Un mundo para danzar: Noah, el sueño del joven malagueño de las zapatillas prodigiosas
Danza
12 años tiene el que está considerado promesa malagueña del ballet, que está formándose en el Conservatorio Profesional de Danza Pepa Flores
Este verano participará en formaciones específicas en la Ópera de París y en The School of American Ballet, en Nueva York, tras destacar entre miles de aspirantes
Málaga/Magia a cada paso, brío tras cada grácil movimiento, cadencia y control cuando se eleva. Y 3, 2, 1… Un salto certero que aterriza en el punto exacto, donde tenían ensayado. Alza la mirada y sonríe con una mirada pícara que conecta rápidamente con el modesto público que está viéndolo mientras Málaga Hoy se cuela en uno de los ensayos. Noah Torrón actúa esta tarde para la periodista que firma este reportaje y para el fotógrafo que consigue captar estas imágenes que tan bien reflejan lo que hay tras esta pequeña escena: un niño de 12 años que está enamorado de la danza clásica, un jovencito que sueña con gastar mucha punta de zapatillas de ballet en grandes escenarios del mundo. El Bolshói, en Moscú, y la Gran Ópera de París. “Sería tan bonito estar allí”, cuenta con un suspiro que es garante de la autenticidad de la confesión.
Es tarde de jueves y son las 19.30 horas. Acaba de terminar su clase con Julio Rivas, su tutor en este primer año de profesional en Danza Clásica. “Tiene magníficas cualidades para triunfar. Talento es obvio pero además es un chico muy constante, con gran vocación, que se entrega y es perfeccionista. Quiere avanzar y mejorar y eso es un aspecto imprescindible, pues no solo con el talento se llega a ser una estrella”, comenta Julio. Con nosotros su familia. Sus padres, Jorge Torrón y Soledad Fernández, lo miran con ternura y orgullo. “Desde chiquito dejó ver que le gustaba y que tenía madera de artista”, dicen mientras lo observan.
Noah sigue a lo suyo. Han terminado los ensayos pero esto es un no parar. El próximo lunes actúa en la entrega de la XVI edición de los Premios Malagueños del Futuro, de Grupo Joly y Málaga Hoy, y en apenas cuatro días se ha propuesto preparar él solito –“bueno, con su profe de apoyo”, añade su madre– una de las dos coreografías que escenificará. “Una de ellas es clásica y ya la tenemos. Pero la otra no y la ha montado en apenas cuatro horas”, apunta Soledad.
Lo que ahora es seguridad se torna en “un cosquilleo antes de salir al escenario”, “un poquito de nervio porque quiero que salga perfecto”, comenta Noah. Hay muchas horas de entrenamiento detrás y no deja de ser un chico que apenas está empezando su carrera, aunque sus logros pudieran decir lo contrario.
Noah Torrón, como se apuntaba antes, tenía apenas tres o cuatro añitos cuando comenzó a bailar con cierta gracia, “tenía ritmo, el compás”. Tanto su madre como su padre son profesionales de la música –trabajan en la Escuela Superior de Arte Dramático de Málaga (ESAD) ella y en la Escuela de Música Martín Tenllado él– y, al detectar las aptitudes y cualidades de su entonces infante no tuvieron dudas: “había que alimentar y saber conducir todo eso”. Y vaya si lo han sabido hacer. Noah empezó en ballet, los primeros cursos, para después pasar a profesional. Al estar en tercero de Primaria tuvo claro que sí, que esto era lo que quería hacer el resto de su vida: bailar, bailar y bailar. Si era recorriendo el mundo, mejor.
Es un excelente alumno, con un currículum académico intachable, “un niño de sobresaliente en todo”, especifica Jorge Torrón. ¿Lo mejor? Que es algo innato, que le encanta. “Es aplicado, estudioso y muy organizado, algo imprescindible porque sino, entre el instituto y el conservatorio sería imposible ir al ritmo”, añade. “Ir al ritmo”, dice Jorge, pero realmente lo ha sobrepasado, porque cuando Noah hizo las pruebas de acceso para el grado profesional obtuvo una calificación tan buena que lo adelantaron de curso.
Está ahora en un momento de concentración de tareas, con el fin del curso académico a la vuelta de la esquina y, ojo, preparando las maletas porque le espera un verano viajero lleno de aventuras y de seguro grandes bailes, danzas y montajes. Noah se ha presentado como candidato a las formaciones de verano de las más importantes escuelas y academias internacionales y ha conseguido acceder prácticamente a todas. ¿Cómo decidirse? En estos momentos han cerrado estancia en París, la Ópera de París. “Un sueño cumplido”, le decimos al talentoso joven. “Sí, es genial, la verdad. Voy del 1 al 14 de julio, dos semanas que estoy deseando que lleguen”, explica. Sus padres lo acompañarán porque “es pequeño aún y además él no se veía estando tantos días sin nosotros”, añade Sole. La otra escapada estival de este chico de zapatillas prodigiosas tendrá como destino Nueva York, para formarse una semana en la SAB (The School of American Ballet) en Nueva York.
Las formaciones de París y Nueva York no son las primeras que realiza este malagueño nacido en Hanoi fuera de Málaga –“quién nos iba a decir el talento que venía con nosotros en ese viaje”, recuerda Soledad, en relación a cuando fueron a adoptar a Noah. Años anteriores estuvo en la Accademia Teatro della Scala en Milán y en el Conservatorio Internacional de Ballet y Danza Annarella Sánchez en Leiria, Portugal.
Talento innato, como destacaba el profe Julio, entrega y constancia, como ponían de relieve tanto Jorge como Soledad, y docentes de gran nivel. Imprescindible. Para que esta estrella brille con luz propia es fundamental profesionales que le transmitan y le enseñen cómo dar lo mejor de sí. Por eso, en estas últimas líneas, teniendo en cuenta el cariño con el que Rivas trata a Noah y cómo su familia destaca el apoyo que siempre han encontrado en los docentes de su hijo, hay que citar a Monserrat Toledo, que estuvo con él en el nivel Elemental, y Mónica Tapiador, que es un maestra de refuerzo, a donde va los sábados. ¿Descansar? “Claro que sí, los findes y en vacaciones. Además, yo disfruto tanto bailando que es mi hobby, no necesito mucho más”, explica Noah con un saber estar y una madurez que transmite realmente notable para lo que no deja de ser un niño de 12 años.
Seguro que en un futuro seguiremos escuchando hablar de Noah, el malagueño de las zapatillas prodigiosas y de la pícara sonrisa. Del Pepa Flores a los mejores escenarios del mundo y Málaga Hoy para poder contarlo.
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