¿Y si no se pudiera fumar en la calle Larios de Málaga?
La Asociación Española contra el Cáncer comienza una recogida de firmas para pedir un endurecimiento de la ley antitabaco en 44 lugares emblemáticos del país
Advierten del aumento del cáncer de pulmón entre las mujeres
Málaga/¿Y si no se pudiera fumar en la calle Larios de Málaga? ¿Ni en El Retiro de Madrid? ¿O en la Plaza Mayor de Salamanca? La Asociación Española contra el Cáncer (AECC) ha elegido 44 sitios emblemáticos para exigir un endurecimiento de la ley antitabaco que libere del humo a la población, sobre todo a los menores, y la calle más famosa de la capital malagueña está entre ellos.
La iniciativa se propone a las puertas del Día Mundial contra el Tabaco que se celebra el próximo 31 de mayo, para lo que la AECC comienza este jueves una recogida de firmas en estos lugares que presentará después a los Ayuntamientos y que servirán además para emplazar al Gobierno central a que acelere los plazos, de modo que la reforma de la normativa que está preparando esté en trámite parlamentario antes de que acabe 2022.
La calle Larios en Málaga, el Retiro en Madrid, la Plaza Mayor de Salamanca, los jardines de Viveros en Valencia, las Lagunas de Ruidera en Ciudad Real, la plaza de Santa María en Jaén, la muralla de Ávila, las playas de Gijón, el parque de la Ciutadella en Barcelona, el Espolón de Logroño o los jardines del Alcázar en Segovia "podrían verse libres de humo de tabaco con el apoyo social", sostiene la asociación.
Porque, al contrario de lo que percibe la ciudadanía, "el humo no se esfuma al aire libre": según los datos que maneja, en el 95% de las terrazas hay sustancias nocivas del tabaco, lo mismo ocurre en el 46% de los accesos a los centros escolares o en el 43% de los parques infantiles. Una colilla apagada continúa desprendiendo un 14% de nicotina durante al menos 24 horas.
En este contexto, más del 70% de los menores está expuesto al humo ambiental y, de ellos, un 43% lo está en espacios públicos, ya que 9 de cada 10 fumadores fuma delante de ellos.
Y eso tiene consecuencias, avisa la AECC, desde las más obvias, como que multiplican las posibilidades de que desarrollen un cáncer de pulmón en edad adulta, a otras más desconocidas, como que en el corto plazo tienen un 50% más otitis, un 30% más de infecciones respiratorias y un 20% más de crisis asmáticas.
Ampliar los espacios libres de humo, recuerda, es "proteger su derecho a no enfermar y desnormalizar el consumo de tabaco, la segunda sustancia tóxica más consumida entre los 14 y los 18 años".
"Lo tenemos tan normalizado que incluso este producto cancerígeno es parte de la cesta de la compra del IPC. Modificar esta situación pasa, entre otras medidas, por ampliar los espacios libres de humo y que en terrazas, playas o piscinas nadie se vea obligado a respirar humo de tabaco", ha concluido el presidente de la AECC, Ramón Reyes.
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