Un policía de Coín salva a un jubilado que se atragantaba con un trozo de carne en un hotel
El agente se encontraba de vacaciones almorzando con su pareja cuando vio a un hombre que estaba a punto de perder el conocimiento
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Un jubilado que estaba a punto de perder el conocimiento al atragantarse con un trozo de carne ha sido salvado por un policía local de Coín que se encontraba almorzando con su pareja en un restaurante. "Escuché que decían: 'se ahoga, se ahoga'... Uno ha nacido para esto y me salió como algo innato levantarme. Vi que el hombre tosía y se empezó a poner rojo", recuerda el agente.
Ocurrió a comienzos de este mes en un hotel de Cazorla, en Jaén, donde pasaba unos días de vacaciones. S. V, franco de servicio, estaba en el lugar correcto, en el momento adecuado. Era su segundo día de estancia. Sin saber bien lo que sucedía, oyó los gritos de una mujer que pedía ayuda. Al acudir vio que su marido, que estaba ahogándose, tenía dificultades para respirar. "Fueron segundos que parecían minutos", relata.
El policía, de 37 años y con una amplia formación en primeros auxilios, le aplicó cinco compresiones abdominales seguidas. Al sospechar que podía tener las vías aéreas obstruidas, se dispuso a realizarle la maniobra de Heimlich. "La situación fue bastante complicada, con tanta gente alrededor y la tensión", reconoce. Cuando comenzó a realizar el masaje cardíaco para que el corazón no dejara de bombear sangre a los órganos vitales, con el primer golpe, el comensal pudo expulsar un trozo de carne "bastante grande" que podía haberle costado la vida. "Empezó a respirar poco a poco", narra el policía. No fue necesario requerir la presencia de los servicios sanitarios. Le había salvado la vida. "En ese momento uno no lo sabe...La mujer se me abrazó dándome las gracias; quería invitarnos a comer", afirma.
Ese día también aplicó el llamado "efecto túnel" que había estudiado en la academia en la que se formó como policía: "Cuando hay una situación delicada, con tanta tensión, solo eres capaz de ver lo que hay delante de uno mismo, a 20 centímetros", subraya.
Para el policía, que apenas lleva un año vistiendo el uniforme de la Policía Local de Coín, ha sido "una prueba de fuego". El 23 de diciembre de 2022 juró el cargo después de varios intentos fallidos en los que no había conseguido plaza. Tiene 37 años pero, admite, debió haberse hecho policía "con 20". Lo deseaba, cuenta, desde pequeño, cuando ya lanzó toda una declaración de intenciones. "Decía que los malos no tenían que existir y que yo, de mayor, quería ser policía", resalta. Y mientras, insiste en la idea de que los primeros auxilios pueden ayudar a salvar vidas.
La carta de agradecimiento del hotel
La dirección del hotel de Sierra de Cazorla en el que le salvó la vida al jubilado le ha hecho llegar una carta de agradecimiento por su rápida actuación aquel día en el comedor. "Su intervención fue providencial y evitó el atragantamiento de uno de nuestros comensales", reza la misiva.
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