"Es posible que nos entendamos con el taxi en los próximos años"
Marta Campos. Directora general de cabify en Málaga
La responsable asegura que Cabify no quiere quitar los clientes al gremio
Opina que la huelga de la pasada Feria aumentó su expansión en la ciudad
Málaga/La empresa de vehículos de alquiler con conductor (VTC) Cabify lleva operando en Málaga más de año y medio. El verano pasado saltó a primera plana debido a la huelga que el sector del taxi planteó por el "intrusismo" de la startup, acusación que esta negó y que devolvió a los taxistas con el argumento de que el gremio quería mantener su monopolio. Más de cuatro meses después de aquello, Marta Campos, directora general de Cabify en Málaga, adopta un discurso conciliador con el taxi, al que incluso pide encontrar vías de entendimiento y colaboración como ocurre en otras ciudades:
-Hubo más de una veintena de coches de Cabify dañados, y cerca de 30 denuncias durante los cuatro días de huelga en agosto, ¿se pueden contabilizar las pérdidas de esos días?
-Nosotros somos una plataforma que pone en contacto una persona con un vehículo, que puede ser propiedad de un autónomo o de una empresa, para realizar el servicio que demanda el cliente en ese momento concreto. Nosotros no tendríamos que tener los datos económicos, porque al final las acciones violentas de los taxistas han sido contra los vehículos y ellos no forman parte de nuestra compañía. El daño económico mayor lo sufrió la provincia de Málaga porque hubo miles de personas que llegaban a la estación de tren o al aeropuerto y a las que no se les podía dar el servicio público correspondiente.
-Poco antes de que empezara la huelga, usted afirmó que la relación con el taxi era buena.
-Lo era y lo sigue siendo. Realmente lo que pensamos es que la huelga no fue motivada tanto por la gente de Málaga sino por los taxistas que han llegado de Sevilla o Barcelona, donde el sector del taxi es bastante más violento. Málaga está acostumbrada a convivir con las licencias VTC desde hace mucho tiempo y no lo tiene tan tomado como una competencia directa. Hay negocio para el taxi y negocio para las VTC, y mucho más en la Costa del Sol.
-Cuando dice que hay buena relación con el taxi, ¿se refiere a que existen contactos con las asociaciones del sector?
-Antes de la huelga nosotros sí que habíamos tenido contacto cuando se había generado algún conflicto, que nunca habían sido violentos, nosotros nos pusimos en contacto con Unauto (la patronal de los VTC) o con los ayuntamientos locales para solventar las desavenencias. El compromiso que tenemos es establecer una mesa de diálogo para encaminar la movilidad urbana.
-¿Cómo se ha recuperado Cabify de la huelga?
-Nosotros no nos tuvimos que recuperar de aquello porque indirectamente nos benefició en cuanto a imagen pública. Había mucha gente que no nos conocía o que había escuchado hablar de nosotros y que no sabía lo que hacíamos que ahora sí sabe de nosotros. Un montón de empresas empezaron a llamarnos y tuvimos unos picos de descargas bastante grandes. Desgraciadamente nos dio publicidad, así que en ese sentido no fue negativo.
-¿A qué ritmo se asienta la empresa en Málaga?
-Nosotros vamos creciendo todos los meses, poco a poco. Sí que es cierto que el crecimiento en Madrid o Barcelona es mucho más exponencial y en las ciudades más pequeñas en las que estamos, Sevilla, Málaga y Valencia, el crecimiento es más sostenido. Pero de lo que estamos orgullosos es en haber crecido a nivel de conductores, autónomos o pertenecientes a empresas de transporte, que usan la aplicación para trabajar.
-¿Pueden convivir taxis y Cabify como aspira el Gobierno?
-Sí, y además es un sí rotundo. Hay un mercado para todo el mundo y en el resto de sectores hay competencia. No tratamos de quitarles los clientes al taxi, de hecho tenemos líneas de negocio abiertas que nos permitan abrirnos camino por otras vías. E incluso en Madrid, la propia aplicación tiene un apartado llamado BCabify Ecotaxi, en el que taxis de Madrid, que son ecológicos, prestan servicios a través de nuestra aplicación. Parece una locura si se planteara aquí, pero no lo es. De hecho, no me extrañaría que llegáramos a algún tipo de entendimiento en los próximos años, sobre todo porque Málaga ha sido la ciudad en la que históricamente hemos tenido mejor relación.
-A pesar de ello sí que es cierto que muchos taxistas los consideran competencia directa.
-Nosotros estamos intentando ir por una línea que no afecte demasiado al taxi, podríamos hacer campañas masivas en vallas y cosas así, somos una startup y afortunadamente no tenemos problemas para decir que podemos hacer una gran inversión y reventar Málaga, pero no queremos ir de esa manera. Queremos hacer las cosas de manera sana y ser un competidor más.
-Una de las principales quejas del sector es que Cabify capta clientes por la calle.
-No podemos hacer captación en la calle, porque llevamos un vehículo negro y una persona no sabe si se trata de un Cabify o no. La única manera para realizar un servicio es que una persona entre en la aplicación y solicite un vehículo, así que es imposible realizar una captación en la calle. La ley dice que los vehículos no pueden estar estacionados a más de 100 metros de una parada de taxis o de una estación de autobuses, para no fomentar que una persona lo vea y se acerque porque no podemos operar así. De hecho, la Federación Profesional del Taxi nos puso una denuncia por este asunto y la perdió.
-¿Entonces no considera que se está captando clientes cuando un Cabify da vueltas por la ciudad sin tener un servicio precontratado?
-Un vehículo no está haciendo captación porque esté dando vueltas por la ciudad porque no lleva ningún distintivo. No está diciendo en ningún momento "soy un Cabify" o "soy una VTC". La sentencia de la denuncia de Fedetaxi afirma que no existe relación directa entre que un vehículo esté en la calle y que esté captando.
-¿Cómo solventa Cabify operar en una ciudad tan estacional como Málaga?
-En julio y agosto tenemos unos picos muy altos de demanda porque hay mucha gente de Madrid o Barcelona que nos conoce y que veranea aquí. En esos meses, en los que Sevilla está más floja, nos prestan coches, y cuando pasa al contrario en abril, hacemos lo mismo pero a la inversa. En verano tenemos colaboraciones con empresas que trabajan con VTC para tratar de aumentar el número de coches, y en temporada baja frenamos esa colaboración para no saturar el mercado.
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