"El país que peor imagen tiene de España es España"
Cremades asegura que "en el mundo de la tecnología asociarse a Málaga es un buen negocio" Reclama que se "ataje y limite" el "monopolio" de los partidos políticos
PASA la mayor parte de su tiempo en Madrid o viajando por diversas partes del mundo, aunque aprovecha el verano para descansar en Málaga. Javier Cremades, abogado y presidente del club Málaga Valley, nos recibe en su casa para hablar del club y de otros muchos temas de interés.
-¿Cómo surgió el proyecto Málaga Valley?
-Es un fruto maduro del trabajo que desde muchas generaciones se viene haciendo en esta ciudad. Málaga tiene que descubrir aún su historia reciente como una historia de emprendedores. Yo la he ido descubriendo poco a poco en estas reuniones del club Málaga Valley. Los Loring o los Heredia vinieron a Málaga a hacer proyectos y sembraron lo que hoy en día es Málaga Valley. El proyecto surgió porque la ciudad tenía la capacidad de liderazgo a nivel europeo, una masa crítica de empresas de base tecnológica instaladas en la ciudad y el liderazgo político del alcalde. Se dio también la casualidad de que yo estaba trabajando en Madrid como abogado en el sector de las telecomunicaciones. Esa conjunción de sectores pusieron en valor una cualidad intrínseca de la ciudad, que es ser un polo para atraer personas y talento. En este nuevo entorno digital las personas tienen la posibilidad de decidir desde donde operan y los territorios inteligentes deben competir para captar el mejor talento. Málaga lo está haciendo y multinacionales como Oracle o Huawei están atrayendo a ingenieros de toda Europa, que voluntariamente se deslocalizan renunciando a niveles salariales superiores.
-Renunciar a parte del sueldo solo por venir a Málaga no es habitual.
-Málaga es una marca muy consolidada, madura y atractiva. Todo el mundo la conoce y tiene las infraestructuras adecuadas culturales, turísticas, deportivas y sociales como para ser parte del currículum de cualquier persona. En el mundo de la tecnología asociarse a Málaga es un buen negocio. Tanto en España como en Europa se sabe que ligar la marca de una compañía a Málaga es coherente con una posición de liderazgo tecnológico. Este proyecto, cuando nació, dijimos que necesitaba 10 años para ser evaluado. Han pasado algo más de seis y es increíble todo lo que ha pasado en la ciudad. En estos años devastadores para la economía, Málaga ha visto desde 2007 cómo se han instalado cinco multinacionales, cómo la ciudad ha recogido galardones y reconocimientos internacionales, ha sido elegida como sede de proyectos de referencia internacional como Zem 2 All, es vista en Asia como un modelo de referencia en Europa, en Nueva York Málaga ha sido reconocida como una de las ciudades tecnológicas más relevantes del mundo por IBM... El mercado, que es el que tiene la última palabra, está sentenciando que Málaga es ese lugar en el que todos pensamos que podía radicarse un espacio de excelencia tecnológica.
-¿Qué le diría a todas aquellas personas que piensan que Málaga Valley no sirve para nada?
-Creo que eso es por una falta de autoestima que no le interesa a nadie. Málaga Valley ha sido refrendado por las empresas y eso es algo compartido por miles de personas que están aquí trabajando. Es un esfuerzo colectivo para comunicar mejor las fortalezas de la ciudad. Creo que eso es innegable. El alcalde, representando la ciudad, ha estado en el último año en Nueva York y en Japón explicando por qué esta ciudad está destacando en tecnología.
-¿Eso ha sido por Málaga Valley?
-Eso es por Málaga. Málaga Valley no lo genera sino que es la que lo transmite al mundo entero. Málaga Valley es una marca consensuada, aceptada por todos, por la oposición, aprobada en Pleno como una marca útil. Parecido a lo que la Costa del Sol es para el turismo. Hay que seguir trabajando. Es importante que cuando uno llegue al aeropuerto no se tropiece solo con una ciudad turística sino que entienda el mensaje de que Málaga es una meca tecnológica, un lugar para trabajar y hacer negocios.
-¿Qué queda por hacer a corto o medio plazo?
-Málaga se ha colocado en primera fila. Es muy frecuente que en Madrid su alcaldesa o presidentes de comunidades autónomas le pregunten al alcalde o a mí cómo lo hemos hecho. Ahora hay un proyecto a nivel gubernativo de crear polos tecnológicos en España y el primero es Málaga. Creo que Málaga Valley ha tenido el acierto de saber empaquetar las fortalezas de Málaga y hacérselas llegar a una comunidad política, social e industrial que necesitaba encontrar territorios con hambre y vocación de liderazgo.
-La parte más visible del Málaga Valley son los foros de debate que hay cada seis meses. No debe ser fácil congregar a tantos directivos.
-La gente vuelve y se compromete y eso es porque encuentra valor. Nos hemos asociado con líderes que no estaban personalmente vinculados a Málaga y son ellos ahora embajadores de esta propuesta, son personas que se van de Málaga hablando maravillas y diciendo que aquí están pasando cosas. Son cómplices de nuestro proyecto porque ven que tienen el apoyo institucional del Ayuntamiento, ayudas económicas a través de los fondos Feder y un ecosistema para atraer talento. Además, es la gran cumbre tecnológica de este país. Una vez al año la industria de las telecomunicaciones se reúne en Santander una semana, pero cada día va uno y no se unen. Todos estos solo están juntos el mismo día en Málaga. Eso es importante para ellos y para la ciudad. Málaga es anfitriona de manera regular de personas que toman decisiones sobre dónde hacer proyectos o inversiones. El fundador de la Universidad de Harvard decía que "si crees que la educación es cara, prueba con la ignorancia". Si se cree que no es importante promocionar nuestro territorio, explicar las fortalezas que tenemos o decir al resto del mundo a dónde queremos llegar, creo que es peor. Desde el principio es un proyecto de riesgo cero. Lo peor que podía pasar era que esos embajadores fueran menos activos de lo que han sido. Estoy pensando en el presidente de HP, Juan Soto; el presidente de Google, Javier Rodríguez Zapatero; el presidente de British Telecom, Luis Álvarez... Han sido personas fuertemente comprometidas con el concepto Málaga Valley que lo han transmitido a nivel internacional en sus compañías, en artículos de prensa, o en foros de debate. Eso ha sido clave para el éxito.
-¿Conocía usted a estos empresarios o les ha conocido tras Málaga Valley?
-Muchos de ellos eran clientes míos porque tengo un despacho de abogados experto en telecomunicaciones y la mayoría son amigos personales. A otros los he ido conociendo en Málaga.
-Es un buen trampolín para ser conocido en Málaga ¿tiene alguna aspiración política?
-Soy un profesional y no tengo ninguna aspiración política. Esto de Málaga Valley es un trabajo profesional para el Ayuntamiento y Málaga y creo que la ciudad tiene un liderazgo político estable y consolidado. Francisco de la Torre es un alcalde que tendrá un lugar importante en la historia de la ciudad y por muchas personas, entre ellas yo, es considerado el mejor alcalde de España.
-Tiene ya una edad y, aunque manifestó que podría repetir en las próximas elecciones, no es aún seguro.
-Yo creo que Francisco de la Torre tiene años todavía que regalar a Málaga. Es difícil encontrar a una persona con una preparación tan idónea para ser alcalde por su pasado político, su perfil personal, su dedicación, su honradez... Es una persona que se ha metido en el bolsillo a todos los líderes de Málaga Valley por cómo ha trabajado en el proyecto y sin él Málaga Valley no hubiera sido posible. Le considero un amigo entrañable.
-Usted nació en Ceuta, pero vive en Málaga desde que tenía un año. ¿Qué es lo que más y lo que menos le gusta de la ciudad?
-Lo que más me gusta es que está mi familia, mis amigos del colegio y el enclave natural que tiene. Me gusta recordar mi infancia. Lo que menos me gusta es ese carácter cainita y envidioso que se da poco, pero sobre todo en la escena partidista. Hay gente que en lugar de reconocer el talento de los demás va poniendo zancadillas a la iniciativa de los demás.
-Una polémica en Málaga es el Metro en la Alameda. ¿Por arriba o por debajo? Mójese.
-Los metros por los centros de las ciudades, en todas, desde Moscú que es el más bonito del mundo, hasta el de Madrid que es de los más grandes, van por debajo de las ciudades.
-Usted es experto en derecho de telecomunicaciones y tecnología. ¿Hay alguna forma de parar tanto delito por internet?
-Las personas en libertad a veces abusan de ella. El mundo digital es un campo nuevo y hay abuso, pero hay que tener cuidado con no demonizar internet como no se pueden demonizar las autopistas porque algunos corran mucho o incluso en dirección contraria. Hay que perseguir conductas y no las infraestructuras. Hay que encontrar un equilibrio entre la seguridad y la libertad, hay que regular poco y aplicar las categorías clásicas del derecho, en este caso, el penal o el civil. El Estado siempre va a tener tendencia a controlar toda actividad humana. Hay que establecer sanciones fuertes a conductas inapropiadas, pero no regulaciones excesivas ni trabar a aquellos que están haciendo de la red un elemento de progreso para todos.
-Es raro el mes que no detienen a algún grupo de pederastas que trafican con fotografías y vídeos por internet. ¿Es débil la ley?
-No, al contrario. La ley es clara. La pederastia siempre ha sido un delito execrable muy perseguido. Se da la paradoja de que la red es un campo de acción para delinquir, pero la trazabilidad de los comportamientos en la red está haciendo posible que la policía consiga una muy razonable eficacia. Dicho de otra forma, en la red es fácil delinquir pero también es fácil atrapar a los delincuentes. Con el Código Penal es suficiente para perseguir esos delitos. En cualquier caso, internet es un prodigio que hay que cuidar, ensalzar y limpiar. Lo que hay que hacer es denunciar las conductas delictivas, pero la red es blanca y no negra.
-Cambiando de tercio, ¿cuándo cree que saldrá España de la crisis?
-Tengo el deseo y la sensación de que vivimos la etapa final de una severa recesión económica. Probablemente vamos a tener dos efectos beneficiosos. El primero es que las empresas se han visto obligadas a salir fuera para encontrar mercado y esas conquistas durarán generaciones. La segunda es que mucha gente ha tenido que crear su propia empresa por necesidad y eso es una semilla que acaba dando su fruto. Hemos pasado página de cosas que no volverán nunca como sistemas ineficientes en el sector público, hemos ajustado los salarios... Hemos sido un burgués bonachón demasiado bien cuidado que ha tenido que ponerse a dieta, hacer ejercicio, recuperar constantes vitales que no estaban en orden y que ahora está preparado para afrontar otra parte de su vida. España va a seguir siendo una de las diez grandes economías.
-¿La imagen de España se está viendo perjudicada con Bárcenas y la corrupción?
-El país que peor imagen tiene de España es España. Tenemos que empezar a cambiar el discurso. España no es el país de Bárcenas, sino el país que hace la alta velocidad entre La Meca y Medina, que tiene el mejor banco de la Eurozona, de los prodigios empresariales de las últimas décadas... El mundo nos ve como una potencia media-alta en un momento delicado, pero con una fortaleza histórica que no va a desaparecer. Además, nuestro carácter, el clima, nuestra capacidad para acoger a los demás, la industria turística, no se agota.
-Al margen de todo eso, el Gobierno está quedando fatal.
-Es evidente que en este momento hay una hipersensibilidad en la sociedad con los abusos. Cuando la gente sufre en sus propias carnes dificultades para subsistir y observa cómo los poderosos han manipulado las instituciones en beneficio propio de una forma intolerable, hay una reacción que ha sido la más civilizada de Europa porque no hemos tenido riesgos verdaderos de helenización, sino protestas pacíficas de gente indignada pero respetuosa. Dicho esto, entiendo que esas prácticas han sido generalizadas. En España se ha diseñado un sistema donde el partido político lo es todo y se ha jugado con hipocresía con su financiación, porque había unos límites que hacían imposible su actividad. No es solo un problema de conductas personales sino también de estructura de la ley de partidos. Creo que en poco tiempo veremos un cambio sustancial. El monopolio de los partidos políticos debería ser atajado y limitado. Los partidos gobiernan el Ejecutivo, el parlamento y en buena parte el poder judicial. Eso no es lo que más conviene.
-Hay protestas pacíficas pero en Málaga la tasa de paro es del 35%.
-La gran pregunta que se hacen todos los que observan España desde fuera es cómo no hay un estallido social con esta tasa de paro. Creo que posiblemente esa tasa no responde a la realidad por la economía sumergida y, en segundo lugar, que España tiene el activo de la familia. España es probablemente el único país desarrollado donde si tu no puedes pagar la hipoteca, tu padre, tu hermano o tu tío lo hace por ti. Eso ha hecho que no se desmorone más aún nuestra estructura social y económica.
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