujer de 74 años que tampoco ha dudado en acudir a la protesta. "Lo único que están haciendo es dejándolo en manos de unos fondos buitres, están echando a las personas de su hábitat y se los llevan al extrarradio", sostiene. Ella es vecina de Huelin y denuncia que hay viviendas que cuestan 1.500 euros de alquiler: "Mi pensión es más pequeña de 1.500 euros, tienes que añadirle luz, agua, comida, educación, transporte... ¿De qué va a vivir la gente joven?"

"Ni gente sin casa, ni casas sin gente", corean al unísonos, seguido de un "dónde está, no se ve, nuestro piso de alquiler" y un "no nos mires, únete". El foco de esta acción está "en la crisis habitacional y en un modelo de ciudad basado en la especulación inmobiliaria y turística, que expulsa a sus habitantes, precariza el empleo y destruye el territorio", aseguran los convocantes.

Manifestantes en Cortina del Muelle y avenida de Cervantes
Manifestantes en Cortina del Muelle y avenida de Cervantes / M. G.

"Debajo de los puentes, no cabe tanta gente", se escucha en la cabeza de la manifestación. A las 12:00, bajo un sol que ha incitado a la ciudad a echarse a las calles, la marcha llega frente al teatro romano entre aplausos y saltos que animan a los manifestantes a moverse. "De bloque a bloque, que esto se convoque", dicen. Justo después, los manifestantes se sientan al grito de "una sentada por las desahuciadas" y "de estos nuestros barrios no nos moverán porque nosotros somos el alma".

En algunos de los carteles que portan los manifestantes puede leerse un "Málaga sin torres y sin De la Torre". Incluso algún turista le pregunta a los agentes de la Policía qué sucede y este le responde en inglés lo que corra la masa. "Turismo masivo, barrios sin vecinos", "Paquito, te aviso, te voy a okupar el piso", advierten para seguir avanzando, seguido de "Málaga para vivir, no para sobrevivir", el lema vertebral por el que se ha movilizado la ciudad desde el primer momento.

El recorrido de esta protesta ha variado con respecto a las anteriores para salir del Centro. Aunque ha empezado en la plaza de la Merced, recorre la calle Alcazabilla, Plaza de la Aduana, Avenida de Cervantes, calle Cortina del Muelle, Plaza de la Marina, Alameda Principal, Puente de Tetuán, calle Cristo de la Expiración, Avenida de la Aurora, calle Cuarteles, calle Ingeniero José María Garnica, Ayala, Orfila y finaliza en el Parque de Huelin.

"Debajo de un puente no cabe tanta gente", excalaman a la altura de Cortina del Muelle. Una limpiadora se asoma por un balcón a saludar y todos los asistentes aplauden. En las terrazas de los bares por donde pasa la marcha, los turistas miran a los malagueños mientras comen y alguno saca su teléfono móvil para inmortalizar la manifestación. "En el ojo patio no se escucha andaluz", "techo de menos", "en mi barrio los buitres comen boquerones" son otros mensajes que se pueden leer en las pancartas de los malagueños.

La marcha sigue su camino con una larga cola. "Vecina, resiste, sabemos que existes", gritan los manifestantes con palmas a una mujer mayor asomada a una ventana en la calle Cuarteles. Unos metros más adelante, cerca del Vialia, los protestantes vuelven a organizar una sentada breve. En este punto, algunos de los organizadores encienden bengalas de colores azul y rojo al grito de "Málaga para vivir, no para sobrevivir", seguido de una pitada.

La cabeza de la manifestación llega al parque de Huelin a las 14 a grito de "se va a acabar especular con la ciudad" y "Málaga no se vende, se defiende". Algunos de los organizadores entran a la plaza principal del parque con un altavoz y música para animar el ambiente y celebrar la convocatoria masiva. Mientras acaban de llegar todos los protestantes, cantan "¿Dónde está Paquito, Paquito dónde está? Paquito está vendiendo lo que queda de ciudad". Los malagueños que entran al parque rodean el faro, con caceroladas, palmas y gritos: "Paquito, escucha, los vecinos están en lucha".

Los vecinos de Málaga levantan las llaves de sus casas y las agitan con fuerza mientras entra la batucada al parque. "Y luego nos diréis que somos cinco o seis", exclaman. Otra de las pancartas dice: "Necesito el euromillón para pagarme una habitación". La percusión resuena y se mezcla con el sonido de las llaves chocando. Al entrar todos, Málaga para vivir procede a la lectura del manifiesto: "Vemos cómo nos desahucian o nos expulsan de nuestro barrio, a esta situación hemos llegado por la avaricia".

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