Visto y Oído
Voces
Fenicios, romanos, musulmanes... Civilizaciones que a lo largo de más de 2.800 años han dejado su impronta sobre los suelos de Malaka, Malaca y Malaqa; culturas que hicieron las tierras próximas al río Guadalhorce, al mar Mediterráneo espacio de asentamiento. El pasado, recuperado al presente por medio de la memoria, se deja ver igualmente en forma de piedra. Las que manan del subsuelo, las que se asoman al profundizar en las entrañas mismas de esa misma ciudad en la que antaño caminaron fenicios, romanos, musulmanes...
La riqueza arqueológica de la urbe queda reflejada, especialmente, en su corazón, donde el desarrollo constructivo del ahora acaba por tocarse sin disimulo con la realidad de lo que fue. La última muestra en ese gran mosaico que es el Centro histórico trascendió esta misma semana, cuando el taladro de las máquinas levantando el alquitrán y el cemento de Cortina del Muelle acabó por descubrir lo que ya se sabía: la muralla nazarí del siglo XI y los restos del antiguo puerto de la ciudad, del siglo XVIII.
La pretensión de los organismos vinculados a la reurbanización del entorno de la Catedral, marco en la que tuvo lugar tan señalado acontecimiento, pasa por analizar e investigar cuanto se halle bajo tierra y por hacer visible parte de la muralla nazarí, catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC). Una categoría que la hacer ser intocable. Pero Cortina del Muelle es una pieza más del difícilmente tasable tesoro que el casco antiguo malagueño mantiene escondido.
Sin embargo, los técnicos de la Sección de Arqueología de la Gerencia de Urbanismo quieren aprovechar la revisión del Plan Especial de Protección y Reforma Interior (Pepri) del Centro para poner en valor esta realidad. Al punto de que, tras dividir en espacio geográfico en catorce sectores, ponen sobre la mesa propuestas de intervención de protagonismo indudable.
Muestra de ello son las intervenciones que plantean en lo que a la muralla de la ciudad se refiere. De un lado, apuestan por crear un Centro de Interpretación de la Muralla en el aparcamiento de la Plaza de la Marina, rescatando el proyecto que en su momento desarrolló el arquitecto Daroca Bruño y permitió la integración de parte de los restos encontrados en este punto.
Para ello, se plantea aprovechar el espacio liberado por el traslado del Museo Interactivo de la Música y devolver "el protagonismo al espacio intramurario, como ámbito del BIC. Este centro, inciden, podría ser el punto inicial de un recorrido para visitas urbanas, convirtiéndose en sede de gestión cultural, punto de encuentro y de partida desde donde iniciar otros itinerarios y actividades, ya sea por las fachadas barrocas recuperadas, cementerios o jardines históricos...
Asimismo, en el marco del escenario físico en el que se dispone de documentación sobre la presencia de la muralla, los técnicos aluden de forma directa a la zona de Atarazanas. En este punto, destacan que la potencia del mercado desvirtúa el carácter de la puerta monumental como parte del recinto amurallado. Y dado que está muy bien documentado el límite marítimo de la ciudad, con restos de escolleras y del fondo marino cercano a la orilla, se podía plantear en un espacio próximo al ámbito del puerto actual la recreación del puerto romano, junto a un perfil estratigráfico contextualizando el hallazgo.
Son dos de las grandes propuestas presentes en el documento de revisión del planeamiento del Centro, aunque no las únicas. Así, en la zona trasera de la calle Alcazabilla-Túnel de la Alcazaba, donde el recinto fortificado de la Alcazaba enlaza con la muralla perimetral, se subraya la existencia de bastantes restos en alzado (unos 30 metros de un lienzo de 60) y se conoce bien lo que ha desaparecido en épocas más recientes, con lo que es posible unir dos paños en distintas condiciones. Por ello, se plantea "reconstruir", con un alzado importante, aprovechando la peculiaridad del lugar como puerta al recinto arqueológico del Teatro Romano.
De otro lado, se propone revisar el sistema empleado hasta la fecha al integrar la muralla en el viario urbano, en alusión directa a las calles Alcazabilla y Granada, por "fallido y no lograr la comprensión pretendida". Para los técnicos, estas actuaciones han quedado "como un juego de pavimentos que ya se demostró fallido en La Marina". Igualmente, aboga por incorporar como puntos de visita los puntos integrados de Barbacana y Muralla en locales de la calle Alcazabilla, esquina con la Plaza de María Guerrero; Medina Conde, 3; Ramón Franquelo, 10, y Beatas, 15.
En la calle Puerta de San Buenaventura, aprovechando dos intervenciones integradas en comercios, se plantea en el pavimento un ejercicio de reconstrucción conceptual, basada en la geometría de la puerta, al que se añade la sección de la torre que da cabida el Centro de Estudios Marroquíes. En el tramo de la calle Carreterías, se analiza la pieza arreglada hace diez años. De otro lado, la propuesta en materia arqueológica integrada en la revisión del Pepri avanza medidas en otros sectores de la capital.
Núcleo de la ciudad fundacional
Según los datos de las excavaciones realizadas en la parcela de calle San Agustín 6-Císter, 3, a finales del siglo VII a.C. confirma la existencia de un área con una clara funcionalidad urbana, donde la presencia de escorias de hierro y restos conservados de un horno bajo la muralla evidencian prácticas metalúrgicas.
Dicha información, a juicio de los técnicos, no sólo confirman una actividad productiva, sino que revela la correlación entre el proceso de asentamiento y el sistema en que Tiro extiende su poder y controla las nuevas colonias. En dicho solar, añade el documento urbanístico, se erigen muros de adobes y se disponen pavimentos alternando colores amarillos y rojos del mismo material, se definen calles estrechas de menos de un metro , seguido de la instalación de un horno cerámico presente y se reconoce otro en el vecino Palacio de Buenavista. En este sentido, se marcan como objetivos de investigación en esta zona la delimitación precisa del área ocupada en época fenicia y púnica; la definición del trazado concreto de los sistemas defensivos y la localización de restos identificativos de la judería medieval. En el apartado de propuestas, abierta la posibilidad de enseñar los niveles más antiguos del pasado de la ciudad en el Museo Picasso, se plantea completar una visión de la ciudad fundacional en el sótano municipal de Císter, 3-San Agustín, 6. En este sótano se ampliaría la información del recinto murado. Se podría apoyar el conocimiento más completo del mundo fenopúnico con la incorporación de las rutas de las necrópolis históricas recogidas en el Plan Especial de Protección del Monte Gibralfaro.
Catedral
En este punto se plantea una línea de investigación que permita comprobar el carácter de la ocupación púnica localizada en el entorno de la calle Don Juan de Málaga y determinar el trazado de la muralla romana del siglo III, puntualmente localizado en Cortina del Muelle. En materia de propuestas, los técnicos señalan la necesidad de contrastar el origen romano del viario Císter-Santa María, Compañía y otras antiguas del sector. Y ello con la posibilidad de diseñar un proyecto de investigación mediante una batería de perforaciones geoarqueológicas, combinadas con el empleo de detección por georrádar. Respecto a la época medieval se recogerán los planteamientos contenidos en el Plan Director de la Catedral y la metodología propuesta para reconocimiento de la Mezquita mayor en su ámbito y en las calles de apertura posterior para determinar la posición del alminar.
Arrabal de Funtallana. Zona Ollerías
En el marco de las propuestas, la valoración de los restos de la instalación alfarera en los solares de calle Chinchilla 2-8 y 3-9 y su estado de conservación, llevó a la propuesta de integración in situ, que obtuvo aprobación por Consejo de Administración el 19 de mayo de 2003. Después de múltiples avatares administrativos, se impulsa para este ejercicio el inicio del proyecto para Centro de interpretación del yacimiento arqueológico de los alfares medievales de la ciudad de Málaga. El proyecto plantea la recuperación de los restos arqueológicos que identifican la actividad histórica alfarera en el arrabal. Como actuación urbanística se pretende una proyección de carácter turístico-cultural, que contribuirá a generar actividad socioeconómica favoreciendo la regeneración del barrio.
También te puede interesar
Lo último
1 Comentario