Otra oportunidad perdida en el nuevo curso escolar
Tribuna de opinión
Es un hecho incontestable que el descenso de la natalidad en Andalucía está afectando significativamente a la política educativa
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Es un hecho incontestable que el descenso de la natalidad en Andalucía está afectando significativamente a la política educativa, a mi juicio errática, que llevan practicando todos los gobiernos del Sr. Moreno Bonilla. Desde el Sindicato de Enseñanza de CCOO de Málaga hemos denunciado, reivindicado y convocado distintas movilizaciones, en solitario y en compañía de la comunidad educativa, pero siempre nos encontramos con los oídos sordos de los consejeros y consejeras de Educación. La progresiva supresión de unidades ha sido una constante en la educación pública andaluza,generándose aulas masificadas, no así en la enseñanza concertada.
Que el descenso tan acusado de natalidad tiene que ser una oportunidad para imprimir un sello de calidad en la educación es algo que no está dispuesto a afrontar nuestro Gobierno andaluz. Estamos escuchando estos días de inicio de curso declaraciones de las mejoras que con tanto esfuerzo están poniendo en marcha, como el anuncio de la Consejera de la contratación de 1.500 docentes de refuerzo, cuando el curso pasado fueron 1.700, ¡vaya esfuerzo! Nada más lejos de la realidad.
La realidad es que en Andalucía con la toma de posesión de Moreno Bonilla se paralizó la implantación de la segunda lengua extranjera, se eliminó en 3º y 4º de primaria, en la ESO ha permanecido invariable, obligatoria en 1º y optativa hasta el final de la etapa, y en Bachillerato también optativa. Con esta política ya está certificada la defunción del plurilingüismo, por más que esté recogido en nuestro estatuto de autonomía. Andalucía ya se está situando en los puestos más bajos en el conjunto de las comunidades autónomas cuando hace una década éramos los primeros. Está claro que, si una familia quiere que sus hijos e hijas avancen en plurilingüismo, y tiene recursos económicos, tendrá que acudir a las academias de idiomas.
Cabe destacar, también, la educación del alumnado con necesidades de refuerzo educativo, la falta de recursos humanos hace que la educación inclusiva en Andalucía sea una utopía. Se necesita una nueva regulación que recoja los objetivos fijados por la Unión Europea y la UNESCO, incorporando entre los principios y fines de la educación el cumplimiento efectivo de la educación inclusiva y la aplicación de los principios de accesibilidad universal para el aprendizaje. Los centros tienen que realizar propuestas metodológicas y organizativas inclusivas, que los apoyos y refuerzos al alumnado se realicen dentro del aula y excepcionalmente, y de forma debidamente justificada y autorizada, bajo otra modalidad. Y para ello deben contar con los recursos humanos necesarios, lo contrario es segregar.
Es necesario también adecuar la oferta formativa pública andaluza en formación profesional a la demanda, porque se está excluyendo a estudiantes del sistema educativo público. Se quedan fuera más de 30.000 cada curso, y las familias con recursos, o bien con sacrificio, se ven obligadas a buscar plazas en la oferta privada. Por el contrario, aquellas familias que no pueden permitírselo tienen un problema gravísimo, hijas e hijos que ni estudian, ni pueden trabajar por falta de formación. Se puede comprobar cómo la Formación Profesional privada en Málaga crece exponencialmente sólo con darse un paseo por la ciudad. Por cierto, veo estos días una publicidad de un centro privado que acaba diciendo “La FP es un pelotazo”…de negocio. ¿Será casual que el Delegado de Educación de Málaga haya inaugurado el curso escolar en una escuela infantil privada?
La bajada de ratios es también una pieza clave para mejorar la calidad de la enseñanza, un hecho que se pudo comprobar fehacientemente en la pandemia y que ahora, está olvidado, ya no interesa.
En fin, la bajada de natalidad es una oportunidad que el Gobierno andaluz está dejando pasar, año tras año, para mejorar la escuela pública. Es una oportunidad para reducir el número de estudiantes por aula, incrementar el plurilingüismo, hacer que la educación pública sea inclusiva, atender a todas las necesidades educativas y a la rica diversidad de nuestras aulas, que no se quede nadie atrás ni fuera del sistema educativo.
Apostar por la gratuidad total en la etapa 0-3 años, fomentar los planes de igualdad y la lucha contra la violencia de género -no olvidemos que estamos asistiendo a una epidemia machista sin precedentes-, y un largo etc. Sin embargo, estamos ante un escenario de nula capacidad de mejoras en la escuela pública andaluza. ¿A quién beneficia esto?, a la inmensa mayoría de la población andaluza no desde luego.
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