¿Por qué aparecen 'pingüinos' en Málaga? Las claves de un especialista en aves marinas
La migración de estos animales varía según el “éxito reproductor en las colonias”, aunque el mal tiempo en el Atlántico también podría haberlos desplazado de sus lugares de invernada habitual
Si encuentran comida, podrían permanecer en el puerto hasta el mes de marzo
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La misteriosa llegada a la costa de Málaga de alcas, el ave del hemisferio norte que se parece a los pingüinos de la Antártida (pero no lo son), no ha sorprendido a la comunidad científica. Su presencia este invierno en el Mediterráneo está siendo significativa, al igual que en 2023, cuando pudieron observarse ejemplares por todo el litoral. Salvador García, especialista en aves marinas del Instituto Español de Ocenografía, explica que la migración de estos animales propios de las frías costas de Islandia es “cíclica”. Varía en función del “éxito reproductor en las colonias”, aunque también tiene que ver con los factores climáticos. El mal tiempo en el Atlántico podría haberlos desplazado de sus lugares de invernada habitual, ya sea por alguna corriente o tormenta formada cerca del Estrecho, lo que, en los casos más graves, podría incluso provocarles la muerte.
Otra hipótesis de este fenómeno se relaciona con la búsqueda de alimento, el sustento necesario para todo ser vivo. “Hay momentos en que las alcas no tienen demasiada comida; son presas muy selectivas, a diferencia de una gaviota, que come de todo”, indica en declaraciones a 'Málaga Hoy' el especialista en aves.
Sea cual sea la razón que ha llevado a estos animales con parecido a los pingüinos a visitar esta temporada la costa malagueña, los observadores de pájaros consideran que su presencia es una noticia positiva. "Las aves marinas son siempre un indicador de ecosistemas adecuados. El hecho de que se vean es bueno, lo malo sería que pasaran 10 años sin presencia", recalca el experto. No entrañan ningún peligro para el ser humano.
Si se adentran en el Mediterráneo pueden llegar hasta Cataluña o Baleares. El último ejemplar de 'alca torda' ('gavot' en catalán), de habitual distribución atlántica, se ha dejado ver este domingo en el puerto de Málaga. Una mujer que disfrutaba de las vistas al mar inmortalizó el momento del nado. "No es la primera vez que llegan. Se ven prácticamente todos los años, incluso cerca de la orilla. Se acercan siempre a la costa", señala el conocedor de aves.
Según sus cálculos, aquí podría permanecer hasta el mes de marzo o abril, cuando se marcharán a criar al norte de Europa. "Si hay comida en el puerto seguirá y, una vez que ya no encuentre, se desplazará a zonas próximas como Torremolinos y Fuengirola. Para estos animales moverse no supone ningún problema", sostiene.
La mayoría de los ejemplares que se acercan a la población tienen un año de vida, en este caso son nacidos en 2023. "Los jóvenes siempre tienden a dispersarse más que los adultos, que prefieren no alejarse de las colonias porque tienen que buscar de nuevo el nido", afirma.
Pueden llegar a vivir hasta 41 años
Las aves marinas son especialmente longevas. Pueden llegar a vivir hasta 41 años, el último récord que la comunidad científica ha conseguido demostrar. La edad, que puede conocerse con facilidad hasta el primer lustro, la determina el aspecto del pico. Las más jóvenes suelen tenerlo corto, fino y de color negro. Conforme se van haciendo más mayores, les sale un surco vertical que acaba tiñéndose de blanco.
Cómo actuar en caso de hallar un ave parecida a los pingüinos
En Málaga, una llamada al 112 puede servir para hacer llegar las aves a los Centros de Recuperación de Especies Amenazadas (CREA). "Si está viva no es necesario avisar; se debe dejar tranquila para que coma y haga su actividad diaria", subraya el especialista. Solo en caso de que algún testigo observe "algún elemento que pueda amenazar su supervivencia, como el hallazgo de redes o plásticos", sería importante liberarla.
Aunque son físicamente parecidas a los pingüinos, pesadas, expertas buceadores y de alas cortas, las alcas sí tienen capacidad de vuelo. "Genéticamente, están mas cerca de una gaviota. Usan también alas para impulsarse debajo del agua y requieren que no haya aire entre las plumas para poder permanecer dentro un tiempo prudente", explica el experto del Instituto Oceanográfico.
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