Bienvenidos a la nueva ciberguerra fría
TECNOLOGÍA | QUANTUM BABYLON
Tras la guerra fría, la globalización y la incapacidad para identificar un adversario hizo que nos olvidáramos de los problemas que podrían traer las nuevas tecnologías
¿El fin de la creatividad humana?
Málaga/PARECIERA que hiciese mucho tiempo desde aquella época en la que el mundo se encontraba dividido en dos bloques bien definidos desde el punto de vista geopolítico, económico y social. Tanto es así que las nuevas generaciones, hasta la llegada de la guerra en Ucrania, lo percibían como algo lejano, algo de lo que tan sólo podían saber acudiendo a la numerosa información que abunda en la red sobre este período o cayendo en el romanticismo de esa época oscura gracias a la literatura y el cine de espías, pero nada más lejos de la realidad!
Los años a los que nos referimos van desde 1945 hasta 1989 con la caída del Muro de Berlín y el consiguiente colapso de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y el Pacto de Varsovia, el cual englobaba todos los territorios alineados con Moscú. A priori se supuso que con la nueva situación todo serían parabienes, pero como vimos, significó un revés tanto para el lado soviético como para el liderado por los Estados Unidos de América.
Con la entrada del nuevo siglo aplaudimos la revolución que suponía Internet sin prever los aspectos negativos de esta tecnología ni la nuevas amenazas que surgirían de las pasadas alianzas
El aparente fin de la confrontación global representó para unos una reinvención a todos los niveles y para los otros el fin de un modo de vida, llevándoles a unos años de K.O. técnico en los que se pasaron la década de los 90' buscando otro enemigo al que enfrentarse. Esto hizo que se dieran determinadas situaciones muy dramáticas (tragedia de sus tropas de élite en Somalia, el atentado en Oklahoma en el 95') terminando con los atentados del 11 de septiembre de 2001 donde el mundo ya no volvió a ser el mismo.
La entrada en el nuevo siglo fue sinónimo de globalización e hiperconectividad, llevó a la gente donde nunca había estado antes gracias a la tecnología, sin embargo debido a la incapacidad antes mencionada por identificar un posible adversario, hizo que nos olvidáramos de las cosas no tan buenas que también trae consigo la evolución.
Quantum Babylon
Quantum Babylon es una entidad social de desarrollo y asesoramiento tecnológico y a través de este espacio pretendemos explicar de forma amena sobre los retos tecnológicos presentes y futuros a los que nos enfrentamos. Podéis conocer más de nosotros entrando a nuestra web www.quantumbabylon.org
Y a medida Internet fue desarrollándose, las acciones dirigidas por parte de muchos países para colonizar los “nuevos territorios” se fue acrecentando, acciones dirigidas a defender sus intereses en cada situación donde tuviesen oportunidad o necesidad. Con el tiempo las apuestas han subido y las acciones encaminadas a poner de manifiesto una dirección política muy bien perfilada en el ciberespacio han quedado claras. Con la invasión de Ucrania hemos visto como los conflictos se desarrollan en el ciberespacio sin límites fronterizos, los ataques pueden salir y llegar a cualquier lugar en internet.
Desde la invasión de la Federación de Rusia a Ucrania, se han visto toda una serie de acciones cibernéticas como parte del plan de acción de todos los actores implicados abriendo otro frente en el conflicto armado. Y es que, tan necesaria es la guerra más clásica como la surgida en nuestros días si eso lleva a uno de los bandos a la victoria, algo que habría dejado más que claro hace escasos días Mykhailo Fedorov, el denominado “gurú digital” de Volodímir Zelenski. Es de aquí donde surge la nueva paz incómoda entre los países.
El concepto “ciberguerra fría” hace referencia a los últimos años relatados, pero este a su vez, se está desplegando ya no en internet si no en lo que denominamos ciberespacio y todos los entornos digitales posibles. Acciones realizadas por ejemplo utilizando los servidores de un país aliado como escudo o “proxy” permitiendo que los niveles de hostilidad puedan subir sin hacer que la sangre nunca llegue al río.
Sin embargo, eso no significa que las situaciones derivadas de todo ello no acarreen consecuencias para los países que las reciben, todo lo contrario, ya que los ciberataques en respuesta por agravios geopolíticos a servidores de administraciones públicas, corporaciones o cualquier otro objetivo estratégico como hospitales, centrales energéticas, etc podrían ser capaces de sumir al territorio en cuestión en un auténtico caos.
Como no podría ser menos, todo conflicto es fuente de dinero así que, ya sean países, instituciones ó empresas, ven como una oportunidad de negocio esta situación. Constantemente se cierran acuerdos para la protección de los intereses de cada Estado, todos conocemos las transacciones de software espía que tan pingues beneficios aportan a sus propietarios como la reciente adquisición por parte de la policía nacional de “Darkbeast” a la empresa israelí Kela por más de 100.000 euros. Pero hay otras muchas acciones menos conocidas de cara al público pero no por ello menos relevantes.
En marzo, sin demasiada algarabía mediática ni contertulios echándose las manos a la cabeza el gobierno de España ponía en marcha un plan nacional de ciberseguridad dotado de nada más ni nada menos que 1.000 millones de euros y más de 150 actuaciones esenciales.
La realidad es que no paran de tomarse acciones que podemos citar, por ejemplo la decisión del Ministerio del Interior en la formación de manera urgente de 300 policías destinando 400.000 euros para tal fin, tanto para realizar acciones defensivas como ofensivas hacia otros que puedan verse como enemigos o simples adversarios en contextos concretos de ciberespionaje, ya sea político ó industrial, tema jugoso del que ya se hablaremos más adelante en otro artículo.
Otra acción destacable seria la del Mando Conjunto del Ciberespacio (MCCE), -porque, para quien todavía no lo sepa, existe! Y no es parte del guion de una película! Y ahora mismo está realizando el blindaje de la documentación más sensible de cara a obstaculizar filtraciones que pudieran alterar la seguridad del Estado.
Ubicado en la Base de Retamares de Pozuelo de Alarcón de la Comunidad de Madrid, es popularmente conocido como el Pentágono español y según la propia descripción ofrecida en el portal web del Ministerio de Defensa es “el órgano responsable del planeamiento, dirección, coordinación, control y ejecución de las acciones conducentes a asegurar la libertad de acción de las FAS en el ámbito ciberespacial “.
La nueva ciberguerra fría que vamos a vivir ha puesto de manifiesto que los intereses de cada territorio no solamente se ven afectados por las infraestructuras digitales de su gobierno ó ejército, sino por las de sus empresas e intereses económicos, tanto dentro como fuera de sus fronteras aunque estén alojados en servidores de naciones declaradas neutrales.
Así que pronto, todo un nuevo escenario de ciberespías, ciberterroristas y nuevas infraestructuras cibernéticas para protegerse en este ámbito hará que las antiguas novelas de la guerra fría nos parezcan un juego de niños frente a la nueva ciberguerra fría que nos espera a la vuelta de las esquina.
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