Visto y Oído
Broncano
Un amplio dispositivo de la Guardia Civil tomó ayer la calle Larios de Málaga en el marco de una operación contra el tráfico de cocaína a nivel internacional que se ha desarrollado en varias provincias y en la que han sido detenidas una veintena de personas relacionadas con el conocido clan Farruku, integrado por ciudadanos albaneses. Las indagaciones comenzaron a partir de la aprehensión de dos toneladas de cocaína en el puerto de Algeciras.
El operativo desarrollado durante la madrugada del martes al miércoles y que continuó
ayer se saldó con registros simultáneos, varios de ellos en el corazón de la ciudad. Un abogado de Málaga, que responde a las iniciales, J. F., es uno de los arrestados. Se trata de un conocido penalista de unos 50 años que ejerce en la provincia. El despacho del letrado está situado en la céntrica calle Larios,
hasta donde a primera hora se desplazaron numerosos efectivos de la Guardia Civil uniformados y otros vestidos de paisano. Algunos de ellos portaban armas largas, según testigos.
Fueron más de 250 agentes del Instituto Armado los que participaron en el dispositivo que la Comandancia de Algeciras desplegó en las localidades de Madrid, Málaga, Toledo, Barcelona y Cádiz. Fuentes del despacho de abogados de la Costa del Sol confirmaron a Efe que los efectivos llevaron a cabo un registro en sus instalaciones. Desde del bufete se mostraron convencidos de que “todo saldrá favorablemente” para ellos y criticaron la actuación policial. “Estamos muy perjudicados por cómo se ha desarrollado el operativo de los agentes”, indicaron las mismas fuentes consultadas, que subrayaron que el despacho continúa abierto al público y trabajando para velar por los intereses de sus clientes.
J. F., es un letrado con más de 25 años de experiencia y pertenece al consejo europeo de abogacía y a la red internacional de abogados. Está especializado en derecho penal e inversiones y podría estar investigado por blanqueo de capitales, según detallaron fuentes cercanas a la investigación. Tras el desarrollo de la operación, el presidente del Colegio de Abogados de Málaga, Salvador González, lamentó la forma en la que fue arrestado el letrado, ya que “es un despacho abierto al público”. “Se puede llamar al timbre”, aseveró. En declaraciones a Efe, González argumentó que el “despliegue” realizado “recuerda a tiempos pasados, a detenciones espectaculares” llevadas a cabo en esta provincia que “lo único que consiguen es cercenar la presunción de inocencia”.
En este sentido, el portavoz de los abogados de Málaga llamó la atención sobre “lo innecesario de la parafernalia, de ese bombo que se ha producido” en la detención del letrado. También cuestionó que no se haya avisado al Colegio de Abogados para que estuviera presente en las diligencias de registro o de incautaciones, como ha ocurrido en anteriores diligencias, puesto que “pone en riesgo el secreto profesional”. A este respecto, manifestó que en los despachos de letrados hay datos personales y profesionales que “nada tienen que ver con la investigación”, por lo que “tienen que salvaguardarse y no pueden ser objeto de diligencia”, de ahí la “obligación” de que esté presente en estas actuaciones el decano o la persona que designe.
La actuación desarrollada en calle Larios, y que supuso también registros en viviendas, no pasó desapercibido ni para vecinos ni para trabajadores de la zona. “Sobre las 5 de la madrugada ya había muchos policías y furgones que tenían las matrículas tapadas”, relató a este periódico un testigo.
La Guardia Civil inició la investigación tras la reciente aprehensión de dos toneladas de cocaína en el puerto de Algeciras.
El clan Farruku, integrado por ciudadanos albaneses, tiene sus tentáculos extendidos en España desde 2008. La organización criminal está relacionada, presuntamente, con el robo en domicilios, con el tráfico de cocaína y con distintos crímenes vinculados al narcotráfico.
En 2019 fue detenido en Madrid su presunto líder, Kreshnik Farruku, que tenía una orden europea de detención dictada por Italia desde 2018 y a quien la Policía española le había investigado por su posible relación con el grupo de albaneses que en 2007 asaltó la casa en Madrid del empresario José
Luis Moreno.
La sospecha es que Farruku estaba detrás de la muerte del que era su jefe en 2010 en la calle Telémaco de Madrid, tras lo que él asumió el mando de la organización, si bien poco después fue arrestado en Barcelona con 20 kilos de cocaína que pretendían llevar a Italia en coche. Ingresó en prisión. Dos años después se fugó aprovechando un permiso penitenciario y huyó de España, adonde volvió a ser detenido hace cuatro años en un hotel madrileño junto a su hermano, que había asumido el liderazgo del clan.
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