Acusan a una mujer de 73 años de un delito de estafa informática pese a que "apenas sabe hacer uso de WhatsApp"

Suplantaron supuestamente su identidad para abrir cuentas en casas de apuestas a través de las que hacían pagos fraudulentos

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Hacker
Un hacker.

María, una vecina de Rincón de la Victoria de 73 años, ha sido acusada por un delito de estafa informática por el Juzgado de Instrucción de Durango (País Vasco) pese a que "apenas sabe hacer uso de WhatsApp", asegura su abogado, Francisco Peláez.

Según el letrado, alguien podría haber tomado una imagen del DNI de la acusada -aunque ella misma desconoce de qué modo se podría haber producido este hecho- y, una vez con sus datos, utilizarlos para abrir dos cuentas en conocidas casas de apuestas online.

A través de estos perfiles creados con los datos de María, los presuntos responsables realizaron distintas pagos haciendo uso de la tarjeta bancaria de una mujer con residencia en Durango sin su autorización ni consentimiento, siempre en palabras de la defensa de María.

Ante esta situación, la titular de la tarjeta presentó una denuncia ante la Ertzaintza -policía autonómica del País Vasco- el pasado 30 de agosto. Así, los agentes localizaron a María. Sus datos aparecían en los perfiles creados en las casas de apuestas. Todo apuntaba que era la supuesta responsable de los cargos fraudulentos en la tarjeta bancaria de la otra mujer damnificada.

De esta manera, la vecina de Rincón de la Victoria recibió en octubre del año pasado una citación para acudir a juicio en el País Vasco como acusada de un delito de estafa informática.

"Totalmente ajena a esta trama", según su abogado, la acusada presentó una denuncia por delito de suplantación de identidad, que fue entregada en el Juzgado para conseguir la suspensión del procedimiento judicial "hasta que se aclarase lo verdaderamente ocurrido".

Además, la defensa solicitó distintas pruebas para demostrar "la inocencia de María". Los resultados de esas investigaciones, que corren a cargo de unidades de la Policía Judicial de la Ertzaintza, aún están pendientes de recibirse en el Juzgado".

El abogado cuenta que María "se encuentra inquieta porque no tiene ni idea de por dónde le ha venido", ya que "solo usa WhatsApp para hablar con sus hijos y nietos". Asegura que la pensionista es una víctima más de las acciones de ciberdelincuentes que "aún no han sido descubiertos y probablemente nunca serán localizados".

Peláez afirma que "este tipo de delitos son cada día muy frecuentes". "Víctima no solamente es quien sufre una importante pérdida económica. En este caso, la acusada del delito también es una víctima, ya que se han aprovechado de ella y de sus sus datos y documentación personal para realizar el delito, mientras que los verdaderos culpables quedan impunes", denuncia el letrado.

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