Los niños de un colegio de La Palmilla tapan las grietas con piedras pintadas

El director del Manuel Altolaguirre asegura que la mayoría de deficiencias leves se arreglan con poco

Los padres, preocupados por el mantenimiento y los problemas estructurales de los centros educativos

Cierran un edificio de otro colegio de Carranque por grietas tras la clausura del Domingo Lozano

Piedras pintadas para tapar una grieta en el colegio Manuel Altolaguirre de La Palmilla.
Piedras pintadas para tapar una grieta en el colegio Manuel Altolaguirre de La Palmilla. / M. H.

Soluciones imaginativas a problemas del día a día. Los niños del colegio Manuel Altolaguirre, en el malagueño barrio de La Palmilla, quizá cansados de observar las grietas de las paredes o escaleras, decidieron, taparlas con arte. Así, unos botes de pintura, piedras y conchas y algo de mezcla para compactarlo y fijarlo todo se pusieron manos a la obra para tapar todas las fisuras que se apreciaban por todo el edificio.

La idea, cuenta su director, Miguel Ángel Muñoz, es una réplica a la necesidad de mantenimiento que tienen los colegios, al proyecto le ha llamado Grietarte. "La mayoría de los problemas menores se arreglan con pintura y poco más", asegura Muñoz, a la vez que afirma que los niños se implican con su colegio y, además, desarrollan su faceta creativa.

Creatividad para arreglar los pequeños desperfectos.
Creatividad para arreglar los pequeños desperfectos. / M. H.

El proyecto, que según relata el propio director, "gustó mucho al alcalde [de Málaga, Francisco de la Torre]", tiene ya tres fases, esta primera en la que las piedras pintadas tapan por sí mismas las grietas, una segunda en la que las aberturas no se tapan, sino que los niños pintan encima de ellas para hacerlas más bonitas y una útlima fase en la que pegan ojos de los miembtos comunidad educativa para tapar defectos en los ladrillos vistos.

Esta última, que han llamado ver, verse, verse viéndose, tiene el plus de que se va renovando con el paso de los alumnos, "normalmente la solución a los defectos del ladrillo visto es temporal, en este caso, que también es temporal, podemos ir cambiándolos cuando se van deteriorando por los de nuevos alumnos", por lo que, al final, genera un ciclo con los nuevos moradores del centro.

Ojos para tapar desperfectos en los ladrillos vistos.
Ojos para tapar desperfectos en los ladrillos vistos. / M. H.

El Manuel Altolaguirre fue noticia hace algo más de año y medio después de que se derrumbase un muro en el colegio y tuviesen que clausurar la zona de Infantil. Ahora, asegura su director, son "una raya en el agua". "Nosotros estamos muy bien ahora, arrgelaron la planta baja, el patio, nos pusieron un ascensor nuevo y una rampa, no me puedo quejar", afirma.

Sin embargo, el problema que tuvieron hace año y medio es común a casi todos los centros, afirma. "Son muchos centros antiguos y necesitan mantenimiento, muchas bocas que piden de comer para el Ayuntamiento", asegura, a la vez que pide que se mejore la coordinación con la Junta.

La raíz de esto, apunta, es que el Ayuntamiento debe encargarse del mantenimiento, pero la Junta de la infraestructura. O lo que e slo mismo, la administración se ocupa de la obra si su coste supera el 50% del precio del edificio. Y en el tener que llegar a muchos pequeños grandes desperfectos se acaba fallando, "los pequeños desperfectos son los que suelen generar los grandes problemas, una grieta que no se tapa es agua que entra acaba tocando infraestructura metálica, que se oxida y ya genera problemas estructurales".

Los padres, preocupados por el estado de los colegios

"Nos preocupa mucho el estado y el mantenimiento de los colegios, en Málaga hay centros de muchísima antigüedad que no necesitan ya mantenimiento, sino infraestrcuturas", afirma Pilar Triguero, portavoz de la Federación de Ampas de Málaga (Fdapa).

Al derrumbe del muro del Manuel Altolaguirre hace año y medio se le sumó el cierre del José Luis Villar Palasí, en Vélez Málaga, y el del Domingo Lozano en el barrio de Carranque por problemas estructurales; pero también las clausuras de la biblioteca del Prácticas Número 1 y de un edificio que se usaba de gimnasio en el Ciudad de Popayán estos días.

"La Junta y el Ayuntamiento se tiran la pelota de uno a otro y llevamos años así", denuncia Tirguero, que pide un "estudio de la situación real de los colegios y que poco a poco se acometan las obras". El pasado mes de enero la delegada de la Junta de Andalucía en Málaga, Patricia Navarro anunció que se iba a redactar ese estudio en más de 190 colegios que superan las tres décadas, "para evitar más casos como el Domingo Lozano".

Seis meses después, Educación, a preguntas de este periódico, asegura que sigue en trámite y no hay ningún informe hasta el momento. "Han hecho estudios de los colegios cercanos a las obras del metro, pero no nos han avisado de ningún otro", afirma la portavoz de los padres y madres, que urge a que "empiecen a acometer obras, las de mayor urgencia habrá que acometerlas antes de que la solución sea cerrar otro centro", añade, poniendo como ejemplo el colegio Intelhorce, que está cerrado desde hace un lustro.

En la capital, según datos ofrecidos por Urbanismo, el 80% de los colegios tienen más de 30 años, por lo que la mayoría de ellos deben acogerse a este estudio de la administración regional para comprobar su estado.

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