Un padre y su hijo, de 18 años, rumbo a Málaga tras repartir en Valencia 8.800 kilos de comida y ropa: "Esto es para vivirlo"

La familia, junto a un transportista, ha conocido en directo la tragedia de la DANA, con víctimas "sacando todo de sus casas", vehículos amontonados "llenos de barro hasta el techo", pero también milagros, como el de una mujer a la que salvó un transportista cuando la arrastraba la riada

La ola de solidaridad que recorre Málaga en puntos de recogida para Valencia: "Estamos desbordados"

David, su hijo Iván y un compañero de trabajo junto al camión cargado desde Málaga
David, su hijo Iván y un compañero de trabajo junto al camión cargado desde Málaga

La comunidad valenciana afronta el sexto día del mayor desastre natural en la historia reciente del país. Lo hace entre continuos llamamientos de ayudas, críticas a su gestión y una ola de solidaridad que desplaza a miles de voluntarios de toda la geografía española al epicentro de la tragedia. Iván Cruzado forma parte de esa marea de voluntarios que ha viajado 10 horas en un camión desde Málaga para hacer llegar a las zonas sacudidas por la riada toda la comida, el agua, la ropa y otros productos de primera necesidad que, junto a su padre, había conseguido recaudar. 8.800 kilos de víveres. Y también de esperanza.

Tiene 18 años. Y no se lo pensó. El joven estaba comiendo con la familia de su novia cuando David, su progenitor, le hizo el pasado viernes la propuesta. Su reacción fue inmediata. "Dije: 'Me voy a Valencia a hacer todo lo que pueda", asegura a este periódico. Una publicación que lanzó en TikTok le valió para agitar conciencias, incluso de youtubers, que colaboraron en la difusión del mensaje. En cuestión de horas, el recinto ferial de la capital se convirtió en un improvisado escenario de recogida de donaciones. "Mi hermano y yo dimos la voz de alarma a las 5 de la tarde. Pedimos que cada uno llevase lo que pudiera. Fue una locura. En cuestión de horas, había una enorme cantidad de gente que iba y venía para traer más y más cosas. Se me ponen los pelos de punta al recordarlo. Esto es para vivirlo", relata.

Voluntarios de Málaga, cargando el camión con las donaciones rumbo a Valencia
Voluntarios de Málaga, cargando el camión con las donaciones rumbo a Valencia

Hasta las 10 de la noche, Iván, su familia y José Antonio Gómez, un transportista, se afanaron en poner orden a todo el material que habían recogido. La empresa para la que su padre trabaja les facilitó un camión para transportarlo, además de gasolina y los gastos de la estancia en Valencia. "Llevábamos toda la semana viendo las noticias. Mi padre pensaba continuamente en qué podía hacer para ayudar a toda esa gente", señala Iván. Cargados de ilusión, era el momento de emprender la marcha, sin tiempo que perder. El camino, admite, "fue largo, se hizo duro". Salieron a las 11 de la mañana y arribaron, con una única parada para almorzar, a las 9 de la noche. Una vez pisaron tierras valencianas, descubrieron "las caras de ilusión" por quienes allí les esperaban. Sus esfuerzos se vieron recompensados con creces. "Pensamos: 'Ahora sí que hemos hecho un buen trabajo", expresa el voluntario, responsable de una tienda de electrodomésticos.

Las restricciones de movilidad y los cortes de carreteras hicieron que tuvieran que desviarse hasta un pueblo que, si bien no fue de los más afectados por las inundaciones, evidenciaba también la crudeza de la realidad que deja la DANA más dura del siglo. "Es difícil de explicar. Había gente sacando todo de sus casas. Me sorprendieron los coches hasta el techo llenos de barro y, otros, amontonados, metidos en lo más hondo", narra el malagueño.

El camionero que salvó a una mujer de la riada

Su siguiente parada los llevaría por la AP7 hasta el polígono Picassent. "Una vez allí ya descargamos toda la comida y ropa, además de palés de agua, escobas, guantes y mascarillas que traíamos. Todos nos aplaudían y nos decían: 'No sabéis la ayuda que esto es para nosotros", explica, convencido de que con Valencia "se ha volcado toda España". En el centro del desastre ha conocido auténticos dramas, pero también historias con final feliz, como el que protagonizó un transportista que arriesgó su vida para rescatar a una mujer que estaba siendo arrastrada por la riada. "El agua subía hasta metro y medio y el estaba dentro de su camión. Pudo subir a una señora que se le estaba llevando la riada. Le salvó la vida y, al día siguiente, celebraba que había vuelto a nacer. Aquí, cada persona tiene una historia, atestigua Iván.

La previsión es que este lunes comience el reparto de enseres a los damnificados. Objetivo cumplido. Esta noche, padre e hijo regresarán a Málaga. La suya, reconoce, ha sido "una experiencia única" que repetirá "siempre que haga falta". "Haré todo lo que esté en mis manos", dice contundente.

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