La Rayuela
Lola Quero
El rey de las cloacas
"¿Pasó algo más?", cuestionó la psicóloga del Instituto de Medicina Legal (IML) de Málaga. "Yo estaba echándole de comer a las tortugas...No me gustaba lo que hacía. Él me dijo que eran cosquillas, pero a mí no me gustaba", respondió la menor cuando le tocó describir los abusos sexuales que había sufrido a manos de su tío. Tenía solo 7 años. La Audiencia Provincial de Madrid subraya ahora el "serio perjuicio" que a la niña, "en una fase muy temprana de desarrollo físico e intelectual", le supuso verse sometida a unos "tocamientos de índole sexual por parte de un adulto". Pese a su corta edad, recoge la sentencia, ya era "capaz de entender en cierta manera lo ocurrido", que vivió "como algo muy negativo y no resuelto".
Los hechos, que se consideran probados, ocurrieron en agosto de 2019 en un chalet, donde el familiar de la menor "con ánimo de satisfacerse sexualmente" y con la excusa de que le haría "cosquillas", "metió la mano por debajo de la ropa interior" de la menor y le tocó la zona genital. La pequeña relató lo sucedido a su madre, "que al oírla reaccionó de forma muy dramática, mostrando una gran agitación y visibles temblores". Y ello provocó en la víctima "temor y angustia", hasta el punto de no querer hablar entonces del asunto. A su padre llegó a confesarle que los hechos ocurrieron "varias veces".
La familia logró convencer al agresor sexual para que reconociera ante la Guardia Civil lo ocurrido. Si bien declaró en la Comandancia que tocó a la niña por encima de la ropa cuando estaba regando en el jardín y que llegó a introducir un dedo en su vagina, después se retractó, incurriendo en contradicciones con las que, refleja la sentencia, querría "restar gravedad a sus actos y no ayudaron en la investigación" del caso. Admitió, eso sí, que había realizado "tocamientos" a otras menores de su entorno. La niña, sin embargo, se mostró siempre "clara y espontánea".
Tras tomarle declaración, el autor fue detenido y, al día siguiente, el juez lo dejó en libertad, pero con la prohibición de aproximarse a la menor a una distancia inferior de 500 metros ni tampoco comunicarse con ella.
Cuando se produjeron los abusos, el acusado padecía "un trastorno con atracción sexual por el sexo femenino que consiste en una elevada excitación sexual con uno o más niños", sin que este cuadro clínico, recoge la sentencia, "le afecte para comprender la ilicitud" de hechos como los enjuiciados. Actuó "a sabiendas de que su conducta atacaba la indemnidad sexual" de la menor y que estaba "dirigida a obtener satisfacción sexual".
Cuatro años después de lo sucedido, ya hay sentencia. El tío de la niña ha sido condenado a tres años de cárcel y no podrá acercarse a la víctima a menos de 500 metros durante cinco años. El juez también le impone una medida de libertad vigilada que se ejecutará con posterioridad a la pena de prisión. Pese a que, según reza el escrito judicial, "no es posible traducir en dinero de forma matemática un perjuicio moral, deberá indemnizar a su sobrina con 6.000 euros, atendiendo a la cantidad "razonable" que pedía la acusación particular.
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