"La población debe tener conciencia y realizar un uso eficiente del agua"

Tras dedicar los últimos 20 años de su carrera profesional al grupo Agbar, donde ha desempeñado varios cargos de dirección hasta alcanzar el de director de Desarrollo Sostenible de la compañía en Andalucía, Gustavo Calero asumió en 2021 el cargo de gerente en Aguas de Torremolinos para darle un enfoque más medioambiental e innovador a una empresa que ya de por sí se situaba a la vanguardia en la lucha contra el Cambio Climático. Hablamos con él para comentar, entre otras cosas, los retos que supone la escasez de agua desde una compañía como la que dirige.

-La primera pregunta es casi obligatoria: hablemos de sequía. ¿Cómo valora la situación actual en la Costa del Sol y en concreto en Torremolinos?

-La situación hidrológica actual en la provincia de Málaga es muy delicada debido a la ausencia de lluvias, con uno de los años más secos del último cuarto de siglo, y un estrés hídrico estructural, que afecta a todo el ámbito mediterráneo. Es un motivo de máxima preocupación, con datos tan negativos como que el agua embalsada en toda la provincia se encuentre por debajo del 20%. La Junta de Andalucía ya ha publicado 3 decretos de sequía desde 2021, y prevé publicar un cuarto en enero, de hecho, el Comité de Gestión de la Sequía de la Demarcación Hidrográfica de la Costa del Sol Occidental ha declarado la situación de excepcional sequía, activando todos los protocolos de ahorro de agua con el objetivo de reducir al menos un 20% el uso en el abastecimiento urbano. En Torremolinos, el último bando municipal, que entró en vigor el pasado 9 de noviembre, amplía las medidas urgentes de actuación y limita todos aquellos usos del agua que no sean esenciales.

-¿Qué medidas está llevando a cabo la empresa para paliar la escasez de agua?

-La particularidad de Torremolinos es que se abastece del acuífero de la Sierra de Mijas, por lo que comparte recursos con otros municipios de la zona como Benalmádena o Alhaurín de la Torre. El nivel del agua de este acuífero ha ido descendiendo de forma vertiginosa en los últimos años por la ausencia de lluvias y ya se encuentra a más de 230 metros de profundidad. Esto nos ha obligado, en los últimos dos años, a realizar actuaciones en sus sondeos para garantizar el pleno suministro a la población, lo que ha acarreado también un mayor consumo energético para poder bombearla a la superficie y, por tanto, un mayor coste económico.

Como el agua potable es tan escasa, lo principal es hacer el uso más eficiente posible de aquella de la que se dispone. Por ello, apostamos firmemente por la transformación digital para reducir al mínimo las pérdidas que se producen una vez que el agua entra en la red de distribución, lo que permite optimizar la gestión, así como el mantenimiento y la conservación de las infraestructuras. De este modo, el rendimiento técnico de la red se sitúa por encima del 80%, una cifra muy superior a la media nacional, que está en torno al 60%. Desde la sala de telecontrol monitorizamos en tiempo real los 195 kilómetros de la red de abastecimiento, que para un mejor control está dividida en 18 sectores. Esto nos permite identificar lo antes posible y de forma bastante precisa las pérdidas de agua o averías que puedan producirse. Desde aquí también controlamos de forma continúa todos los parámetros relacionados con la calidad del agua suministrada. Así, entre 2020 y 2022, hemos ahorrado casi 490.000 m3 a través de la digitalización y la búsqueda inteligente de fugas.

-¿Qué mensaje le mandaría a los vecinos de Torremolinos?

-Primero tranquilidad, tanto nosotros como las Administraciones estamos trabajando en que la situación actual no llegue a suponer un perjuicio a la ciudadanía, con medidas para aumentar el agua disponible, y realizando un uso más eficiente de la que disponemos. Si fuese necesario tomar medidas restrictivas, intentaremos que sean lo menos lesivas para la población. Lo que sí es muy importante es que la gente tome conciencia del problema y haga el uso más eficiente posible del agua que llega a sus domicilios. Nosotros contamos con una campaña de concienciación y ahorro, y su mensaje es muy sencillo: “Cierra el grifo”. Esto es fundamental, porque cada gota cuenta.

-La concienciación siempre ha sido un pilar fundamental para su empresa...

-Por supuesto, es la base para un buen uso de los recursos disponibles, no sólo del agua, y esta concienciación comienza con los más pequeños. Cada año realizamos sesiones educativas de nuestro programa ambiental Aqualogía en las que participan todos los alumnos de 3º de primaria de Torremolinos, casi 600 niños y niñas este año. Sensibilizamos a los niños en el buen uso del agua para que luego hagan de portavoces entre sus mayores.

-Aguas de Torremolinos destaca por su compromiso en la lucha contra el cambio climático… -¿Qué medidas están llevando a cabo en este sentido?

Más allá de las medidas para mejorar la eficiencia del ciclo integral de agua que ya he comentado, las otras dos líneas por las que apostamos son la generación de energía verde de origen solar y la transformación de nuestra flota de vehículos. En la primera se viene trabajando desde 2018 con la instalación de un huerto solar en el tejado de nuestra sede y otro sobre la cubierta del depósito de San Miguel, que recientemente se ha ampliado, alcanzando una capacidad de generación de más de 750.000 kWh/año. Todo esto nos ha permitido generar desde 2018 más de 1,75 GWh de energía verde. En cuanto a nuestros vehículos, tres cuartas partes de la flota ya es sostenible.

-Además, de las labores propias del servicio de aguas, su empresa tiene un fuerte vínculo con el municipio. ¿Cómo se implican con la comunidad local?

-Uno de nuestros pilares estratégicos son las personas, por ello llevamos años trabajando en mejorar la accesibilidad de nuestras oficinas, así como en facilitar el acceso a nuestros servicios a la ciudadanía. Además, colaboramos de manera regular con múltiples asociaciones del municipio como Cruz Roja, Cudeca, AECC, el comedor social de Emaús, o el CDA Al-Ándalus. Queremos contribuir al bienestar de los torremolinenses, más allá de la gestión del servicio municipal de agua y saneamiento.