La madre indemnizada por cuidar a sus hijas en Málaga: "Ha sido una victoria moral. Vivía en la miseria"
La mujer a la que su ex marido deberá abonar 200.000 euros relata cómo fueron los 25 años de matrimonio
Asegura que llegó a trabajar, sin cobrar, hasta 10 horas para los negocios de su pareja, que vio crecer "exponencialmente su patrimonio"
Una jueza obliga a un hombre a indemnizar con 200.000 euros a su ex mujer por los trabajos en el hogar
Los hombres dedican más tiempo al cuidado de sus hijos tras la pandemia
La suya, reconoce, ha sido una “victoria moral mayúscula" que todavía le impide discernir entre el sueño y la realidad. Ivana Moral, que tiene 48 años, es la mujer a la que un juzgado de Vélez-Málaga le ha reconocido el derecho a la compensación por las labores realizadas al frente del hogar y cuidado familiar durante los 25 años que estuvo casada, en régimen de separación de bienes.
El ex marido ha sido condenado a abonarle más de 200.000 euros por esas dos décadas en las que ella se dedicó exclusivamente a cuidar de las dos hijas que ambos tienen en común, mientras él, apostilla esta madre, incrementó "exponencialmente" su patrimonio privativo, adquiriendo vehículos de lujo, inmuebles, seguros de vida o tractores. "Fue una lucha continua en la que lloré y sufrí mucho, siempre rendida. Estaba comiéndose mi fe, la libertad de una economía definida que debe tener cualquier persona", asevera en declaraciones a este periódico.
"Trabajé hasta 10 horas diarias en sus negocios"
Porque, según su testimonio, durante los años de matrimonio, Ivana vio "mermadas" sus capacidades "ante situaciones que no podía tener como objetivo al no poderlas alcanzar". "Quise tener mi propio negocio, pero trabajaba para él en los suyos sin haber sido nunca remunerada. Llegué a dedicar hasta 10 horas diarias", relata.
Vivía, asevera, "en la miseria, atada de pies y manos, mendigando". "No podía comprarle un paquete de folios a mis hijas pero él, sin embargo, tenía, por ejemplo, un casco de moto de 400 euros", sostiene. Se sentía, expresa, "amenazada económicamente, sin valía, siempre dependiendo de la misma persona". Hasta que en 2020 decidió "defender" los derechos de sus hijas, que ahora tienen 19 y 14 años, respectivamente. Aunque convencida de que "no iba a conseguir nada", se adentró en una "batalla -judicial- en la que sabía que debía luchar independientemente de los resultados". Recuerda la primera toma de contacto con su abogada, Marta Fuentes, de Gentius Abogados, en Torre del Mar. "Iba completamente derrumbada", añade.
Así, con una demanda en la que pedía que se declarara el divorcio del matrimonio Ivana puso fin a 25 años en los que sufrió, asegura, violencia psicológica a manos de su ex pareja, pero nunca se atrevió a denunciar. "Me aisló en un cortijo de Alhama de Granada. Siempre me mantuvo lejos de los míos para poder manejar todo", recalca a 'Málaga Hoy'.
"Nunca tuve una tarjeta de banco"
Ivana no se arrepiente de haberse dedicado al cuidado de sus hijas porque, subraya, las quiere "a morir". Pero sí lamenta no haber tenido "fuerzas" para plantearse antes una separación por la "dependencia" que sentía hacia el que era su esposo. "No podía desvincularme. Era como un perro lazarillo que iba detrás de él", sentencia. Según su testimonio, desde que nacieron sus hijas siempre tuvo que hacer "de mamá y papá". También ellas aplauden la sentencia que ha dado la razón a su madre y que le permitirá una compensación por dedicación a la familia, aunque el fallo judicial todavía no es firme y puede recurrirse. "Ellas han visto la desproporción de la situación, el desequilibrio de que él fuera subiendo y yo no, pese a que también me lo merecía. Nunca tuve una tarjeta de banco. Tenía que conformarme con lo que él me daba. Trataba de administrarme de la mejor manera", apostilla.
La situación que, narra, soportaba le llevó "a caer en depresiones, con varios intentos de suicidio". "Me veía sin nada, ha sido apoteósico", denuncia. Aunque admite la satisfacción que ahora le supone el reconocimiento de una jueza a todos los años de trabajo en el hogar, aún necesita "asimilarlo", pero también se siente "asustada" por la reacción que su ex marido "podría tener".
La cuantía, basada en el Salario Mínimo Interprofesional
La resolución judicial refleja que el ex marido ha sido condenado a abonar a Ivana un total de 204.624,86 euros, aplicando de esta forma el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) vigente en cada año transcurrido desde cuando contrajeron matrimonio en 1995 y hasta 2020, cuando se separaron.
Otras mujeres han conseguido también este reconocimiento por vía judicial en varias provincias, caso de una vecina de Pontevedra, que logró que su ex marido compensara su no incorporación al mercado laboral. Pero esta última sentencia dictada por un juzgado de Vélez-Málaga marca un precedente por lo elevado de la cuantía que se ha fijado. No obstante, a juicio de la abogada, para el condenado implica "casi una miseria", teniendo en cuenta su nivel de ingresos. La resolución judicial recoge que el ex marido "ingresa mensualmente entre 3.000 y 4.000 por la explotación cedida de una finca de 70 hectáreas de su propiedad con cultivo de olivo", mientras que la mujer cuenta con ingresos por importe de 460 euros mensuales que percibe por el alquiler de una vivienda ganancial. "Él tiene un patrimonio de 5 ó 6 millones de euros y una finca de olivos que estuvo en venta por 4 millones en plataformas online", añade la abogada de esta madre.
Ivana considera que su letrada ha sido su "compañera de batallas". También agradece el apoyo que ha recibido por parte del Instituto Andaluz de la Mujer, desde donde le ayudaron a tomar conciencia de cuál era su "valía". Ahora quiere que su caso sirva para alentar a otras mujeres a que "griten el derecho". Y consigan ser independientes.
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