La obsesión de ETA por el turismo
Los terroristas asesinaron desde la Transición a 13 malagueños, aunque la única víctima mortal en Málaga fue Martín Carpena y atentaron casi una treintena de veces en la provincia
Málaga/Casi dos décadas tuvo ETA entre ceja y ceja la Costa del Sol. Su primera aparición fue para dejar una de sus lapas en una playa marbellí. Era el verano de 1979. El último atentado que se le atribuye en la provincia data de 2008, tres años antes de su anuncio del cese definitivo de su actividad terrorista. Y se despidió con bombas en la arena de la Carihuela de Torremolinos o Guadalmar en la capital. El turismo siempre fue la obsesión de la banda en su intento de dinamitar el motor económico de Málaga. Sus insistentes campañas de verano pretendieron ahuyentar a los viajeros y quebrar la principal fuente de ingresos, además de la repercusión internacional de sus fechorías.
Pero el rastro de sangre desde la Transición se resume en 13 malagueños muertos y 140 heridos entre civiles, agentes de la Policía y la Guardia Civil y militares. El recuento lo hizo en su día Javier López, que el 22 de octubre de 2011 era el delegado en la provincia de la Asociación de Víctimas de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad. Él mismo fue objeto de un atentado en Galdácano (Vizcaya) cuando era agente del Instituto Armado.
Pero a los terroristas siempre se les recordará por el asesinato a sangre fría y en presencia de su familia del concejal del Ayuntamiento de Málaga José María Martín Carpena en julio de 2000. Cuatro días después pretendió lo propio con una bomba lapa en el coche del diputado y secretario provincial del PSOE José Asenjo. La banda dejó atrás, en palabras de Asenjo en 2018, “un programa de devastación mortal y unas heridas sin curar y añadía: ”Basta con ver los homenajes que se hacen a los asesinos cuando cumplen condena y vuelven a sus pueblos. Los reciben como héroes”, se lamenta entonces y su queja sigue vigente.
También la ex alcaldesa Celia Villalobos fue objetivo de ETA en dos ocasiones. Como fallido fue el atentado al alcalde de Rincón. O el concejal de Nerja José Luis Pezzi que se libró en 1997 de un secuestro que los terroristas querían utilizar como chantaje para liberar a sus presos, al estilo de uno de sus crímenes más execrables: el de Miguel Ángel Blanco.
Bomba en el aeropuerto, en la prisión. En un cuartel de la Guardia Civil de Torremolinos. En hoteles y en las playas. Los servicios de inteligencia siempre creyeron que la organización terrorista asentó en Málaga el llamado comando Andalucía o al menos contaba en la provincia con colaboradores que le suministraban información. Una década del final de la pesadilla.
Los atentados de ETA en Málaga
- 1979: Primera aparición en la provincia de Málaga
Tras actuar por vez primera en la provincia, la banda terrorista ETA cometió o intentó perpetrar una treintena de atentados. El turismo y la repercusión internacional de la Costa del Sol han estado en el centro de su diana. El 29 de junio de 1979 hizo estallar en una playa de Marbella una bomba y colocó otro artefacto que no llegó a accionarse en un club del municipio.
Al día siguiente, y también en el citado municipio, estalló un paquete explosivo en el club La Siesta, donde hirió a dos turistas extranjeros. Al año siguiente, también en verano, colocó otra bomba en un hotel de Estepona. En 1978, murió el guardia civil Juan Jiménez, natural de Benaoján, en un atentado en Guipúzcoa, donde era jefe de la Policía Municipal. El año de más actividad fue 1986, cuando la organización colocó distintos paquetes bomba en hoteles de Torremolinos, Fuengirola, Málaga, Estepona, Marbella.
- 1991: Un nuevo golpe de efecto
Un coche alquilado poco antes en un rent a car y cargado con 40 kilos de amonal explosionó junto a la cárcel de Málaga. Doce personas sufrieron heridas, la mayoría leves, y la onda expansiva ocasionó desperfectos importantes en las viviendas del entorno. Sólo dos meses después, el 15 de abril de 1991 estalló un coche bomba con 35 kilos de explosivos aparcado junto al cuartel de la Guardia Civil de Torremolinos.
- 1996: Otra ola de atentados para llamar la atención
En 1996, la banda volvía a actuar para proyectar sombras sobre la Costa como destino turístico. En julio explosionaron artefactos de escasa consideración, uno de ellos en el recinto musical Eduardo Ocón y otro en La Malagueta.
- 1997: Los cargos públicos ya son un objetivo
En el verano de 1997 ETA trató por primera vez de acabar con la vida de cargos públicos en Málaga. En septiembre se produjeron los atentados frustrados contra el alcalde y el concejal de Rincón de la Victoria.
Tres años después, ETA asesinó al edil José María Martín Carpena, lo que se erigió en la acción terrorista que causó más conmoción en la provincia, seguida del ataque frustrado al entonces secretario provincial del PSOE, José Asenjo.
- 2001: Más explosivos y un extranjero herido
En julio de 2001 el objetivo fue el aeropuerto. Los artificieros retiraron un vehículo cargado con cerca de 50 kilos de explosivos que no llegó a detonar a la hora prevista por la banda.
La Costa del Sol volvió a ser de esta forma objetivo terrorista el verano siguiente con la colocación de varias bombas en el mes de junio en hoteles de Mijas, Marbella y Fuengirola, donde resultó herido de gravedad un turista británico.
- 2004: Nueva alarma en el puente de diciembre
El 7 de diciembre de 2004, las fuerzas de seguridad del Estado desalojaron el Parque de Málaga tras el aviso de la colocación de un explosivo de escasa importancia que había sido enterrado junto a un árbol.
- 2008: Reaparición con atentados en varias playas
Cuatro años después, ETA volvió a hacer su aparición en Málaga, en esta ocasión con una bomba que estalló de madrugada en la playa de La Carihuela, en Torremolinos. Días después fue hallada una mochila con explosivos en una cantera. El 17 de agosto, la banda reapareció con la explosión de dos bombas en la playa de Guadalmar y Benalmádena, mientras que un tercer artefacto colocado bajo un puente de la A-7 fue desactivado.
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