Los pescadores de arrastre de Málaga podrán evitar el recorte en los días de faena si toman medidas medioambientales
Este martes, durante la huelga, los puestos que comercializan especies como gambas, cigalas, pulpos, lenguados y rapes miraron a Huelva y Cádiz para abastecer sus mesas; mientras otros mantuvieron las persianas bajadas
La flota de arrastre de Málaga continúa amarrada este martes ante el posible recorte en los días para faenar
La mañana del martes se vivió de una forma diferente en los mercados malagueños, que amanecieron con mesas nutridas con menos género del habitual o incluso con algunos puestos cerrados en las secciones de pescadería. El motivo por el que los trabajadores no pudieron despachar con normalidad, igual que ocurre ciertos días por las condiciones marítimas, no es atribuible esta vez a este fenómeno, sino a una propuesta efectuada en los despachos de Bruselas. Los ministros del ramo de la UE se encontraban debatiendo desde este lunes las cuotas de pesca en aguas comunitarias para el próximo año, hasta lograr un acuerdo esta pasada madrugada: lo que se planteaba para el Mediterráneo es que los barcos de arrastre recortasen su actividad de 130 días al año a solamente 27, una reducción del 79% que ha generado gran malestar en el sector. Finalmente, el tijeretazo ha salido adelante, aunque sus dimensiones reales son variables en función de varios factores.
"Las negociaciones han sido largas y complejas sobre el Mediterráneo Occidental", ha reconocido el nuevo comisario de Pesca de la UE, Costas Kadis, en rueda de prensa al término de la reunión, en la que ha explicado que se ha acordado "un mecanismo de compensación ampliado que aliviará el impacto socioeconómico de la reducción del esfuerzo" para el arrastre.
Recurrir al mecanismo de compensación amortiguará, en parte, el recorte al arrastre que pide Bruselas, ya que permite recuperar días de actividad si se cumplen ciertas medidas medioambientales (a elegir entre 12, de las cuales se aplican seis a España) como puertas voladoras, la imposición de vedas o el cierre temporal de algunas zonas para proteger a las especies demersales cuya recuperación preocupa a la Comisión: los alevines de merluza y la gamba roja.
"Si se aplican estas medidas, los pescadores podrán pescar casi los mismos días", ha defendido el comisario, que ha indicado a los medios que el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, se ha ido "satisfecho".
Hay que recordar que la flota mediterránea ha permanecido amarrada en los puertos tanto este lunes como este martes en huelga. Los pescadores también se echaron a la calle en Madrid, ante el edificio de la Comisión Europea este lunes y martes. A nivel provincial, son 42 los barcos afectados, cuya actividad sirve de soporte a unas 200 familias de manera directa: la mitad de estas embarcaciones se concentra en el puerto de Caleta de Vélez; la otra parte se divide entre Fuengirola, Estepona y Marbella.
Al respecto, la presidenta de la Federación Provincial de Pescadores, a la par que número dos de la Federación Nacional y líder de la Cofradía de Caleta de Vélez, Mari Carmen Navas, explicaba que si se produjese un recorte muy amplio "sería la ruina". "No podemos permitirnos perder ni un día más, ya el año pasado llegamos a la línea roja. Este 2024 hemos parado cuatro meses y medio", afirmaba refiriéndose a la anterior cuota, que buscaba maximizar la conservación de los caladeros. De hecho, en los últimos cinco años las faenas han descendido un 40%.
"Entendemos que hay que dar un tiempo para que las medidas den su fruto". Un nuevo escenario restrictivo, además, los abocaría a una situación de escasos ingresos. "¿Qué empresa puede mantenerse así? Ante todo hay que pensar que un barco es una microempresa. Así no podríamos seguir adelante ninguno". Esto no solo afectaría a los que se ganan la vida en el mar, también a "otros muchos negocios de todos los núcleos costeros como bares y restaurantes" que llevan por bandera el pescaíto frito malagueño. "El producto tendría que venir de otros puntos de España o de fuera".
Justo eso es lo que se vio durante la primera parte de la jornada del martes en mercados malacitanos como El Carmen, ubicado en El Perchel. En Atarazanas, como suele, la afluencia de público era notable, aunque el nivel de compras fue algo más comedido por el efecto turista que posee este edificio, que con el paso de los años se ha convertido en un imprescindible en los recorridos de los viajeros. Las mesas de pescado, por su lado, no lucían precisamente como en las mejores ocasiones, haciéndose complicado encontrar producto malagueño de arrastre como gambas, cigalas, jibias, pulpos, lenguados o rapes, entre otras especies.
"Lo poco que había era sobrado del sábado y la mayoría de Huelva", contaba David Soto, de Pescados y Mariscos Soto. "Nos hemos apañado con eso. Mira la mesa: de las 20 clases de pescado que tenemos normalmente sólo tenemos cuatro". Una carestía que, naturalmente, también ha elevado los precios. "Para ser atrasado no era nada barato", agregaba. Algo similar observaba Francisco González, Curri, al frente del puesto del mismo nombre, que lamentaba la falta de género local en la lonja. "No tenemos pescado de Málaga: ni gambas buenas, ni pescadillas, ni rapes", comentaba para, a renglón seguido, enumerar la procedencia de lo que tenía disponible para vender. "Esto es de Huelva, eso de Sanlúcar y aquello de Conil". Jorge Rodríguez, de Pescadería Moñi, mantuvo su puesto con la persiana bajada, y como el suyo se contaban unos cuantos más en Atarazanas. "Para los boquerones y sardinas se ha notado mucho, porque sólo ha habido de Francia, Italia y Portugal y del pasado jueves. Incluso ese mismo día llegaron sardinas de Croacia", apostillaba. Es por esto que decidió no abrir. "Nosotros hemos preferido no trabajar, otros han comercializado productos que no suelen vender, o más viejo, o directamente de criadero".
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