La Plataforma por el Tren Litoral tras el anuncio de Puente: "Es positivo, pero tenemos tantas experiencias previas que no lanzamos las campanas al vuelo"

En 25 años da tiempo a hacer muchas promesas, todas ellas incumplidas hasta la última, claro. Cinco lustros en los que el tren litoral ha entrado y salido de agendas, debates y compromisos políticos imprimen cierta cautela en el carácter de quienes lo ven necesario. En las palabras de Violeta Aragón, portavoz de la Plataforma por el Tren Litoral de Málaga, se notan esos matices cuando se le pregunta por el anuncio de Óscar Puente este miércoles: "Este Gobierno hará el tren litoral de Málaga". Desde la Junta de Andalucía, la consejera de Fomento, Rocío Díaz salió al paso rebajando la espuma, "si están convencidos que lo demuestres con inversiones y plazos".

"Es positivo, pero tenemos tantas experiencias previas que no queremos lanzar las campanas al vuelo", resume Aragón. No por ello oculta que es una "buena noticia". "Es un anuncio importante y los anuncios hace falta que se cumplan, llevamos tantos que... estamos animados, porque vuelve a estar en el debate, pero a la expectativa de que no sea sólo el anuncio como en otras ocasiones", señala la voz que resume el sentir que reclama el impulso a la infraestructura.

Hay que tener en cuenta que, en estos momentos, el Gobierno anunció la licitación de un estudio de viabilidad para el ferrocarril de Nerja a Algeciras. El mismo no estaría, al menos, hasta 2027, a tenor de los 18 meses que se prorrogará. "Entiendo que una intraestructura como esta cuenta con que no se hace en una legislatura, se piensa más en la siguiente, pero sigue siendo un anuncio positivo", admite.

Esto no hará que estén menos vigilantes de que se cumpla lo prometido en su plataforma: "Seguiremos en nuestra pelea constanto para que esté siempre en el interés político y que no sea una promesa que se olvide". Con esa voluntad firmaron, antes de la pandemia incluso, un convenio con todas las fuerzas políticas en el Congreso para ratificar el compromiso de todas ellas con esta infraestructura.

No piensa que ahora sea necesario reeditar un acto así, "entonces no estaba en marcha, ahora sí. Lo que hace falta es seguir andando, además, ya han declarado tanto el Gobierno como la oposición que lo están reclamando, por lo que entendemos que después del estudio de viabilidad seguirá vigente".

Más positivo, aún, que Aragón, se ha mostrado Ángel García Vidal, representante en Málaga del Colegio de Ingenieros de Caminos y otro de los grandes defensores de la necesidad del ferrocarril de la Costa. "En todos los años que venimos reclamando y defendiendo el tren litoral de la Costa del Sol nunca he visto un compromiso tan firme y como lo ha hecho el ministro Óscar Puente en el Congreso. Hoy recobro la ilusión de que sea una realidad".

Palabras que distan mucho de las Rocío Díaz, consejera de Fomento. "El Gobierno de España va tarde en la búsqueda de soluciones, si verdaderamente está convencido del tren litoral, que lo demuestre con inversiones y con plazos concretos", dijo este jueves. Díaz también echa en cara al Ministerio que "hasta ahora sólo ha planteado estudios de viabilidad que ni siquiera ha licitado y bonificaciones del peaje insuficientes y ridículas". Así, asegura que mientras llega el tren "queremos soluciones urgentes, inmediatas y eficaces a los problemas de movilidad que sufren los vecinos de la Costa del Sol y el Campo de Gibraltar".

Cabe recordar que este miércoles, Puente aseguró que están trabajando "por fin" en el tren de la Costa del Sol "y esto debería acogerlo con agrado el Partido Popular". Señaló la multitud de alcaldes que reclaman la infraestructura y subrayó el estudio de viabilidad que van a licitar. "No sólo vamos a hacer el estudio, vamos a hacer el tren, porque ese tren es posible y este Gobierno va a hacer lo posible y a hacer realidad el tren de la Costa del Sol en Málaga", a lo que añadió que "este ministro no se caracteriza por hacer anuncios a humo de pajas, si decimos que lo vamos a hacer ya pueden los andaluces creerlo". Esto, sólo seis meses después de asegurar que el proyecto no era viable y que no trabajaban en él en un plazo razonable.