El paseo olvidado de la Alcazaba a Gibralfaro

Reivindican recuperar la vía que conectaba en su origen ambos edificios y que fue cerrada con la invasión francesa

Antigua vía que comunicaba la Alcazaba y Gibralfaro.
J. A. Navarro Arias / Málaga

17 de octubre 2008 - 01:00

El visitante que llega a la Alcazaba y quiere seguir su visita hasta Gibralfaro, debe salir por la puerta que ha entrado y subir al castillo por otro camino independiente. En su origen, en tiempos de la Málaga musulmana (siglo XIV), sin embargo, una vía comunicaba ambas construcciones, la primera de carácter civil y la segunda militar. La herencia actual es fruto de la invasión francesa. En pleno siglo XXI, el grupo municipal de Izquierda Unida y la asociación cultural Zegri reivindican que se estudie la posibilidad de abrir nuevamente la citada vía. Consideran que sería una "interesante" aportación tanto cultural como turística para la ciudad.

Pedro Moreno Brenes, portavoz de IU en el Consistorio, recordó ayer que desde 1812 la comunicación entre ambos edificios resulta imposible. "Las tropas francesas erigieron un gran baluarte de hormigón para posicionar su artillería y bombardear así la Alcazaba y la zona baja de la ciudad", dijo el edil. La situación actual es fruto de la historia de Málaga, pero si se echa la mirada más atrás aún, se comprueba cómo fue concebida.

El castillo de Gibralfaro está situado en la parte más alta de la colina, a 132 metros de altura sobre el nivel del mar. Desde su atalaya se puede divisar toda la ciudad. En el siglo XIV, Yusuf I lo construyó sobre restos de antiguas fortificaciones, de origen semítico e incluso griego. Todos los pueblos que han pasado por la ciudad lo han utilizado como un punto geoestratégico.

Dado su valor histórico, el citado conjunto urbanístico cuenta con la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y de la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español. Además, en 1993 la Junta otorgó reconocimiento especial a los castillos de la comunidad, entre ellos Gibralfaro. Su nombre proviene de un vocablo árabe yabal (monte), y otro derivado del griego, faruh (faro), que sugiere un posible uso del monte desde época fenicio-púnica como atalaya costera.

El nombre de Gibralfaro aparece muy citado en las fuentes árabes. Las referencias a la fortificación en sí son tardías debido a que se construyó en el siglo XIV. En esta época, según mantienen diferentes estudios, debido a la generalización del uso de la artillería debió evidenciarse la necesidad de edificar esta fortaleza para proteger la Alcazaba, que quedaba indefensa desde los cerros que la dominan. De hecho, la imagen imponente del complejo defensivo que presentaba la ciudad de Málaga y su conjunto Castillo-Coracha-Alcazaba llamó la atención de todos los cronistas cristianos desde el siglo XV que destacaron su inexpugnabilidad.

La fortificación incorpora todas las novedades defensivas que fueron adoptadas en Al Andalus, como la gran Torre Albarrana, el perímetro de muralla adaptado al terreno a través de paños zigzagueantes y la puerta con entrada en recodo, según explicó el presidente de Zegri. El concejal de Cultura, Miguel Briones, dijo ayer que no se pronunciará hasta que estudie el proyecto, que Moreno Brenes reivindica una vez que se ha actuado en el entorno de la Coracha.

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