La Junta calcula en unos 350 los peces muertos en la desembocadura del río Guadalhorce

La Junta de Andalucía calcula en unos 350 el número de peces muertos en la desembocadura del río Guadalhorce de Málaga este sábado, tras verse atrapados en una especie de "balsa" y, supuestamente, quedarse sin oxígeno. Así, este domingo la Delegación de Medio Ambiente sigue trabajando en esta zona para mejorar los humedales y garantizar un canal hasta el mar que pueda servir para "evitar la mortandad de más peces".

Según ha informado la Junta de Andalucía este domingo en un comunicado, a la espera de los resultados del Centro Andaluz de Diagnóstico dependiente de Amaya, que determinará la causa exacta la muerte de estos peces, la Delegación baraja la falta de oxígeno provocada por la acumulación de sedimentos debido a las mareas de los últimos días.

Esto unido -han indicado- a la bajada de nivel de agua del río, lo que ha podido generar un "efecto balsa" que ha dejado a los animales sin oxígeno, causando la mortandad inmediata de cientos de ejemplares. No obstante, el comunicado señala también que "no se descartan otras causas" y que habrá que esperar a los resultados del laboratorio.

Así, según ha explicado la Junta, en la mañana del sábado se recibieron numerosas llamadas en el 112 alertando de la presencia de peces muertos en la desembocadura del río Guadalhorce, en Málaga capital. El hallazgo se produjo en la zona de la playa de Sacaba y "de forma inmediata" se solicitó presencia e informe de los Agentes de Medio Ambiente en coordinación con el Seprona de Guardia Civil y el Ayuntamiento de Málaga.

La actuación más urgente se realizó ya por la tarde, con la participación de Tragsa, ejecutando una zanja para posibilitar ese canal de agua y recogiendo los ejemplares inertes. Este domingo se continúa trabajando en el canal de salida al mar, para evitar la acumulación de arena y que los peces puedan quedar de nuevo atrapados, han precisado.

No es la primera vez que se presencia una escena así en el Guadalhorce. En 2017, la Consejería de Medio Ambiente abrió una investigación por la aparición de cientos de aves y peces muertos en diferentes puntos de este río. Cientos de barbos, lisas y anguilas que moran en estas aguas surgieron flotando sin vida en la zona de El Tarajal, entre el aeropuerto y la hiperronda de Alhaurín de la Torre.

En aquella ocasión saltaron todas las alarmas ante el temor de que el hallazgo se debiera a un vertido, sin embargo la conclusión a la que se llegó también fue que la causa de los fallecimientos se debió a que los peces se asfixian ante la acumulación en las aguas de grandes cantidades de material orgánico que consume el oxígeno del escaso caudal que queda en esta zona del río debido a las altas temperaturas y la falta de lluvias.