Así era Petra, la mujer estrangulada en Fuengirola a manos presuntamente de su pareja
Originaria de Córdoba, pasaba largas temporadas en la barriada de Las Chozas, donde vivía con el presunto agresor
El arrestado habría dejado escrita una carta antes de intentar suicidarse y confesado su autoría en el crimen
Una mujer muere estrangulada en Fuengirola y detienen a su pareja como principal sospechoso
La familia de Petra había reservado para cenar la noche del viernes en el restaurante de debajo de su casa, a tan solo unos metros del paseo marítimo de Fuengirola, cuando le avisaron de que la mujer, de 76 años, había fallecido. Antonio, su marido, se encontraba con vida, también en el domicilio, aunque con las facultades mermadas debido, previsiblemente, a una gran ingesta de pastillas. Las primeras averiguaciones policiales determinaron que el hombre la habría estrangulado, por lo que procedieron a su detención y todo apunta a un nuevo crimen machista, el cuarto en lo que va de año en la provincia de Málaga.
La barriada de Las Chozas -cerca de la playa de San Francisco- amaneció ayer consternada. A pesar de sus raíces cordobesas, Petra pasaba largas temporadas en la localidad malagueña desde hacía más de una década. De un tiempo a esta parte padecía problemas de cervicales y le costaba andar, por lo que había empezado a valerse de un andador para dar sus paseos matutinos. “No era una mujer de bares”. Quienes la conocían cuentan que le gustaba parar en el estanco y en el puesto de lotería. Horas antes de que le arrebataran la vida, Petra hizo sus paradas de rigor y visitó a sus personas de confianza, con las que había entablado ya una relación de amistad.
De carácter tranquilo, había trabajado en una fábrica y vendido joyas junto a su marido. Tenía dos hijos y también dos nietos que la visitaban algunos fines de semana. Cuando la llamaban por teléfono les contaba que estaba bien para no preocuparlos. Pero, hacía tiempo que había contratado a una limpiadora para que se encargase de las tareas del hogar debido a su desmejora física.
En la zona no solían ver a Petra salir con Antonio, pero nadie imaginaba que pudieran tener una mala relación. Fuentes cercanas a la investigación aseguran que en las bases de datos policiales no constan denuncias por violencia de género. Su entorno asegura que el presunto agresor era un hombre normal, que salía a hacer recados y a jugar al dominó con sus amigos. El viernes, tras supuestamente estrangularla, el hombre, de 75 años, habría intentado suicidarse, por lo que tuvo que ser atendido por los servicios sanitarios.
En estos momentos, según las mismas fuentes, el presunto responsable de la muerte de su pareja se encuentra fuera de peligro y ha quedado detenido por agentes de la Policía Nacional, que mantienen una investigación abierta para el total esclarecimiento de los hechos, a la espera de pasar a disposición judicial. Asimismo, el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, ha asegurado que el sospechoso ha confesado su autoría en el crimen y que había dejado una carta escrita antes de intentar quitarse la vida.
Cabe recordar que Bianca (43) fue la última víctima mortal de la violencia de género en la provincia de Málaga. De nacionalidad estadounidense, estaba de vacaciones en la capital malagueña junto a su pareja cuando supuestamente fue asesinada a manos de éste en el apartamento en el que se hospedaban, en la céntrica aplaza de Camas. A principios de año, a Ana (57), su marido, también le habría arrebatado la vida en su domicilio, en Torre del Mar (Vélez-Málaga) mientras dormía. Su cuerpo sin vida fue hallado por su hijo con signos de asfixia; junto a él, una vela. Apenas dos meses más tarde, Gracia (48) era tiroteado por el padre de sus hijos, el mismo hombre del que llevaba separada hacía ya una década. Era de madrugada, estaba esperando a que llegara a su domicilio, en Pizarra. No le importó que su hija, aún menor de edad, estuviera presente.
Este es el balance de víctimas mortales en lo que va de año. Si bien, la violencia de género -antes de llegar a su expresión más cruenta- se presenta en infinidad de caras y prueba de ello son las más de 22 denuncias diarias en este sentido que sigue registrando, lo que eleva la cifra a un total de 2.024 denuncias. De ellas, solo 14 fueron presentadas por la propia víctima en en el juzgado y cuatro por sus familiares. A pesar de que continúa siendo una cifra sobrecogedora, es la primera vez desde la pandemia que se produce un ligero descenso -concretamente del 6,6%- con respecto al mismo periodo del año anterior, cuando se recibieron 2.167 denuncias, según los datos extraídos de los informes realizados por el Observatorio contra la violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial.
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