La moda vintage se asienta en Málaga: "Encuentro ropa más original y única"
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Málaga/Las modas siempre vuelven y en una época de concienciación medioambiental volver a producir aquello que un día estuvo en nuestros armarios y estanterías es impensable. Darle una segunda vida a lo que en su momento dejó de ser tendencia es el gran paso que se ha dado en las últimas décadas.
Así llega la moda vintage, aquella que aboga por la vuelta de lo antiguo. No solo la ropa, sino también tecnología: cámaras analógicas, vinilos, cassettes... El boom que se ha vivido en los últimos años ha hecho que en Málaga nos acostumbremos a la presencia de tiendas de segunda mano para todo este tipo de productos.
Las hay por todos los barrios y de cualquier tipo. Asimismo, cada vez son más los que se quitan los prejuicios de comprar de segunda mano y acuden a estas tiendas, ya que algunas de ellas, además, tienen un fin benéfico. Buenas causas y concienciación con el medio ambiente son lo necesario para crear un futuro sostenible.
En Málaga también hay una gran variedad de tiendas que ofrecen los mismos servicios, pero con una selección diferente de ropa, a veces incluso dentro de sus propias sucursales como es el ejemplo de Cudeca, la fundación de los cuidados paliativos y el cáncer. Sus tiendas en el Centro se orientan hacia un tipo de ropa diferente a la del Paseo de los Tilos, aunque todas ellas persiguen ese fin benéfico.
"Tenemos distintas tiendas porque funcionamos por calidades, ya que no toda la ropa tiene el mismo precio cuando la compramos de primera mano. Tenemos lo vintage y las grandes marcas localizadas en el Centro. Esta tienda es muy del barrio, muy de la zona", afirma Inmaculada Flores desde Los Tilos.
La forma de trabajar en Cudeca con sus productos consiste en que "la comunidad se une a nuestra causa y nos trae ropa de su casa, juguetes, accesorios, menaje... Nosotros la seleccionamos y lo que está en buen estado lo ponemos a la venta".
Además, Flores sostiene que durante los últimos años han notado el aumento de ventas de segunda mano. "La conciencia de que el textil produce mucha contaminación y también la cuestión económica aprietan un poco para la segunda mano. Creo que al final se va rompiendo mucho eso, no es necesaria tanta ropa para vestir bien".
El modelo de ropa al peso se ha extendido a otros negocios, como Verde. Ropa al peso, que empezó hace un mes en Héroe de Sostoa y ya ha abierto su segundo local en el Centro. "La tienda se llena de mercancía cada dos semanas. Desde el primer lunes va bajando el precio del peso hasta el último domingo, que se vacía la tienda y entra nueva mercancía", explica su dependienta, Airam Padilla.
Este ciclo de renovación de ropa está siendo un "éxito" y aunque puede parecer que las mejores existencias se acabarán durante los primeros días, Airam lo niega: "A medida que se va desocupando la tienda encuentras cosas que, como estaba todo junto, no veías".
Una práctica que hace años estaba llena de prejuicios ahora atrae a muchas personas por la originalidad y el precio de sus prendas. "La gente más mayor también se está concienciando, pero los jóvenes compran mucho más de segunda mano. La segunda mano a la gente joven le da menos miedo, se va rompiendo cada vez más esa idea que en otros países funciona muy bien", comenta Inmaculada Flores.
Así lo demuestra María López, clienta ocasional de las tiendas vintage. "Hace cinco años comencé a comprar ropa de segunda mano. Me gustan las tiendas tipo vintage, pero también compro en Vinted cosas de temporadas pasadas". Además, añade: "No me gusta gastarme mucho dinero en ropa, también me gustan más cosas de las que hay en las tiendas que a veces pienso que es todo lo mismo".
"Yo creo que los prejuicios han cambiado en los últimos años y puede ser que sea lo que nos ha hecho empezar a venir a estas tiendas. Al final es lo mismo, lo lavas y fin. Al igual que te acuestas en el hotel más caro del mundo y no estás pensando en que alguien ha dormido en esas sábanas, pues te pones la ropa. Existen las lavadoras y no pasa nada, no hay que tirarlo todo", defiende Rocío Higuero.
Venta de vinilos
Sin embargo, el cambio generacional cambia al hablar de los vinilos. La burbuja que se ha vivido durante los últimos años se ha ido desinflando. Tan solo los grandes artistas venden vinilos y sus compradores son meramente coleccionistas. "Aquí en España ha sido simbólico, el gran boom del vinilo fue el año pasado, en el 2023 las ventas están siendo bastante más pequeñas. Es un público de 50 o 60 años, no hay un relevo generacional", explica Francisco Gil, al mando de Discos Candilejas.
Un nexo común que unen a la venta de vinilos y de ropa es la clientela extranjera. Así lo explica Francisco y otros dependientes como María García, que afirma que las personas que acuden a Oysters no suelen ser españolas. "Sobre todo viene gente extranjera, porque en otros países la ropa de segunda mano se vende más cara aún y nos dicen que lo vendemos muy barato en comparación con fuera".
María comenta la ética que lleva Oysters, que principalmente se basa en "acabar con el consumismo y el fast fashion, con la hiperproducción. En resumen, darle uso a prendas que ya están producidas y que están estancadas, pero que se pueden seguir usando".
Para conseguir esto, los propietarios de Oysters viajan cada ciertos meses a Ámsterdam y escogen la ropa de grandes almacenes de allí. "Van ellos directamente, la seleccionan a mano y la traen a Málaga", detalla García.
En Flamingos y Península, ambas al cargo de Javier Villanueva y Laura Bueno, la mercancía también es internacional. "Hay una parte bastante mayoritaria de la ropa en Flamingos que es americana y por eso tiene esa estética, pero también procede de otras partes del mundo. En Península igual, tenemos kimonos traídos directamente de Japón, compramos en el sudeste asiático, Tailandia, Filipinas, pero también en Europa. En España estamos intentando últimamente comprar", explican.
Para Mari Carmen Mayorga y María José González, voluntarias de Cudeca en su tienda vintage del Centro de Málaga, "la clientela es gente joven y extranjera". Además, explican que "las personas de mediana edad vienen buscando firmas y los jóvenes buscan ropa vintage".
Mar Rubio lleva unos años comprando en tiendas de segunda mano, "me di cuenta de que encuentro ropa más original y única. Además, el precio a veces es mejor que el de una tienda convencional y también es más ecológica, pero es verdad gastas más tiempo en buscar y encontrar algo".
Este cambio de mentalidad y el gusto por encontrar prendas singulares han hecho crecer el número de personas que abogan por las prendas de doble uso. "Hemos notado un aumento bestial", afirma Javier Villanueva, "llevamos nueve años en Málaga y cuando lo montamos no estaba muy extendido el tema del vintage. Cada vez más gente está abierta a entender que es algo que está lavado, cuidado y chequeado".
Una industria sostenible, que más allá de la estética, persigue el consumo de productos de calidad y duraderos. Así es la moda vintage. La vuelta de lo antiguo para evitar que se produzcan más cantidades de ropa con el impacto medioambiental que conlleva, así como discos y vinilos.
La oferta en Málaga es variada y los modelos de compra de segunda mano también. Poco a poco las calles se llenan de estas tiendas que consiguen concienciar a las personas de que este es el camino a seguir.
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