Culmina la fase arqueológica de las obras de rehabilitación en la iglesia de los Santos Mártires de Málaga
Los trabajos, que comenzaron en enero, dotarán al templo de una nueva solería ventilada y acabarán con las humedades
El Obispado estima que a finales de la primavera del próximo año se finalice la reforma
Málaga/La iglesia de los Santos Mártires Ciriaco y Paula de Málaga continúa cerrada al culto debido a las obras de rehabilitación que se acometen en su interior. Los trabajos, que se iniciaron en enero, obligaron a las corporaciones que allí residen a trasladarse a otras sedes provisionales.
Ya se ha terminado la fase arqueológica de la obra, la más ardua. “Hemos levantado cada medio metro de la iglesia para ir determinando los distintos elementos que aparecían y determinar su conservación o eliminación”, contaba el arquitecto técnico Pablo Pastor. Esta labor se paralizó por completo durante los meses de confinamiento provocados por la pandemia del coronavirus. “A partir de ahora vamos a colocar el colchón de aire, su zócalo de mármol, su instalación eléctrica y su pintado”, adelantaba el arquitecto.
El Obispado prevé finalizar los trabajos en unos ocho meses, será entonces cuando las corporaciones puedan regresar a su sede canónica. Aunque no será así en el caso de la hermandad de la Sagrada Cena, que aprobó en cabildo extraordinario modificar su sede a la parroquia de Santo Domingo.
Las obras dotarán al céntrico templo de una nueva solería ventilada y también se pretende acabar con el problema de las humedades, como ya se realizó en la iglesia de Santiago Apóstol. “Hemos rebajado el suelo 40 centímetros para poder colocar esa nueva solería”, explicaba Pablo Pastor. La iglesia contaba con una solería de terrazo que se colocó a mediados del siglo XX sobre un suelo de mármol que no era el original.
En la fase arqueológica se ha descubierto un pozo de agua dulce en el centro de la iglesia. “Parece ser que estuvo en funcionamiento hasta principios del siglo pasado”, contaba el técnico.
También se han descubierto distintas bóvedas de enterramiento de familias nobiliarias malagueñas. “Además de las criptas de las tres hermandades más importantes históricamente, la Sacramental, la del Rosario y la de las Ánimas Benditas, se encuentran las bóvedas de enterramiento de familias”, relataba Pastor. Todas ellas se han limpiado y vaciado para mejorar la ventilación y evitar que las humedades asciendan por los muros y pilastras del templo.
A día de hoy aún se conservan las heráldicas de las familias que poseían estas criptas en la iglesia de los Santos Mártires, como es el caso de la familia Villalón en la capilla Sacramental.
La familia Mazón, que fue muy importante en la ciudad de Málaga del siglo XIX, también contaba con su enterramiento en la iglesia. Eran ricos comerciantes, incluso uno de ellos, Miguel Moreno Mazón, fue alcalde de la ciudad y senador en 1884.
“Todo lo que ha aparecido aquí no es ninguna sorpresa para nosotros. Antes de comenzar la obra se hizo un georradar y aparecieron las sombras con las posibles oquedades de las bóvedas de enterramiento”, declaraba el técnico.
Tras el altar mayor hay una tumba que antes de la contienda civil tenía un monumento funerario que ha desaparecido, era del señor Viso. “Se trataba de un rico comerciante que se dedicaba a la navegación marítima. Tenía barcos y, junto con los Larios y los Heredia, hizo una compañía de seguros marítimos”, contaba Pastor.
Poco a poco continúan las obras de la iglesia de los Santos Mártires, finalizada en 1519 y atribuida al arquitecto Bartolomé Pérez. “Es una iglesia de tres naves, que inicialmente terminaba en el arco toral, aunque siempre se ha ido transformando por distintas vicisitudes”, admitía el arquitecto. Fue en 1883 cuando se eliminó el cementerio que colindaba con la iglesia y ésta se amplió con el atrio.
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