Una jueza obliga a un hombre a pagar 200.000 euros a su ex mujer por el cuidado de sus hijos y del hogar en Málaga

"Él creció como la espuma, se convirtió en una estrella y ella quedó anulada", subraya la abogada que defiende a la demandante

La sentencia se basa en la aplicación del Salario Mínimo Interprofesional desde hace 25 años, el tiempo que la pareja estuvo casada

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Entrada de la Ciudad de la Justicia.
Entrada de la Ciudad de la Justicia.

Una jueza ha dado la razón a una mujer para que su ex marido la indemnice por las tareas del hogar y el cuidado de los hijos de los que se ocupó durante los 25 años que la pareja estuvo casada. La suma por la que el hombre deberá responder es de 204.624,86 euros, aplicando de esta forma el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) vigente en cada año transcurrido desde cuando contrajeron matrimonio hasta 2020, cuando se separaron.

La sentencia, del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Vélez-Málaga y a la que ha tenido acceso este periódico, ha sido dictada a raíz del artículo 1438 del Código Civil, según el cual “los cónyuges contribuirán al sostenimiento de las cargas del matrimonio. A falta de convenio lo harán proporcionalmente a sus respectivos recursos económicos. El trabajo para la casa será computado como contribución a las cargas y dará derecho a obtener una compensación que el juez señalará (...) a la extinción del régimen de separación”.

"Él se convirtió en una estrella"

La abogada que se ha ocupado del caso, Marta Fuentes, que pertenece al despacho Gentius Abogados, en Torre del Mar, ha subrayado a 'Málaga Hoy' lo necesario de que "muchas mujeres se mentalicen de que lo que ellos han conseguido ha sido porque ellas estaban a su lado", recalca. En este caso, el hombre que ahora deberá compensar a su ex pareja por las tareas del hogar, asevera, "creció como la espuma, se convirtió en una estrella y ella quedó anulada".

La pareja, que tienen dos hijas en común, se casaron en 1995. Ambos eran veinteañeros. Un mes después firmaron la separación de bienes y, desde entonces, todos estos pasaron a estar a nombre del ex marido, a excepción de un inmueble en Vélez-Málaga, cuyos ingresos en concepto de alquiler ambos tienen repartidos. Ella, reza la sentencia, se ha venido dedicando en exclusividad -uno de los requisitos para exigir esta indemnización- al "cuidado del hogar y de las hijas, con todo lo que ello implica, contribuyendo puntualmente en los negocios familiares".

Desde que la pareja puso fin a su relación, según la abogada, "él ha aportado un dinero al mes en casa de ella para su manutención, pero siempre controlado y lo justo para poder vivir sin ningún tipo de exceso". Destaca así "las limitaciones" que ella ha soportado "para acceder al mercado laboral con 48 años y tras 25 años siguiendo a su marido a todas partes sin hacer nada más que trabajar para él y la familia".

"Una miseria para un patrimonio de 5 millones de euros"

Otras mujeres han conseguido también este reconocimiento por vía judicial en varias provincias, caso de una vecina de Pontevedra, que logró que su ex marido compensara su no incorporación al mercado laboral. Pero esta última resolución judicial dictada por un juzgado de Vélez-Málaga marca un precedente por lo elevado de la cuantía que se ha fijado. No obstante, a juicio de la abogada, para el condenado implica "casi una miseria", teniendo en cuenta su nivel de ingresos. La resolución judicial recoge que el ex marido "ingresa mensualmente entre 3.000 y 4.000 por la explotación cedida de una finca de 70 hectáreas de su propiedad con cultivo de olivo", mientras que la mujer cuenta con ingresos por importe de 460 euros mensuales que percibe por el alquiler de una vivienda ganancial. "Él tiene un patrimonio de 5 ó 6 millones de euros y una finca de olivos que estuvo en venta por 4 millones en plataformas online", añade la abogada de la mujer.

Con la difusión del fallo judicial que reconoce la compensación por trabajar en el hogar y cuidar de los hijos pretende "reivindicar este derecho, que existe y que casi nunca se reclama ni se concede". "Esperamos que la Audiencia provincial le de muchas vueltas antes de revocar esta sentencia. Tiene que ser una norma. Debe tener un valor que la mujer dedique toda su vida a los hijos", sostiene.

La sentencia, que no es firme y aún se puede recurrir, se traduce, en opinión de la letrada, en un "reconocimiento de la labor de todas aquellas mujeres que están en la sombra" y que constituyen un "apoyo fundamental" para que su pareja "consolide una familia, desarrolle una carrera profesional y un incremento patrimonial". Asimismo, denuncia las "escasas posibilidades" que, tras la ruptura sentimental, la mujer, en este tipo de casos, tiene para "acceder a un trabajo dada su exclusiva dedicación a la familia y en su mayor parte a los negocios de su marido".

Al separarse, la mujer ha obtenido el título de la ESO para mayores de 18 años e iniciado varios cursos de formación, aunque ha tenido que paralizar "temporalmente su desarrollo porque en 2021 le fue detectado un cáncer", que aún la obliga a recibir tratamiento. "Ella es fuerte, valiente y capaz y podrá con todo", apostilla su abogada.

Una pensión compensatoria de 500 euros

Además de la compensación económica que el juzgado ha concedido a esta vecina de Vélez-Málaga por sacrificar su vida laboral y su economía por atender la casa y a los hijos, el ex marido también deberá abonar una pensión de 500 euros al mes durante dos años, el tiempo que, según el fallo, se considera "prudencial a los efectos de que ella pueda incorporarse al mercado laboral". El hombre, "a la vista de su capacidad y necesidades de las hijas", también tendrá que pagar una pensión de alimentos de 400 euros a favor de la más pequeña y de 600 de los que se beneficiará la mayor.

"Estuvo 25 años trabajando sin asegurar y sin cobrar para él"

La abogada Marta Fuentes, que asiste a la mujer que en 2020 presentó la demanda para exigir una compensación por el trabajo doméstico desarrollado, relata que durante los 25 años de matrimonio ha estado "cambiando constantemente de domicilio, trabajando sin asegurar y sin cobrar para su marido y sus negocios como monitora en gimnasios, limpiadora y relaciones públicas". Desde 2003, cuando nació la primera de las dos hijas que tienen en común, continuó "sin ningún tipo de ayuda doméstica a pesar del nivel de vida que él lleva", con "ocho motos BMW de gran cilindrada, dos vehículos de alta gama, tractores, maquinaria de terapias alternativas, una empresa de persianas, cuentas bancarias y seguros de vida".

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