En el aula caben todos: premio mundial para un proyecto malagueño de educación inclusiva
El profesor de la UMA Ignacio Calderón es uno de los impulsores de 'Estudiantes por la inclusión', que acaba de ganar el Premio Mundial del Síndrome de Down
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Trabajar por una escuela en la que quepan todos, más allá de su clase social, nacionalidad, etnia, capacidades, orientación sexual o identidad de género, es el objetivo del proyecto Estudiantes por la inclusión, que acaba de ganar el Premio Mundial del Síndrome de Down. Uno de sus impulsores es Ignacio Calderón, profesor del Departamento de Teoría e Historia de la Educación de la Universidad de Málaga, que explica en una entrevista con EFE que la iniciativa forma parte del proyecto Narrativas emergentes para la construcción de escuelas inclusivas, que se inició en 2018.
Estudiantes, profesionales, familias e investigadores se reunieron para analizar la inclusión en la escuela y más tarde, en 2020, en pleno confinamiento, nació el proyecto premiado ahora (creemoseducacioninclusiva.com), con un grupo de estudiantes que tenían el objetivo de elaborar una guía dirigida a alumnos de Secundaria.
Comenzaron así reuniones de un grupo de dieciséis estudiantes "con una gran diversidad interna" que hablaron sobre sus experiencias en la materia, presentaron la guía a la ministra de Educación, Pilar Alegría, y algunos de ellos comenzaron a relatar sus historias vitales. Estos estudiantes también han participado en congresos y talleres, han aparecido en medios de comunicación, tienen un gran "activismo" en redes sociales y han sido protagonistas de un documental que ya se ha estrenado en diez países, señala Calderón.
No solo sobre discapacidad
Aunque el galardón recibido es sobre el Síndrome de Down, este concepto de educación inclusiva "no habla solo de personas en situación de discapacidad, sino de todas las personas y de cómo la escuela favorece procesos en los que todo el mundo pueda participar". "Eso implica que no hay un alumno tipo, sino que hay muchas formas de ser y la escuela está obligada a atender a todas esas formas de ser. En el aula caben todos y la pregunta no puede seguir siendo si educación inclusiva sí o no, sino cómo lo hacemos", indica.
Sobre la situación de nuestro país en esta materia, apunta que "tiene sus logros, pero también sus grandes lagunas", y recuerda que un diagnóstico de la ONU "dijo textualmente que España viola grave y sistemáticamente el derecho a la educación inclusiva de muchos estudiantes, particularmente en situación de discapacidad". Lamenta que, pese a que la LOMLOE establece que las escuelas deben dotarse de los recursos para atender a todo el alumnado, "lo cierto es que sigue aprobándose la ampliación de unidades segregadas de educación especial", algo que en su propio barrio, asegura Calderón, "acaba de ocurrir".
También se insiste en "retorcer" la idea de la inclusión y apunta al respecto que hace poco descubrió "dos resoluciones de premios a la educación inclusiva que se concedían a centros de educación especial, donde por supuesto se hacen estas prácticas, pero la educación segregada no puede ser la educación inclusiva".
Un espaldarazo fuerte
Tras haber sido premiado también por la Asociación Americana de Investigación Educativa, este Premio Mundial del Síndrome de Down supone "un espaldarazo fuerte" para el proyecto, "pero particularmente para este grupo de estudiantes". "Muchos de ellos son chicos que han sido maltratados por las escuelas y tienen en su experiencia muchos dolores por cómo les han tratado y, sin embargo, quienes parece que no valían en sus propias escuelas, son premiados internacionalmente", resalta.
Con motivo de este premio, el proyecto será presentado el 21 de marzo de 2024, Día Mundial del Síndrome de Down, en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, y Calderón espera que un grupo de estudiantes puedan contar allí las posibilidades de la iniciativa, en la que participan junto a este profesor Teresa Rascón y Luz Mojtar.
"Hay macropolíticas que están en las leyes, pero también hay micropolíticas, que tienen que ver con cómo nos relacionamos en clase, en nuestros barrios o con nuestros vecinos", precisa Calderón. Añade que "por una parte está la exclusión que viven niños por dictámenes de escolarización que son excluyentes o evaluaciones psicopedagógicas que son anquilosadas y que tienen a la segregación, pero también hay otros procesos que son más sencillos y que tienen que ver, por ejemplo, con no invitar a un cumpleaños, una exclusión que construimos entre todos".
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