Los pantanos de Málaga siguen perdiendo agua: bajan de los 100 hectómetros

La sequía sigue pintando un futuro complicado en Málaga. Es verdad que 2024 ha empezado con algunas lluvias, pero hasta ahora han sido poco abundantes y a tenor de la previsión del Centro Meteorológico de Málaga no parece que a corto plazo vayan a llegar precipitaciones intensas que salven a la provincia del problema. A pesar de estas precipitaciones, los pantanos siguen perdiendo agua y ya están por debajo del umbral psicológico de los 100 hectómetros cúbicos.

Hasta la fecha han sido dos días de lluvias, el 5 y el 9 de enero. El 5 de enero cayeron apenas 17 litros por metro cuadrado -aunque se recibieron como el mejor regalo de Reyes- y el martes 9 se la mayor cantidad se recogió en Alfarnate (23,7). Esto se traduce en unos 40 litros caídos en las dos jornadas. El resto de semana habrá sol, incluso subirán las temperaturas el fin de semana y es posible que la semana próxima un nuevo frente riegue la provincia de oeste a este, pero la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) no prevé que caiga nada significativo. En resumen: más de lo mismo.

A lo largo 2023 en Málaga se ha consumido más agua de los pantanos de la que queda, ya que en enero de 2023 las reservas de los siete embalses malagueños ascendían a los 230 hectómetros y el año cerró con 102,8 hectómetros cúbicos, y menos de dos semanas después ya están al 99,6 hectómetros, al 16% de su capacidad, según los datos publicados en la Red Hidrosur. Eso a pesar de las precipitaciones de estos días, pues la semana anterior acumulaban 100,90 hectómetros.

Todos los embalses malagueños bajan

De forma detallada, se observa que no hay ningún embalse que haya subido sus reservas de agua en la última semana. Unos más que otros, pero todos están peor. El que mantiene una situación más crítica sigue siendo el de La Viñuela, el más grande de la provincia ubicado en la comarca de la Axarquía, al que solo le quedan 12 hectómetros cúbicos (está al 7,4%).

En esta línea, los pantanos de Limonero y Casasola son los que menos agua tienen de toda la provincia, al ser los más pequeños. Al del Limonero le quedan unos 4,7 hectómetros (21%) y el de Casasola cuenta con 6,1 hectómetros (28%).

Les sigue el embalse de la Concepción, que tiene 13,14 hectómetros (57,5%). Por su parte, el pantano de Guadalteba con 153,3 hectómetros (22,1%) es el que más reservas tiene actualmente; mientras que el del Guadalhorce está al 14,3% y contiene 18 hectómetros; y el del Conde del Guadalhorde está al 16,9% con 11,2 hectómetros.

Al mirar cómo iban evolucionando los datos, en el verano ya habían caído en 45,5 hectómetros, es decir, el 1 de julio de 2023, los siete pantanos de la provincia comenzaron el verano con 184,5 hectómetros.

En el caso de la Concepción, este embalse tenía 36,8 hectómetros; en el Limonero quedaban 7,2 hectómetros, en Casasola había 7,6 hectómetros; en el de Guadalteba quedaban 65,7 hectómetros; el del Guadalhorce albergaba 36,8 hectómetros; en el Conde del Guadalhorce quedaban 15,4 hectómetros y en la Viñuela tenían 15 hectómetros.

Nada de lluvias el resto de semana

Para el resto de esta semana, Meteorología pinta un mapa vacío de lluvias en Málaga. Ni el jueves, ni el viernes, ni el fin de semana se espera que pueda caer ni una sola gota, según el director de la Aemet en Málaga, Jesús Riesco.

El futuro próximo no es mucho más esperanzador, según el meteorólogo, que afirma que tal vez la semana que viene llegue otro frente, con precipitaciones débiles como las de este martes, pero que "lluvias intensas importantes no se ve nada".

Respecto a las temperaturas, no está previsto que haya muchos cambios hasta el fin de semana. El termómetro se mantendrá con unos valores que por otro lado son los normales para esta época del año. Seguirá haciendo falta el abrigo y la bufanda, sobre todo por las mañanas.

Para el fin de semana, Riesco apunta a que podrían bajar "mínimamente" tras el paso del frente de lluvias, pero aclara que no habrá heladas. Es más, lo que sí se prevé es que suban de cara al sábado y domingo, de forma que tendremos de vuelta las temperaturas primaverales de más de 20 grados de máxima, tanto en el interior como en la costa.