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Mikel Lejarza
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La Diputación de Málaga se ha propuesto plantar un millón de árboles hasta 2020 como parte de un ambicioso plan de lucha contra el cambio climático en la provincia. La repoblación forestal se iniciará el próximo otoño sobre unas 2.500 hectáreas que un estudio ya ha detectado en riesgo elevado de erosión. El proyecto contempla en su conjunto una inversión próxima a los 100 millones de euros e incluye acciones enfocadas a la reducción de las emisiones de CO2 y la lucha contra la erosión; el aumento del uso de energías renovables y la mejora de la eficiencia energética, y la reutilización de los residuos.
El presidente de la Diputación de Málaga, Elías Bendodo, avanzó ayer el plan -que requiere de la implicación de todas las administraciones y la participación activa de la ciudadanía- en una rueda de prensa en la que puso en alerta sobre los efectos que conlleva el cambio climático: "Amenaza a sectores tan capitales para nuestra economía, como el turismo o la industria agroalimentaria, que pueden verse seriamente afectados. Por eso la Diputación quiere liderar en la provincia esta lucha", concretó.
El primero de los puntos del plan plurianual alberga acciones contra la desertización y enfocados a la disminución del dióxido de carbono. El objetivo de la Unión Europea hasta 2020 es la reducción de un 20% de las emisiones respecto a 1990, pero la provincia irá más allá, hasta el 30%, siguiendo la Estrategia Energética Andaluza. Por lo que se plantarán del orden del millón de árboles en los próximos cuatro años, con especies autóctonas procedentes del vivero provincial, como pinos, encinas, acebuches o algarrobos, y arbustos de romero, lavanda, lentisco, aulaga, sabina o enebro. Para acotar las zonas de actuación, se ha acometido un estudio sobre suelos forestales que no son competencia de la Junta de Andalucía que revela que 25.598 hectáreas (un 3,5% de la superficie de la provincia) son zonas de actuación prioritaria, porque en ellas la erosión supera las 50 toneladas por hectárea y año. "Nos proponemos actuar sobre unas 2.500 hectáreas para restaurar áreas que se han identificado como especialmente degradadas o con riesgo elevado de erosión. Y queremos que sean los ayuntamientos los que nos plateen las zonas prioritarias", explicó Bendodo.
Con la repoblación prevista hasta 2020, la Diputación calcula que se evitará la pérdida de unas 125.000 toneladas anuales de suelo; además estos árboles absorberán 85.680 toneladas de CO2 anualmente, lo que equivale a los gases que emiten cinco millones de vehículos en desplazamientos de 100 kilómetros. Otras medidas para reducir las emisiones son el cambio en el sistema de alumbrado público en municipios menores de 5.000 habitantes y la revisión y actualización de los planes de optimización energética de todos los ayuntamientos de la provincia.
El segundo de los apartados de este plan contempla una apuesta decida por las energías renovables y una gestión eficiente de los recursos naturales. El compromiso europeo es alcanzar un 20% hasta 2025, y el reto en la provincia es llegar hasta un 25%. Para ello se plantea un mayor uso de placas solares en las dependencias municipales, así como la implantación del tratamiento terciario en las depuradoras -permitirá aprovechar el agua para riego-, al igual que mejoras en la movilidad, ayudando a los municipios a la creación de carriles bici. Así mismo, Bendodo indicó que la senda litoral, que permitirá recorrer andando o en bici toda la costa malagueña, facilitará que muchas personas puedan desplazarse diariamente entre municipios costeros en bicicleta.
En cuanto a la eficiencia energética, la UE plantea un ahorro del 20% hasta 2020, y el objetivo provincial va hasta el 25%. En materia de agua, Bendodo recordó que la Diputación lleva tiempo trabajando en un mejor aprovechamiento y un uso responsable de los recursos hídricos. En este caso, se contempla la realización de un diagnóstico de las infraestructuras hidráulicas y de los recursos hídricos de cada comarca, similar al realizado en la Axarquía.
En materia de reciclaje, se van a llevar a cabo medidas que eviten el colapso de los vertederos, como campañas de sensibilización de los ciudadanos y colaboración de las empresas. Bendodo comentó que, próximamente, se pondrá en marcha una planta de compostaje en el complejo medioambiental de Valsequillo.
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