Un paseo entre ruinas valiosas

Los vecinos del centro histórico se quejan del estado de dejadez de la zona Denuncian insalubridad y plagas de mosquitos y ratas Lamentan la pérdida de valor arquitectónico que produce el deterioro

J. M. Botello Málaga

22 de septiembre 2013 - 01:00

Son muchos los vecinos del centro histórico y miembros de la oposición municipal que se quejan del estado de dejadez de esta zona de la capital malagueña. Recuerdan el incendio que sufrió un edificio abandonado de la calle Coronado a principios del pasado mes de julio, lugar del que la Asociación de Vecinos del Centro Histórico se queja por su estado de "descuido extremo". Esta entidad, según su presidenta, María José Soria, muestra su preocupación por la posibilidad de que suceda una desgracia: "Muchos estamos asustados por que pueda haber algún tipo de desprendimiento, ya que este año se prevé que sea bastante lluvioso" y se queja de la suciedad que se acumula en esos lugares, resaltando que algunos habitantes de una finca cercana a un inmueble abandonado en la calle Beatas han sufrido plagas de ratas. Pero sus preocupaciones no acaban aquí, la cuestión estética sería su otro quebradero de cabeza: "También nos preocupamos por la imagen de Málaga, no es buena si esos edificios del centro llevan años y años abandonados".

Por esta razón este periódico ha realizado un recorrido por algunas de las edificaciones en estado de abandono en compañía de Nicolás Sánchez, administrador del blog Salvemos Málaga, que tiene como objetivo la conservación y la difusión del patrimonio arquitectónico de la ciudad. La primera parada es en la calle Granada 61, el Palacio de Solesio, popularmente conocido, de forma errónea, como Palacio de los Gálvez o del Marqués de la Sonora. Este edificio de finales del siglo XVIII fue adquirido por la sociedad Azucarera Larios con el objetivo de convertirlo en un hotel de cinco estrellas, para lo que demolieron el interior en 2006, dejando sólo las fachadas. Pero la aparición de restos arqueológicos y diversos asuntos legales por el derribo interior hacen que "uno de los mejores edificios de la arquitectura civil malagueña", según Nicolás, esté "en el cascarón" seis años después. Este fenómeno, explica, se denomina "fachadismo" y es bastante común en el centro de Málaga.

El siguiente lugar que visitamos son las casas de la calle Tomás de Cózar, donde según Sánchez existía una muralla a la que a finales del siglo XVII se fueron adosando casas "con patios preciosos, que se conservaron hasta hace pocos años, pero que se encuentran ya abandonadas y muchas derribadas".

La tercera etapa del itinerario son las edificaciones de la Plaza del Teatro. Dos grandes edificios de viviendas del siglo XIX. En ellos se da también el fenómedo del fachadismo desde hace unos cuatro años y es que "los propietarios se quitaron de en medio", asegura el bloguero. Además, los vecinos se quejan de que "se han formado unas especie de balsas de agua estancada convirtiendo la zona en un foco de mosquitos e insalubridad" y, por otra parte, "aunque la fachada está estabilizada existe la posibilidad de que caigan trozos de cornisa". Sánchez además teme que las estructuras se sigan deteriorando y pide al Ayuntamiento que "los expropien o hagan algo" para evitarlo.

En la calle Comedias número 13 se encuentra otra de estas edificaciones. Nicolás asegura que a este edificio le retiraron la cubierta "de forma de que cuando lloviese las humedades lo arruinasen" y aunque le han tenido que poner un techo de chapa, tiene abiertas las ventanas, lo que permite la entrada de animales como palomas que contribuyen a su deterioro.

En la quinta parada llegamos a la calle Carretería, en concreto al número 68. Aquí Nicolás resalta que se trata de un edificio "magnífico", y añade que "las rejerías y el cierre son estupendos". El problema es que lleva varios años en venta y, aunque esté cerrado está lleno de humedades y las alimañas campan a sus anchas en el interior.

Desde aquí llegamos a dos edificios colindantes que se levantan en Carretería 51 y la calle Andrés Pérez número 22. Es un edificio del siglo XIX "achaflanado, de muy buena calidad, con impresionantes rejerías y molduras y un buen cierre de madera" pero con grietas y humedades por todos lados. La finca colindante, la de Andrés Pérez número 22, es de similares características, pero además "tiene agujeros en las plantas superiores que permiten el acceso de animales", explica el bloguero de Salvemos Málaga. Siguiendo en la calle Carretería, esta vez, en el número 31, nos encontramos con un inmueble del siglo XVIII abandonado y tapiado, pero con los mismos butrones que las otras edificaciones.

En la calle Coronado número 3 nos topamos con el edificio donde el pasado mes de julio se produjo el incendio. Éste, aseguraNicolás, es "un buen ejemplo de la arquitectura burguesa del siglo XIX de Málaga, con balcones volados y balcones antepechados, una rejería de mucha calidad y los cierres típicos de los balcones de Málaga". Debido a los daños del fuego, el ayuntamiento se vio obligado a apuntalar toda su estructura.

En la calle Mártires 10 se levanta un edificio de los siglos XVIII y XIX, que tiene "unos balcones muy buenos", pero que ya carece de tejado y donde "las humedades afloran por todos sitios". Está tan deteriorado que el Ayuntamiento lo ha declarado en ruinas y pueden demolerlo, pero como se sospecha que la fachada que da a Calle San Telmo puede contener pinturas murales del siglo XVIII, es posible que esa parte tenga que ser conservada.

Y en Hoyo de Esparteros, a la espera de que se construya el hotel Moneo, todavía se mantiene en pie el último edificio de esa zona de la ladera oriental del río Guadalmedina. Es un edificio protegido del siglo XIX, del que Sánchez se lamenta que en el Ayuntamiento, al degradarle la protección arquitectónica, será demolido para la construcción del establecimiento de hostelería. Así, se queja de que el proyecto es construir un inmeuble de diez plantas "con unos volúmenes gigantescos para la zona en la que está".

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