Un paciente del SAS en Málaga: “Espero una prueba desde hace un año, como sea malo me muero”
Los usuarios en general valoran la sanidad pública, pero reprochan la “excesiva demora” desde que se acude al médico de cabera hasta el diagnóstico del especialista
Las listas de espera empeoran en Málaga: más demora para una operación y también para consultas

Las quejas de los usuarios por las demoras en la sanidad pública son generalizadas. La mayoría de los pacientes consultados para este reportaje estiman que la asistencia es buena, pero que la tardanza es excesiva.
“Yo llevo casi un año esperando una colonoscopia, si tengo algo malo, cuando me llamen ya me habré muerto. Entiendo que hay mucha gente, pero debería ir más rápido”, opina Antonio Núñez, que acude a una cita para Digestivo en el Centro de Alta Resolución (CARE) José Estrada. Cuenta que ya le han hecho un TAC y la analítica, pero que sigue pendiente de la colonoscopia para que el especialista tome una decisión. Su mujer, que le acompaña, acota: “Debería haber más médicos y que no se fueran”.
Fernando también espera en el CARE. No quiere dar su apellido. Afirma que lleva alrededor de un año aguardando la consulta con el reumatólogo y casi tres desde que empezó a contarle dolores a su médico de cabecera. “Hago ejercicio para fortalecer los músculos, tomo antiinflamatorios y hasta he cambiado de colchón, pero sigo igual. La sanidad pública es buena comparada con otros países, pero hay demasiada demora, en algunos casos va demasiado lento”, sostiene. Añade que su médico de familia ya tendría que haberse jubilado, pero que ha prolongado su vida laboral porque faltan facultativos. “Se van a donde le pagan más”, concluye.
Críspulo Casado aguarda ante la puerta del traumatólogo. Tiene un problema en el tendón de una mano. Lo derivaron del centro de salud de Puerto de la Torre. “Llevo ocho meses esperando. No me duele y comprendo que a la gente que está peor, la llamen antes; pero la sanidad pública está fatal”, afirma. Relata que hace tiempo fue intervenido de una hernia inguinal. “Tardaron más de ocho meses en operarme. Me tuve que comprar un braguero para contenerme las tripas. Aquello me molestaba”, reconoce. Luego agrega en vez de dedicar dinero a conciertos con centros privados, Saluddebería apostar “más por la sanidad pública” y pagar mejor a los profesionales. “Porque si aquí ganaran lo mismo, no se irían a Cataluña”, estima.
Coronada Vázquez sufre secuelas de la polio y acude al traumatólogo. No tiene quejas del funcionamiento de su especialista:“A mí siempre me ha atendido bien”, asegura. Pero sí critica a la Atención Primaria. “No hay citas para el médico de cabecera”, apunta.
Victoria (no da su apellido) también está esperando que la vea el traumatólogo. Viene derivada de Vélez. Tiene dolores, problemas de cadera y fibromialgia. Explica que desde que la derivó su médico hasta que llegó al hospital comarcal tardó casi un año. Allí la mandaron al CARE y ha demorado “unos ocho meses”. Considera que “en la sanidad pública se espera demasiado” y puntualiza:“Tendría que haber más médicos y más inversión para que no se fueran al extranjero”, opina. Después, como abuela, pone el énfasis en la falta de pediatras en la Atención Primaria de la comarca.
Oscar Ruiz acompaña a su madre al traumatólogo. “El sistema está muy saturado”, dice él. Rafaela Ruiz, de 82 años, fue operada de pies planos. Ahora la intervención no termina de cicatrizar y tiene que ir en silla de ruedas. Se queja de las demoras, por experiencia propia y la de su marido, con el oftalmólogo. “Eso sí, mi doctora de cabecera es buenísima; pero creo que la sanidad pública va a peor. La culpa no la tienen los médicos, la culpa es del sistema”, argumenta.
Francisco y su mujer no quitan la vista de los números que van indicando a quien le toda entrar. Él viene por un pinzamiento en la cadera. Se considera afortunado porque había demoras de más de un año para el traumatólogo, pero fue a preguntar y justo se produjo un hueco, así que al día siguiente tenía su cita. Pero luego empezaron las pruebas. Como tardan tanto, ha hecho reclamaciones verbales y por escrito. Ella –que prefiere no dar su nombre– manifiesta que habiendo ido rápido aquella primera consulta, ahora llevan casi un año esperando. “Pero yo prefiero la sanidad pública. Me fío de los profesionales. Pero es demasiado lenta, no se invierte lo suficiente; deberían contratar suficientes profesionales”, opina.
Un hombre que también opta por guardar su anonimato cuenta que está allí por su madre, de 92 años, que espera al oftalmólogo. “Está casi ciega”, relata. Acota que viene por asistencia y también por un informe para que le aumenten el grado de discapacidad. “La sanidad pública debería funcionar mejor para eso se pagan los impuestos. La asistencia es buena, pero hay demasiadas listas de espera; por falta de personal. La solución pasa por más personal”, cree.
Remedios Romo aguarda para una consulta con el reumatólogo. Viene de Torre del Mar, derivada del Hospital de Vélez. No tiene quejas. Dice que la cita con el especialista le ha tardado unos tres meses y que ya llega con las pruebas hechas.
Así, cada uno desgrana su experiencia. Pero la mayoría de los usuarios coincide en dos cosas: valorar la calidad de la sanidad pública, pero reprochar sus “excesivas demoras”.
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